#México: Desigualdad, corrupción y violencia institucional podrían despertar a la generación Z

* La generación Z en México no solo exige cambios: los encarna. Su estatus actual es el de una generación que interpela al sistema desde múltiples frentes, con una mirada crítica, colectiva y profundamente transformadora.

27.10.2025 México.- La generación Z en México, integrada por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, representa una fuerza emergente que está transformando el panorama social, laboral y político del país. En 2025, su estatus se caracteriza por una combinación de autonomía crítica, desconfianza hacia las instituciones tradicionales y una fuerte demanda de bienestar integral.

En el ámbito laboral, la generación Z privilegia el equilibrio entre vida personal y trabajo. Ocho de cada diez jóvenes consideran que el descanso y la desconexión son fundamentales para su rendimiento. Sin embargo, México registra una de las mayores caídas en satisfacción laboral entre jóvenes, con hasta 18 puntos porcentuales menos tras el primer año de empleo. Muchos rechazan el liderazgo tradicional y no aspiran a ocupar cargos jerárquicos, priorizando el propósito y la autonomía sobre el estatus.

En salud mental y bienestar, esta generación rompe tabúes sobre sexualidad y exige acceso real a servicios de salud reproductiva. Aunque solo uno de cada tres adolescentes busca atención en salud sexual, el 94.6 por ciento de quienes lo hacen reciben respuesta. La educación emocional y el autocuidado son temas centrales en sus demandas.

En el terreno político, la generación Z muestra una participación activa en causas sociales, pero mantiene una postura crítica frente a partidos y estructuras institucionales.

En países como Perú, Ecuador y Filipinas, jóvenes de esta generación han encabezado protestas que desafían el poder establecido. En México, aunque su activismo es menos visible en las calles, se expresa con fuerza en redes sociales y espacios digitales.

Como nativos digitales, no se conforman con consumir información: cuestionan, crean y exigen transparencia. Buscan modelos educativos flexibles, centrados en habilidades prácticas, justicia social y salud emocional. Su cultura digital está marcada por la autonomía, la creatividad y el rechazo a la vigilancia institucional.

La Generación Z en México enfrenta una serie de desafíos estructurales, políticos y culturales que tensionan su potencial transformador. Aunque es una generación creativa, crítica y conectada, también vive en un país donde la desigualdad, la corrupción y la violencia institucional limitan sus horizontes.

1. Educación precaria y excluyente
– Infraestructura escolar deteriorada, especialmente en zonas rurales y periféricas.
– Brechas digitales que afectan el acceso a herramientas tecnológicas.
– Planes de estudio desactualizados frente a los debates contemporáneos (género, clima, derechos digitales).

2. Precarización laboral y desempleo juvenil
– Altos niveles de informalidad: más del 60% de jóvenes trabajan sin contrato ni seguridad social.
– “Ninis” no por elección, sino por falta de oportunidades reales.
– Programas como Jóvenes Construyendo el Futuro han sido criticados por su falta de seguimiento y resultados.

3. Salud mental invisibilizada
– Aumento de ansiedad, depresión y estrés postpandemia.
– Escasa atención pública en salud emocional, especialmente en comunidades indígenas y rurales.
– Estigmatización de los padecimientos mentales en medios y discursos oficiales.

4. Desconfianza política e institucional
– Rechazo a partidos tradicionales y figuras públicas que perpetúan el nepotismo.
– Falta de representación juvenil en espacios de decisión.
– Corrupción normalizada que desalienta la participación cívica.

5. Violencia estructural y criminalización
– Jóvenes son víctimas frecuentes de desaparición forzada, abuso policial y reclutamiento por el crimen organizado.
– Criminalización de la protesta estudiantil y feminista.
– Impunidad en casos emblemáticos como Ayotzinapa, que siguen sin justicia.

6. Crisis climática y extractivismo
– Proyectos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico afectan territorios indígenas y biodiversidad.
– Falta de políticas públicas que incluyan a juventudes en la defensa ambiental.

7. Cultura digital y desinformación
– Exposición constante a fake news, discursos de odio y manipulación algorítmica.
– Censura y vigilancia en redes sociales.
– Brechas de alfabetización digital crítica.

La Generación Z mexicana está creando sus propios lenguajes de resistencia:

– Performance feminista, muralismo comunitario, memes insurgentes.
– Radios escolares, podcasts barriales, colectivos de justicia climática.
– Campañas virales contra el racismo, el clasismo y la transfobia.