*Ocurrió en la Copa Mundial Femenil Sub-17 de la FIFA 2025, celebrada en Marruecos.
*Se quedó con el tercer lugar del torneo, con una actuación heroica de Valentina Murrieta y un cierre de partido de película.
08.11.2025 En una tarde vibrante en Marruecos, la selección mexicana femenil Sub-17 escribió una página gloriosa en su historia al conquistar el tercer lugar del Mundial tras vencer a Brasil en una dramática tanda de penales (3-1), luego de empatar 1-1 en el tiempo reglamentario.
El equipo dirigido por Miguel Gamero mostró temple, carácter y un fútbol valiente que emocionó a la afición mexicana y dejó claro que el futuro del balompié femenil nacional está en buenas manos.
El partido fue una batalla táctica desde el inicio. Brasil se adelantó en el marcador con un gol de Kaylane, quien aprovechó un descuido defensivo para poner en ventaja a las sudamericanas. Pero México no se rindió. Con garra y determinación, las tricolores empujaron hasta el último minuto, y fue Maribel Flores quien, con sangre fría y precisión quirúrgica, igualó el marcador en tiempo de compensación, desatando la locura en el banquillo mexicano.
La tanda de penales fue un espectáculo aparte. Valentina Murrieta, la arquera mexicana, se convirtió en la gran heroína al detener dos disparos brasileños con reflejos felinos y una serenidad admirable.
Su actuación fue clave para sellar el 3-1 definitivo desde los once pasos. También brillaron Tatiana Flores, quien convirtió su penal con autoridad, y Montserrat Saldívar, que fue un motor incansable en el medio campo durante todo el torneo.
Este triunfo no solo representa una medalla de bronce: es un símbolo del crecimiento del fútbol femenil en México. Las jugadoras demostraron que están listas para competir al más alto nivel, con una generación que combina talento, disciplina y una pasión contagiosa por el juego.
El cuerpo técnico, encabezado por Gamero, supo leer el partido y mantener la calma en los momentos más tensos. La estrategia, el trabajo colectivo y la confianza en sus jugadoras fueron determinantes para alcanzar este histórico resultado.
Con este logro, México se despide del Mundial Sub-17 con la frente en alto, dejando una huella imborrable y sembrando esperanza para el futuro. La medalla de bronce brilla como testimonio del esfuerzo, la entrega y el talento de estas jóvenes guerreras que ya son orgullo nacional.












