México, en el Virulento Filo de la Navaja por Cuarta Ocasión

*Nunca Sabremos Cuántos Enfermaron Tras su Asistencia al “Informe” Número mil

*Sin Armas Sanitarias los Mexicanos Esperan las Posadas, Navidad y Año Nuevo

*Mientras, no hay Control Alguno en los Puertos Aéreos y Marítimos

*Y de la Mano Caminan la Nueva Cepa y el Bioterrorismo

*En Nuestro País no hay Riesgos y no se Caerá en “Desproporciones”

Por Nidia Marín

Mientras el Ómicron, la recién estrenada cepa del Covid-19, vela armas, no existe en México una política clara sobre el ingreso de personas contagiadas por los puertos aéreos y marítimos, aplicable específicamente a las pandemias. Tampoco para controlar el bioterrorismo que continúa siendo una amenaza para nuestro país y el mundo.

Los fundamentos de las aseveraciones son claras. Mientras el Presidente y Hugo López-Gatell se pasaron por el arco del triunfo el llamado de la Organización Mundial de la Salud y la alerta de diversos países de los cinco continentes para extremar precauciones López Obrador dijo:

“No, no tenemos ese pronóstico, pensamos que nosotros hemos avanzado mucho y que seguimos vacunando. No hay elementos para preocuparnos”.

Según él no hay suficientes pruebas para preocuparse. “No hay motivos de riesgo de acuerdo a los reportes que me han entregado los especialistas. Que sí hay mucha información en los medios, no debemos de espantarnos, porque hay bastante incertidumbre, información no confirmada”, dijo, además de aclarar que “nada más se detectó en Sudáfrica”, pero en México no habrá cierre de actividades.

Y en el clásico “uno-dos” Hugo López-Gatell, el cuestionado subsecretario de Salud, secundó: “La Plataforma de Innovación en Investigación y Secuenciación de KwaZulu-Natal (KRISP), califica la nueva variante de ser una constelación de mutaciones calificada como “inusual”.

Rechazó que la nueva variante de Covid-19 fuera más contagiosa y pasara por encima de las vacunas y dijo que la medida adoptada en otras naciones para restringir viajes y vuelos “es desproporcionada”.

No hay esperanza. Esas declaraciones derrumban la confianza, sí es que aún queda algo.

Políticas nebulosas sí están en marcha (sólo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México dicen que fumigan), aunque la República Mexicana cuente actualmente con 102 puertos de mar que permiten conectar con más de 145 países, entre ellos al continente asiático, los Estados Unidos y América Latina. Aseguran los conocedores, sin embargo, que en lo que va del siglo XXI aquellas estaciones marítimas con mayor participación en el movimiento de carga han sido: Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Veracruz, Altamira y Ensenada.

En todo caso se desconocen, no obstante que el sistema aeroportuario mexicano consta de 77 aeropuertos, de los cuales cerca de 50 son internacionales, además presuntamente hay 1,714 pistas aéreas (dice la CIA).

En los puertos de aire y en los de mar, señala la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se llevan a cabo actividades comerciales, petroleras, pesqueras, turísticas, entre otras, y se enorgullecen de contar con infraestructuras de primer mundo, además de que se busca cuidar la funcionalidad y seguridad con la que entra y sale toda mercancía.

Lo que no dice (mucho menos ahora que los marítimos pasaron a ser controlados por la Marina Armada de México) son las reglas respecto del ingreso de virus en naves comerciales.

Desarmados pues y sin certeza de que las vacunaciones realizadas funcionen, apostándole a la muerte con la presunta inmunidad del rebaño, aunque en la República Mexicana no han sido vacunados los suficientes millones de personas de todas las edades para evitar los contagios en la comunidad, estamos a la espera de un milagro, mientras el engreimiento y la jactancia llevaron a miles al zócalo al Informe número mil y hoy se esperan las posadas, la Navidad y el Año Nuevo entre lágrimas

¿Sabremos cuantos resultarán contagiados o seguirán ocultándolo?

En la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo (hoy fuera de la jugada) en la Evaluación Nacional de Riesgos, dada a conocer en 2020, sobre la Prevención al Lavado de Dinero (PLD), el combate al Financiamiento al Terrorismo (CFT) y el combate al Financiamiento de la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva (CFPADM) advirtió sobre los movimientos transfronterizos en puertos de entrada y salida internacional.

Dijo: “…el flujo diario de peatones, automóviles y mercancía a lo largo de la frontera y de otros puntos de entrada y salida como los aeropuertos internacionales en diferentes ciudades de México hacen que la situación geográfica del país y su frontera norte se considere una vulnerabilidad.

“Asimismo, ser el vecino de un país consumidor de drogas a gran escala representa una clara vulnerabilidad para México, ya que existe un riesgo latente de ocultamiento, contrabando y trasiego de mercancías ilícitas como drogas, dinero y armas”.

Pero también alertó sobre el terrorismo (incluido el pavoroso bioterrorismo) de que en las amenazas y vulnerabilidades relacionados con el Financiamiento al Terrorismo (FT), se identificaron varios factores:

a) Amenazas:
Existencia de grupos terroristas nacionales o internacionales: probabilidad baja e impacto alto.

Generación de recursos encaminados a grupos terroristas, dentro del territorio nacional: probabilidad baja e impacto medio

Existencia de combatientes terroristas de nacionalidad mexicana; probabilidad baja e impacto medio.

b) Vulnerabilidades:
Posición geográfica y porosidad de las fronteras: probabilidad alta e Impacto medio.

Falta de conocimiento y capacitación sobre temas: probabilidad alta e impacto medio

Posibilidad de cometer actos de terrorismo: probabilidad baja e impacto medio.

c) Riesgos derivados de las Vulnerabilidades del Régimen de Prevención y Combate:
Se identificaron seis vulnerabilidades compartidas, además de deficiencias en los sistemas de monitoreo y alertamiento y una probabilidad media en cuanto al diseño del aviso o reporte conforme a estándares internacionales.

¿Actualmente nadie hará caso de sus planteamientos? Está por verse, pero hoy en el país no entendemos, mientras en otras naciones del mundo toman precauciones contra el letal Ómicron, por estos rumbos tricolores no pasa nada y desde Palacio Nacional la ignorancia tiene la patente en voz del vanidoso personaje, cuyo supino desconocimiento o descarada venganza y valemadrismo son extendidas entre las masas.

EL BIOTERRORISMO SIGUE LATENTE

Y el filo de la navaja se agudiza 21 meses después, porque guste o no, el bioterrorismo sigue latente. Sí, la liberación intencionada de bacterias, virus, patógenos, toxinas y demás, con la finalidad de afectar sobre todo a los mexicanos no ha sido erradicada. Tampoco en el mundo, aunque por estas tierras, sí se han realizado simulacros al contemplar, dicen, posibles escenarios de riesgo bioterroristas con diversos grados de factibilidad.

De ahí que algunos personajes habrían señalado que se hacía necesario crear con un perfil de riesgo nacional, por el uso intencionado de agentes químicos, biológicos, radiológicos o nucleares que permita una preparación y respuesta oportuna ante eventos de esta naturaleza.

Por ejemplo, desde la llegada a la Secretaría de Salud en el sexenio pasado la doctora Mercedes Juan López y tras la experiencia en México y en el mundo del virus de la Influenza se impulsaron “de manera transversal y sectorial, las estrategias y líneas de acción para la vigilancia epidemiológica, la promoción de la salud y la prevención de enfermedades; necesarias para lograr las metas y objetivos a los que nos hemos comprometido. El paso hacia un Sistema Universal de Salud requiere de la acción de todos los actores involucrados, para que desde la salud podamos contribuir con nuestro aporte al logro de un México más sano e incluyente”.

Hoy no es así, para desgracia de los mexicanos. Tras el bombardeo contra todas las instituciones de salud, las ruinas del sistema se observan, desafortunadamente, en todos los renglones y sintetizan en un fracaso mayúsculo no visto en los últimos 50 años.

No se entendió, no obstante que hace casi una década hubo la advertencia acerca de que la vigilancia epidemiológica era un ejercicio técnico, científico y de vinculación que integra a múltiples fuentes de información; mediante el análisis, estima y predice escenarios relevantes para la conducción de las políticas en salud.

En aquel entonces se insistió en que dicha vigilancia iba más allá, al integrar la información generada por otras dependencias o fuentes dentro y fuera del sector salud, lo que permitía representaciones más sofisticadas sobre la salud y la enfermedad, sobre sus determinantes y sobre las relaciones de estos con los desenlaces de salud y los contextos en que ocurren.

Hacían notar, también, que la vigilancia epidemiológica de entonces de la Dirección General de Epidemiología (DGE) tomaba en cuenta la información sobre la cobertura y calidad de los servicios de salud, sobre la vigilancia sanitaria nacional e internacional, sobre los estilos de vida y sobre sus determinantes estructurales.

Además, la misma resaltaba el análisis de la información y enfatizaba la estimación, predicción y proyección de casos como herramientas fundamentales para la acción dirigida.

Y recordaban que en la última década el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) había enfrentado grandes desafíos, incluida la modernización de su infraestructura informática y los procesos de recopilación y difusión de la información. Pero, decían, que el sistema había respondido oportunamente y con mayor calidad a las necesidades de sus usuarios de entonces.

También, aseguraban, se habían profesionalizado los recursos humanos responsables de la vigilancia epidemiológica en el país, lo que garantizaba la gestión con calidad del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, “Dr. Manuel Martínez Báez” (INDRE) y de la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública (RNLSP) y la operación del laboratorio con las funciones de vigilancia epidemiológica en todo el país.

¿Existen aún? Es la pregunta ante el desastre existente en el país en el sector salud. Ojalá no hayan enterrado lo poco que había.

LA GOTA QUE DERRAMÓ EL VASO

Hoy, México, cuyos científicos merecen todo el respeto, no obstante ser denigrados desde el poder, seguramente ya conocen el trabajo hecho en España, porque en materia de bioterrorismo, ya se sabe, desde 1984 hay temor, luego de que la secta hinduista Rajneeshes, envenenó con salmonela la comida en varios restaurantes de la localidad estadounidense de The Dalles (Oregón). No hubo muertos, pero sí 751 infectados.

También porque 10 años después, la secta japonesa Aum Shinrikyo (La Verdad Suprema) realizó una diseminación de Bacillus anthracis en forma de suspensión líquida desde un edificio en Kameido (Tokio). Además, en 1995 el mismo grupo volvió a atacar con la toxina botulínica y agentes de carbunco líquido en diversos lugares, como el centro de Tokio, el metro, el aeropuerto, el Parlamento, e incluso en dos bases navales americanas. No hubo informe oficial sobre víctimas.

La gota que derramó el vaso fue en 2001, el 18 de septiembre, fueron enviadas postalmente esporas de Bacillus anthracis a congresistas y a periodistas en Estados Unidos. Hubo cinco muertos, por lo que desde 2004 la ONU alertó sobre el bioterrorismo, ya que actualmente se consideran virus riesgosos: Influencia AH1N1, Sars Cov, Merslov, los florivines (entre éstos Melburg y Ébola), los aerotrópodos, como Chikungunya, el Mavoro (parecido al dengue), la fiebre de oropauche, la fiebre amarilla, los flavivirus con 3 variantes europeas, siberiana y del Lejano Oriente. Y en fin.

En España, por ejemplo, ya pusieron en marcha la Comisión de Biocustodia, con la finalidad de desarrollar todas las medidas necesarias para posibilitar la elaboración de un inventario de agentes biológicos relevantes a nivel nacional; la custodia efectiva de esos agentes, controlando el acceso físico a ellos; la protección física de las instalaciones donde se manejen dichos agentes; y el control del transporte y la transferencia de esos agentes dentro del territorio nacional.

Además, dicen los científicos, senadores, marinos, policías y una gama de especialistas que intervinieron en la elaboración del trabajo realizado en Madrid y publicado apenas este año en Scielo, denominado “Amenazas biológicas intencionadas: implicaciones para la Seguridad Nacional”, lo necesario de controlar las importaciones de material sensible, así como el de doble uso.

Precisaron la recomendación para su país de inspeccionar y checar el comercio que de este material se pueda producir la herramienta para hacerlo, precisan, es la legislación existente para el control del comercio exterior de material de doble uso, donde están incluidos los agentes biológicos, de acuerdo con las definiciones que de ellos se hace en la ley.

¿Y en México?

Por estas tierras no hay nada… de no ser insultos, agresiones y MENTIRAS en abundancia diariamente para disfrazar el fracaso.