/ Eduardo Sadot /
Durante siete años el gobierno se ha robado el dinero de mantenimiento de todo, pero particularmente de calles y carreteras ¡en todo el país! Respetable lector, sabe acaso lo que esto significa en dinero, no quiere decir que en las cuentas y en la auditoría superior de la federación no apareciera el gasto millonario de mantenimiento, particularmente de elevadores, metro, calles y carreteras, en bacheo y pavimentación el gasto en carpeta asfáltica en ¡todo México! ¡se pagó pero no lo hicieron!¡se lo robaron!
Un país que ocupa el lugar número catorce de entre los veinte países más grandes del mundo, con una superficie de (1,960,647) un millón novecientos sesenta mil seiscientos cuarenta y siete kilómetros cuadrados. Que demandan comunicación carretera, tenemos una red nacional de caminos de (916,078) novecientos dieciséis mil setenta y ocho kilómetros sin mantenimiento (por cierto, construidos durante gobiernos priístas y panista, para quienes decían que no hicieron nada, pero les daban mantenimiento), ello incluye carreteras federales, estatales, y municipales. Tan solo las autopistas de cuota son 11 mil 174 kilómetros, para darnos una idea, las carreteras de cuota que tiene México, son el equivalente a casi los 11 mil 122 kilómetros de playas que tiene el país, sumados los kilómetros de playa del pacífico, tenemos 7 mil 828 kilómetros y en el Golfo más las del mar caribe 3 mil 294 kilómetros.
El robo de mantenimiento es inmenso, pueden decir cualquier cantidad de dinero gastado en mantenimiento y quién va a contar los baches “tapados” por el gobierno cuánto material se gastó para rellenarlos, y la repavimentada de las carpetas asfálticas (carreteras) quién va a revisar si el reencarpetado tiene cinco, dos o un centímetros de profundad, total nadie se da cuenta, como nadie se da cuenta si se reencarpetó pero las lluvias de lo acabaron aunque nunca se hallan reencarpetado. Un robo silencioso, pero si a ello agregamos los kilómetros de calles. Pues alcanza para pagar votos, viajes a Europa y hasta Japón, sin que nadie reclame. Pero si a ello agregamos los miles de litros de pintura que se necesitan para pintar las carreteras, para que los conductores en la noche o con mal tiempo puedan identificar su ubicación en los carriles correctos, la cifra se dispara a miles de millones de pesos, ante el silencio – algunas veces cómplice – de algunos mexicanos crédulos y fanáticos.
Pero todo ese robo, como toda negligencia u omisión en la administración pública, tiene repercusiones en la vida de los mexicanos y muchas veces en la pérdida de vidas humanas en accidentes, así podríamos – no lo hacemos por falta de espacio – pero podemos imaginar la cantidad de accidentes en carreteras y muertos, como también accidentes y gastos materiales en reventones de llantas y pérdidas mecánicas en suspensión, más accidentados por los baches en las calles, además de la frustración e impotencia, superar esa etapa en México costó muchos años y se tiró a la basura.
La señora Sheinbaum dejó las calles de la ciudad de México llena de baches, en estado deplorable por la falta de mantenimiento, que incluye bacheo, repavimentación y pintado de señalamientos y, nadie le dice ni reclama nada en las mañaneras. El presidente obrador dejó igual, en las mismas condiciones a todo el país, porque las exigencias de “aportaciones” a todos los gobernadores durante siete años salieron de ahí.
El escritor francés Albert Camus en su novela “La Peste” explica como el desastre de la peste en la ciudad Orán de Argelia comienza con la aparición de miles de ratas muertas y termina con la muerte de personas por la peste, durante el gobierno de la señora Sheinbaum en la ciudad de México, se vivió la pandemia del COVID pero hubo una más grave aún cuyas consecuencias siguen manifestándose a diario y es – como la aparición de las ratas en Orán – la aparición de baches en la Ciudad de México. Ello es ¡Falta de mantenimiento por robo!
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