Morena busca blindarse con Claudia Sheinbaum en la boleta intermedia; posponen discusión de dictamen

* La propuesta de adelantar la revocación de mandato para hacerla coincidir con las elecciones de 2027 revela un intento del oficialismo por capitalizar la popularidad de la presidenta en medio de un clima adverso para el partido, de acuerdo a analistas y diversos sectores.

10.09.2025 Ciudad de México.- La Comisión de Puntos Constitucionales, con su mayoria de Morena en la Cámara de Diputados pospuso este lunes la discusión de una controvertida iniciativa que busca reformar la Constitución para adelantar la consulta de revocación de mandato presidencial y empatarla con las elecciones intermedias de 2027.

La propuesta, impulsada por el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, ha encendido las alertas en la oposición y en sectores críticos del oficialismo, que ven en esta maniobra una jugada de alto riesgo político, insertar a la presidenta Claudia Sheinbaum en la boleta electoral para apuntalar a un partido golpeado por escándalos y bajo desempeño gubernamental en materias como seguridad, crisis de personas desaparecidas, violencias contra mujeres niñas y adolescentes, violencias políticas, ejecuciones, violencia contra migrantes; crecimientos de carteles sexenales; exclusión de sectores involucrados de políticas Públicas

La justificación formal de la iniciativa es el ahorro presupuestal. Según sus promotores, realizar la consulta de revocación el mismo día que los comicios federales permitiría reducir costos y aumentar la participación ciudadana. Sin embargo, el trasfondo político es evidente, señalan diversos sectores.

Morena enfrenta un desgaste acelerado en su primer año de gobierno sin Andrés Manuel López Obrador moderando a las llamadas “tribus”, y busca anclarse a la imagen -aún sólida- de Sheinbaum, cuya aprobación se mantiene en 76% según la última encuesta de TResearch.

El problema es que la presidenta no es AMLO. Aunque goza de respaldo mayoritario, su figura no despierta el fervor ni la disciplina electoral que caracterizó al obradorismo, que por más de 18 años recorrió el país por tierra generando un arraigo sin precedentes.

Más aún, su cercanía con cuadros cuestionados y su silencio ante múltiples crisis internas del partido podrían convertir a Claudia Sheinbaum en rehén de los pasivos de Morena en lugar de ser su salvavidas, opinan politólogos que han destacado que por tal motivo, y rumbo a las elecciones intermedias, el presidente realizará una gira nacional para “presentar” su nuevo libro.

En los últimos meses, el partido de Morena y aliados ha sido sacudido por escándalos y denuncias de acoso laboral y sexual, violencia de género, nepotismo, corrupción, enriquecimiento ilícito y ostentación de lujos por parte de funcionarios y legisladores en funciones.

A esto se suma el bajo desempeño de varios gobiernos estatales y municipales emanados de Morena, lo que ha erosionado su credibilidad y generado descontento incluso entre las y los votantes tradicionales del movimiento de Regeneración Nacional .

La estrategia de colocar a Sheinbaum en la boleta intermedia, bajo el ropaje de la revocación de mandato, busca revertir esa tendencia. Pero también implica un riesgo: si el clima de desconfianza hacia el partido se mantiene o se agrava, la presidenta podría verse arrastrada por el descrédito generalizado, comprometiendo su margen de maniobra y su legitimidad futura.

La posposición del debate legislativo sugiere que, pese a la mayoría numérica, la aplanadora morenista enfrenta resistencias internas y cálculos aún no resueltos.

La oposición ha advertido que no permitirá una reforma constitucional que, a su juicio, distorsiona el sentido original de la revocación de mandato y convierte un mecanismo de rendición de cuentas en una herramienta de propaganda electoral, Sin embargo puede hacer ante la sobrerrepresentación ilegal de Morena y aliados que no supieron o quisieron frenar a tiempo, con las consecuencias de cancelar los contrapesos en la República mexicana.

En este contexto, el oficialismo se encuentra ante una disyuntiva: insistir en una reforma que podría blindar al partido a corto plazo pero debilitar a la presidenta a mediano, o replantear su estrategia de cara a las intermedias, apostando por la reconstrucción de su base social y la depuración de sus estructuras. La decisión marcará el tono del segundo año de gobierno y definirá el equilibrio de fuerzas rumbo a 2027.