México responde al abuso sexual con pacto nacional.

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14.11.2025.- Ciudad de México.- En medio de una creciente ola de denuncias por abuso sexual en México, incluida una agresión contra la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobierno federal lanzó el Pacto de Xicoténcatl, una iniciativa que busca homologar el tipo penal de abuso sexual en todo el país.

Aunque el discurso oficial habla de transformación y unidad, voces feministas advierten que el reto va más allá de reformas legales: se trata de cambiar una cultura que normaliza la violencia.

El encuentro, encabezado por la Secretaría de las Mujeres y las comisiones de Igualdad de Género del Congreso, reunió a representantes de los tres poderes y de los 32 estados. La secretaria Citlalli Hernández Mora lo calificó como “punto de partida” para garantizar igualdad sustantiva y erradicar las violencias.

Sin embargo, el contexto no es menor: el país enfrenta cifras alarmantes de violencia sexual, desapariciones de mujeres, adolescentes y niñas, violencias a sexual digital,  donde el episodio contra la presidenta encendió las alarmas sobre la impunidad y el machismo estructural.

El pacto incluye siete acuerdos que buscan fortalecer los derechos de las mujeres y sancionar de forma uniforme el abuso sexual. Legisladoras como Martha Lucía Mícher y Anaís Burgos insistieron en la urgencia de armonizar leyes que hoy castigan de forma desigual a los agresores, dependiendo del estado donde ocurra el delito.

“Los derechos no deben depender del código postal”, sentenció Mícher.

Aunque el gobierno presume avances en igualdad, como el ascenso de México en el Índice de Brecha de Género del Foro Económico Mundial, activistas señalan que los marcos normativos deben traducirse en justicia real.

Moni Pizani, representante de ONU Mujeres, recordó que cada estadística es una historia de miedo y silencio. “Este pacto es una promesa colectiva de que ninguna mujer volverá a escuchar que no vale la pena denunciar”, dijo.

El Pacto de Xicoténcatl llega en un momento clave: con una presidenta que se auto cataloga como feminista al frente, el Estado mexicano tiene la oportunidad de demostrar que el discurso de transformación no se queda en el papel.

Pero para muchas mujeres, la verdadera transformación será cuando todas puedan caminar seguras, denunciar sin miedo y vivir sin violencia.