Mentoría y redes de apoyo entre mujeres líderes.

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/ By Susana Reina /

El liderazgo femenino ha ganado visibilidad en las últimas décadas, pero aún enfrenta barreras estructurales y culturales que le impiden alcanzar todo su potencial. Frente a estos desafíos, las redes de apoyo y la mentoría entre mujeres líderes se han convertido en herramientas clave para fomentar el crecimiento profesional.

El mentoring (o mentoría, en español) es una práctica de desarrollo personal y profesional en la que una persona con más experiencia —el/la mentor/a— guía, aconseja y apoya a otra —el/la mentee o aprendiz— en su crecimiento, aprendizaje y toma de decisiones.
Es una relación de acompañamiento basada en la confianza, el respeto mutuo y el intercambio de conocimientos. No se trata solo de compartir consejos, sino de construir una comunidad sólida que impulse el ascenso de más mujeres a posiciones de poder.

¿Por qué es importante la mentoría entre mujeres?

Las mujeres, especialmente en sectores dominados por hombres, a menudo enfrentan aislamiento, falta de referentes y sesgos de género. En este contexto, tener una mentora o red de apoyo de mujeres, permite recibir orientación basada en experiencias reales, ganar confianza para asumir roles de liderazgo, visibilizar oportunidades laborales y de desarrollo y aprender estrategias para sortear barreras estructurales, entre otras ganancias.

Estudios han demostrado que las mujeres con mentoras tienen mayores probabilidades de avanzar profesionalmente, negociar mejores condiciones laborales y persistir en sus carreras. Las mentoras, al haber atravesado experiencias similares, pueden ofrecer estrategias para superar estos desafíos, promoviendo un entorno más inclusivo y equitativo.

La mentoría proporciona a las mujeres un espacio seguro para compartir experiencias, recibir orientación y construir confianza en sus capacidades. Según un estudio de Mentoring Complete, los programas de mentoría ayudan a las mujeres a salir de su zona de confort, permitiéndoles reconocer sus fortalezas y asumir riesgos con mayor seguridad, lo cual es esencial para su avance profesional.

La mentoría permite reducir las brechas de acceso a conocimiento, redes y oportunidades, que son esenciales para ascender en la jerarquía profesional. Para McKinsey & Company (2023), las mujeres que participan en programas de mentoría tienen un 24% más de probabilidades de ser promovidas que aquellas que no lo hacen. Así, la mentoría rompe el aislamiento al que muchas mujeres se enfrentan en sectores masculinizados y crea espacios donde pueden recibir retroalimentación constructiva, apoyo emocional y consejos prácticos.

Redes de apoyo como espacios de empoderamiento

Más allá de la relación uno a uno que ofrece la mentoría, las redes de mujeres líderes —formales e informales— funcionan como espacios de intercambio, visibilidad y defensa colectiva. Grupos como Red Visionarias, Lean In CirclesVital Voices o la Red de Mujeres Líderes de América Latina promueven formación continua, acceso a contactos estratégicos, proyectos colaborativos entre mujeres e incidencia política y empresarial.

Estas redes además de fortalecer a quienes ya lideran, allanan el camino para las nuevas generaciones. Es bien sabido que durante mucho tiempo se ha alimentado el mito de que las mujeres compiten entre sí y no se apoyan. Sin embargo, la práctica de la mentoría y el trabajo en red desafían esta narrativa.

Cada vez más mujeres comprenden que cuando una avanza, lo hacen todas. Fomentar un liderazgo colaborativo, y no jerárquico, es una de las fortalezas más poderosas del liderazgo femenino contemporáneo. Un estudio de Women Tech Network destaca que las mentoras pueden presentar a sus pupilas a nuevas conexiones, ampliando significativamente su red profesional.

Además, las redes de apoyo refuerzan este efecto al ofrecer plataformas donde las mujeres pueden compartir recursos, experiencias y estrategias. Estas redes también permiten visibilizar talento femenino y generar dinámicas de colaboración que favorecen una cultura organizacional más inclusiva.

Role model

Ver a otras mujeres en roles de liderazgo no solo inspira, sino que valida las aspiraciones profesionales. La figura de la mentora actúa como referente, ayudando a que las mentees desarrollen una autoimagen positiva como líderes y desafíen el síndrome del impostor, una problemática común entre mujeres altamente capacitadas que dudan de su legitimidad para ocupar posiciones de poder.

Estudios de Catalyst (2022) muestran que el empoderamiento no se limita al plano individual. Las mujeres que forman parte de redes de mentoría o grupos de liderazgo femenino reportan una mayor disposición a asumir roles de liderazgo, incluso en contextos hostiles o tradicionalmente excluyentes.

Una inversión necesaria

Las empresas tienen muchas razones estratégicas, culturales y económicas para implementar programas de mentoría, especialmente aquellos enfocados en el desarrollo del talento femenino. Implementar programas de mentoría no es solo una medida de responsabilidad social o de diversidad: es una estrategia de desarrollo organizacional inteligente, con beneficios comprobables para el talento, la cultura empresarial y la competitividad a largo plazo.

En efecto, la mentoría acelera el aprendizaje y el desarrollo de habilidades técnicas, de liderazgo y comunicación. Además, mejora el desempeño individual y colectivo, prepara a los empleados para asumir roles de mayor responsabilidad y reduce la necesidad de contratar externamente para puestos clave. Según Gartner, los empleados que participan en programas de mentoría tienen 5 veces más probabilidades de ser promovidos.

Por otro lado, los programas de mentoría aumentan el sentido de pertenencia, la satisfacción laboral y el compromiso. Esto es clave para retener talento, sobre todo femenino o diverso, que puede sentirse aislado en ciertas industrias. Forbes señala que el 72% de las mujeres que cuentan con una mentora permanecen más tiempo en sus organizaciones.

Además, las empresas que invierten en el desarrollo de sus colaboradores —especialmente de las mujeres— son percibidas como más humanas, responsables e innovadoras. Esto mejora su reputación, atrae talento y fideliza a los actuales empleados. El informe de McKinsey Women in the Workplace (2023) afirma que las compañías con programas robustos de mentoría para mujeres son vistas como líderes en equidad de género.

Crear programas de mentoría es una inversión de alto retorno. Fortalece el capital humano, impulsa la equidad, mejora la cultura organizacional y posiciona a la empresa como líder en desarrollo y responsabilidad.

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*Susana Reina Psicóloga. Magister en Gerencia de Empresas. Coach Ontológico Empresarial. Especialista en Políticas Públicas con enfoque de Género (UIM-ONU Mujeres) Vicepresidenta de Desarrollo Corporativo Grupo Multinacional de Seguros. Columnista de Efecto Cocuyo. Directora Fundadora de FeminismoINC. Venezolana. Feminista

Fuente : feminismo Inc