Mesa Política: Exclusión de la ministra Piña, persistencia de códigos masculinos en el poder.

*Escrito por Wendy Rayón Garay .

12.02.2025 /Cimac Noticias.com/Ciudad de México.- A unos meses que por primera vez México tuviera su primera mujer presidenta tras 200 años y lograr que otras más ocupen espacios de poder, resulta importante apuntar que los códigos masculinos en los que se ejerce el poder aún permanecen, así se señaló en el programa Mesa Política conducido por la periodista Lucía Lagunes Huerta.

En la mesa de expertas que se reúnen en vivo cada lunes a las 10 de la mañana, Martha Tagle, Angélica de la Peña y Alma Margarita Oceguera Rodríguez, enfatizaron que en un momento de tensión nacional ante la imposición del gobierno de los Estados Unidos, la estrategia de México fue demostrar una “unidad nacional”, pero quedó evidenciado que existe una fractura entre los tres Poderes de la Unión que no hace más que expandirse ante las decisiones de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

El pasado 6 de febrero de 2025, en la celebraron los 108 años de la Promulgación de la Constitución de 1917 llevado a cabo en el Teatro de la República en Querétaro, se hizo a un lado a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña, luego de excluirla a un acto de Estado.

¿La razón? Una orden de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo impulsada por una serie de conflictos personales que comenzaron con Andrés Manuel López Obrador y que se acrecentaron con la reforma al Poder Judicial. Esta discusión confrontó al poder Ejecutivo y Judicial en donde dos mujeres fueron el rostro de la pelea.

Aunque México se rige por la distribución entre los tres Poderes de la Unión, actualmente dos de ellos se encuentran en disputa, ambos están liderados por mujeres y están en representación de la transformación política que le espera a México con los cambios que están sucediendo, ellas son: Claudia Sheinbaum Pardo en el Poder Ejecutivo y Norma Lucía Piña Hernandez en el Poder Judicial.

Este conflicto data del sexenio pasado y fue una herencia para Shenbaum Pardo, específicamente desde el nacimiento de la propuesta de Reforma Judicial impulsada por el ahora ex presidente Andrés Manuel López Obrador, y desde entonces una de las personas que se posicionó como opositora con gran poder fue la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña quien se ha sumado en apoyo al paro indefinido de labores de trabajadoras y trabajadores judiciales.

La ruptura entre estos dos poderes no comenzó con la Reforma Judicial, sino desde que la SCJN impidió que la Guardia Nacional quedara en manos de la Secretaría de la Defensa (Sedena).

A partir de ese momento, surgieron conflictos con el Ejecutivo que se profundizaron cuando, durante su primer encuentro con Andrés Manuel, durante la Conmemoración de la Constitución de 1917, Norma Piña decidió no ponerse de pie. Este acto provocó el descontento de varios morenistas y más tarde dio paso a una serie de cuestionamientos hacia su capacidad para ejercer el cargo con descalificaciones y acusaciones infundadas que provenían desde el frente Ejecutivo.

Ahora que se determinó que el 1 de junio de 2025 se llevará a cabo la elección popular de cargos para elegir juezas, jueces, magistradas, magistrados, ministras y ministros; la relación entre ambos poderes no ha vuelto a ser la misma. Al menos hasta que se conozca a los nuevos reemplazos de la Corte y se establezca su relación con la mandataria.

Lo cierto es que, para las expertas Martha Tagle, Angélica de la Peña y Alma Margarita Oceguera Rodríguez, ha quedado claro que, además de que la celebración de la Constitución Mexicana fuera un evento oficialista y no nacionalista, también se reprodujo un mensaje: el pacto patriarcal que permite una forma de gobierno desde la mirada machista persiste en un gobierno que dijo “llegamos todas”.

De lo contrario, ¿por qué la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, no llegó a la celebración en Querétaro? Y una pregunta aún más preocupante, ¿por qué aunque hoy más que nunca, existan mayores mujeres en posiciones de poder parece que no habrá cambios significativos para sus derechos? Porque se reduce a las mujeres a llenar espacios, mientras que las decisiones ya las han tomado los hombres.

“No basta solamente biológicamente ser mujer. No basta que una mujer llegue a un espacio de poder si ese espacio no se no se refleja desde un comportamiento democrático en donde se reconoce por qué se está representando a todo el país” – Alma Margarita Oceguera Rodríguez

Otro de los motivos es que, aunque el hecho de que las mujeres estén en la mitad de los cargos es un contundente avance en sus derechos, tomará tiempo abandonar los comportamientos machistas que han usado los partidos políticos en 65 mandatos antes que el de Claudia Sheinbaum Pardo, explicó Lucía Lagunes Huerta.

Esto no significa que se deba dejar de trabajar en la deconstrucción de los comportamientos patriarcales. Por el contrario, es necesario ir de la mano de las modificaciones de las leyes que permitan exigir y aplicar mecanismos que rompan con las barreras que a las mujeres no les permita tomar decisiones eliminando toda forma de discriminación hacía ellas que viene desde los hombres y mujeres.

“No está fácil el que tengamos una presidenta de México no significa en automático que va a ser diferente a su antecesor. Es más, yo diría que no solamente no es diferente, es igual, porque fueron partes del mismo grupo político y por desgracia hay una línea muy delgada eh que no sabemos con precisión cuándo ella lo determina o cuándo López Obrador le ordena” –

Por otro lado, las expertas señalaron que el discurso de Claudia Sheinbaum Pardo, invisibiliza la lucha feminista al reducir el camino de los derechos de las mujeres, pues realizó un recorrido histórico sobre los avances en México sin repararse a nombrar las acciones realizadas por mujeres como la búsqueda de apertura en espacios de toma de decisión o derechos humanos y políticos.

Este tipo de omisiones refuerza la idea de que no «llegamos todas» y que no hay una verdadera inclusión.

A pesar de que, por primera vez tengamos a una mujer como presidenta, la forma en que gobierna Claudia Sheinbaum Pardo denota estrategias realizadas por hombres. Además, su gobierno no garantiza perspectiva de género o alternancia en las estructuras de poder, ni rompe dinámicas patriarcales. En cambio, se mantiene un liderazgo autoritario que prioriza los intereses partidarios como lo hizo su predecesor.

También hay que recordar que faltan políticas públicas que pongan en la mira el avance de los derechos de las mujeres con la aplicación de la perspectiva de género como lo serían propuestas destinadas a un mejor funcionamiento de los refugios para mujeres víctimas de violencia familiar y sus hijas e hijos; así como aquellas que combaten la violencia de género y mejoran la calidad de vida.

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@claudia_shein