¿Misoginia o machismo?

*13 claves para detectar a un hombre misógino: no siempre es tan sencillo como imaginas.

GLENDA ROSADO

¿Misógino? ¿Y eso qué es? Seguramente has escuchado la palabra, pero no te imaginas el significado. Según la Real Academia Española, un hombre misógino es uno que odia a las mujeres, manifiesta aversión hacia ellas o rehuye su trato.

Muchas veces, hombres a nuestro alrededor actúan de esa manera, de forma sutil y poco notable. Sin embargo, es importante que como mujeres detectemos ese tipo de individuos y nos mantengamos alejadas de ellos, especialmente si pretendemos entablar una relación romántica. Pero si eres hombre también es importante reconocer estos comportamientos para no caer en ellos o para saber si tus seres cercanos los reproducen.

A veces creemos que el odio hacia las mujeres sólo se expresa de forma explosiva, con golpes o amenazas. Pero la violencia de género también se manifiesta con actos a veces imperceptibles o que incluso consideramos normales.

¿Cuáles son las causas de la misoginia?

Según la revista Psychology Today, típicamente la misoginia es un odio inconsciente que los hombres forman temprano en la vida. Lo usual es que sea el resultado de un trauma con una figura femenina en la cual confiaron. Una madre, novia o profesora abusiva, pueden ser la razón por la que muchos hombre forman el odio hacia las mujeres. Pero incluso un varón que no tuvo problemas con ellas durante su crecimiento puede presentar esta peligrosa aversión.

La forma como se representa a las mujeres en los medios —tanto en publicidad como en series y películas— puede ocasionar que los hombres (¡y mujeres!) asimilen desde una edad temprana que las féminas son objetos hechos para obtener satisfacción personal. Esta forma de pensar ocasiona que los hombres vean a las mujeres como seres inferiores a ellos.

Establecer de dónde proviene la misoginia de una persona no es sencillo, ya que el contexto varía en cada caso. Lo que se mantiene constante es la cultura patriarcal y tóxica que puede verse en cualquier parte del mundo y que afecta la forma como los varones perciben a las mujeres. Sí, sabemos que muchos de nosotros huimos de la expresión “patriarcado” porque a algunos lo consideran como un pretexto flojo para “echarle la culpa de todo a los hombres”. Pero la historia no miente.

Como señaló un estudio psiquiátrico de 2017, el odio hacia las mujeres se encuentra presente desde la antigüedad. Por ejemplo, en el mito cristiano de la creación, en donde Eva fue quien cedió ante la tentación del pecado y por culpa suya ella y Adán fueron desterrados del Edén. Incluso Aristóteles, uno de los filósofos más importantes y estudiados en el planeta, creía que las mujeres eran hombres incompletos, por lo que siempre debían estar bajo su subordinación. Sigmund Freud basó gran parte de su teoría psicoanalítica en que ellas tenían envidia del pene de los hombres.

La misoginia interiorizada (o sexismo interiorizado) es el fenómeno en el cual un individuo aprende esta clase de ideas y actitudes en contra del sexo opuesto, tanto de forma pasiva como activa. Estos prejuicios llegan a estar tan arraigados que la aversión se presenta incluso cuando las mujeres no están presentes. Por ejemplo, cuando un grupo de amigos se manda memes en WhatsApp sobre que las mujeres sólo sirven para tener sexo con ellas y para hacer el desayuno.

Otra explicación psicológica para la misoginia está en el síndrome ‘Madonna-puta’. Dicho complejo se caracteriza por el pensamiento de que una mujer sólo puede ser una virgen (es decir, una mujer pura y maternal) o una prostituta. Esta teoría identifica a las personas que no aceptan que se pueda ser “buena mujer” y un ser sexual a la vez, lo cual les puede hacer sentir desprecio hacia las que no cumplan con sus expectativas o que pretendan pertenecer a ambas categorías.

No todos los hombres misóginos odian a las mujeres por las mismas razones. Algunos creen que no se puede confiar en ellas, otros que son superficiales y hay quienes tienen resentimientos porque siempre los dejan en la “friendzone”. Las justificaciones pueden variar muchísimo en cada caso, pero en general los expertos señalan que los misóginos sienten rechazo hacia las mujeres que no siguen las reglas e ideales impuestos por ellos.

Como detalla el Dr. Mel Konner, estos prejuicios tienen el objetivo de separar y aislar al grupo en cuestión, verlos como inferiores y privarlos de oportunidades (durante siglos las mujeres tuvieron prohibido estudiar e incluso continúa siendo un tabú en algunos países que ellas decidan cómo manejar su vida sexual y reproductiva).

¿Hay una diferencia entre misógino y machista?

Los términos “misoginia” y “machismo” suelen ir de la mano ya que ambas actitudes despliegan comportamientos negativos hacia las mujeres. Pero, como tal, son palabras con implicaciones un tanto distintas. Una persona machista es aquella que cree que las mujeres son menos importantes, inteligentes o hábiles que los hombres, lo cual lo lleva a tratar a ambos géneros de forma desigual.

La definición de misoginia también abarca la opinión de que los hombres son superiores a las mujeres, pero agrega el factor de la aversión hacia el otro género. Esto quiere decir que ambos tipos de hombres consideran que las féminas no son tan valiosas como ellos, pero uno misógino también las odia por el simple hecho de ser mujeres. Así, no todos los machistas son necesariamente misóginos, pero sí es común que esa forma de pensar se convierta en odio con el paso del tiempo.

Claves para detectar a un misógino.

Aunque no todos los misóginos se comportan igual y presentan el mismo nivel de agresividad, existen ciertas pautas que te permitirán identificarlos. Tal vez ni siquiera ellos se den cuenta de sus actitudes tóxicas, porque si su ambiente cotidiano tiende a la misoginia, es probable que sus comportamientos les parezcan normales. Pero no lo son. Aquí te compartimos algunos de ellos:

Emplea a las mujeres como el centro de sus bromas o para plantearlas como ejemplos que demuestren la supuesta verdad detrás de sus argumentos. Su defensa para su comportamiento puede ser que está coqueteando, que es divertido o carismático. No dejes que te confunda. De hecho, no es extraño que algunos de estos hombres se describan a sí mismos como “amantes de las mujeres”.Actúan de manera irregular, al pasar de forma abrupta de encantador a grosero y viceversa.Hacen promesas a las mujeres que no intentarán cumplir; con los hombres, por el contrario, casi siempre cumplen su palabra.Su comportamiento hacia las mujeres suele ser engreído, controlador y egocéntrico.Es extremadamente competitivo, sobre todo con las mujeres. Si una mujer lo hace mejor que él social o profesionalmente, se siente terrible; pero si pasa con un hombre, es capaz de ver la situación de forma objetiva.Trata a las mujeres de manera diferente a los hombres en el lugar de trabajo y entornos sociales, muchas veces reduciendo la importancia de la mujer.Sexualmente, le gusta controlar y da poca o ninguna atención al placer sexual de su pareja. Le gusta el sexo oral, pero sólo como receptor. Sus posiciones favoritas durante el sexo le permiten evitar mirar a la mujer a los ojos.Ejerce violencia verbal, psicológica, física y económica.Engaña a las mujeres con quienes está en una relación. La monogamia es la última cosa que él siente que le debe una mujer.Puede desaparecer de forma repentina de una relación sin finalizarla primero (y tratar de regresar tiempo después con alguna excusa).Sienten que es necesario explicarle a las mujeres todo lo que ocurre porque asumen que ellas no comprenderán por sí solas. También les gusta exponer lo que una fémina acaba de decir porque tienen la impresión de que no se dieron a entender.Utilizan la biología para “comprobar” que las mujeres son inferiores. Como al hacer menos los sentimientos, ideas y problemas de ellas porque «están hormonales» o porque «están en sus días».En el ámbito laboral, tienden a tomar ideas de sus compañeras y presentarlas como suyas para llevarse el crédito.

Es importante identificar a un hombre misógino. Nunca cedas tu lugar y no dejes que un hombre menosprecie tu valor. Cuando te sientas incómoda o seas el centro de sus bromas o comentarios inadecuados, debes alzar la voz. Si conoces a un hombre cercano a ti que actúa de esa manera, lo mejor es buscar la ayuda de un psicólogo.

En casos leves, es posible que un hombre reconozca su comportamiento inadecuado después de conversar durante un periodo de tiempo. Pero en situaciones extremas, un misógino puede tornarse violento a la menor provocación e incluso llegar a cometer un feminicidio. Elliot Rodger, un joven de 22 años, asesinó a seis personas e hirió a 14 más el 23 de mayo de 2014 en California. ¿La razón detrás de su furia? Quería venganza al haber sido rechazado de forma injusta por las mujeres, según él.

Por ello debemos reconocer que la misoginia es un problema real con consecuencias funestas. Desde negarle un trabajo a una mujer hasta matarla por creer que no merece existir si quiera. Conoce lo que puedes hacer para combatir la misoginia, las 8 mejores frases de Emma Watson en la ONU pueden ser un buen comienzo para educarnos.

¿Se puede dejar de ser misógino?

Aunque no se trata de un proceso rápido y sencillo, es posible que un hombre deje de ser misógino. La clave está en que estas personas reconozcan que lo son y que su odio hacia todas las mujeres no está justificado: se debe en parte a su historia personal y a cómo la ha interpretado de acuerdo a la cultura en la cual vive. Te recordamos que si conoces a alguien con un nivel alto de misoginia interiorizada, puede ser peligroso enfrentarlo sola o solo.

El autor y conferencista Charles Eisenstein opina que los hombres misóginos sí pueden cambiar, pero la responsabilidad recae en ellos y en la cultura que los rodea. Él explica que las principales víctimas del patriarcado son las mujeres, a quienes se menosprecia, violenta, oprime, viola y asesina. Pero los hombres tampoco ganan con este sistema.

En la sociedad patriarcal la masculinidad se define por qué tan rudo puedes ser, cuántos lujos posees, qué tanto puedes contener tus sentimientos. Eso lleva a los hombres a creer que no necesitan intimidad, sino sexo; que para ser valiosos necesitan de dinero y estatus, no un entendimiento de sus emociones y relaciones profundas con quienes le rodean. Para evitar el sentimiento de fracaso inherente a esta forma de pensar, los varones tienden a ser controladores y sus víctimas, por ende, son el sexo que durante siglos ha sido definido como el más débil. Pero sus abusos jamás lo harán sentir satisfechos, por lo que su comportamiento no hará más que agravarse.

Existen grupos creados por y para varones que invitan a los varones a re-definir lo que significa ser hombre para erradicar este tipo de conductas destructivas. The Good Men Projectes uno de ellos, en donde sus miembros encuentran un lugar seguro para compartir sus historias e informarse sobre una gran variedad de temas — desde política, deportes y sexo, hasta familia y cuestiones de género. Con ello defienden el hecho de que los hombres son multidimensionales y debe tanto reconocerse como celebrarse que pueden ser tan sensibles y alegres, como serios y dedicados.