22.10.2024 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- Investigadora, escritora y periodista, nombrar a Martha Acevedo es reconocerla como pieza clave en la articulación del movimiento feminista en México; con una extensa trayectoria de lucha y rebeldía por la defensa de los derechos de las mujeres, Acevedo deja con su lucha los cimientos para seguir reflexionando sobre el rol de las mujeres y despertar la inquietud de seguir en movimiento.
Recordada por ser uno de los primeros rostros en aparecer en los espacios públicos de la capital mexicana para denunciar el tradicionalismo patriarcal, la lucha de Martha Acevedo no inicia en la academia; inicia, como muchas otras activistas, desde la experiencia de ser renegada y discriminada en casa.
Martha Acevedo estudiaba biología en la Universidad Autónoma de México cuando contrajo matrimonio y truncó sus estudios con el objeto de acompañar a su esposo quien había obtenido una beca en los Estados Unidos; ahí, inició su rol como esposa, el trabajo doméstico y también, su lucha por abrirse su propio camino.
La beca que recibían era insuficiente para mantenerles, así que Martha Acevedo comenzó a colaborar en el departamento de astrofísica en el Instituto de Tecnología en la ciudad de California; su inteligencia y habilidad para la observancia de astros le valió el logro de ser la descubridora de una estrella supernova. Movida por su hallazgo, Martha Acevedo no recibiría ningún mérito a pesar de la importancia de su descubrimiento, historia que se repetiría con su esposo, quien también ignoraría la noticia.
Este capítulo sería el primer sentimiento de rabia y frustración que resultaría catártico en su vida, pues luego de asistir a una manifestación feminista en San Francisco que celebraba un aniversario del sufragio femenino, Martha Acevedo comenzó a cuestionar su rol en la sociedad, la opresión patriarcal, la subordinación y la asimetría de los derechos de las mujeres.
Empujada por este suceso, Martha Acevedo comenzaría a escribir sus reflexiones sobre el cuidado, el servilismo, el rol de género y a repudiar la subordinación de las mujeres en el espacio público y privado. Posteriormente, publicaría sus columnas en la revista mexicana Siempre!, y encontraría en el periodismo otra de sus pasiones que ejercería durante el resto de su vida.
Incidiendo desde las calles
La mañana del 9 de mayo de 1971 y de regreso en la capital, Martha Acevedo, acompañada de las feministas Antonieta Zapiaín y Antonieta Rascón se armaron con globos, folletos y pancartas para realizar una protesta en contra de la tradición del 10 de mayo; estos hechos acontecieron en el Monumento a la Madre.
Lo que parecía que sería un acto sin mayor trascendencia entre las 3 mujeres, terminó teniendo una fuerte cobertura mediática donde más mujeres pasaron al monumento a mostrar apoyo, entre ellas, las concursantes de Miss Universo quienes dejaron flores en señal de apoyo.
Esta manifestación es importantísima, pues se nombró en un espacio público el tema de los cuidados; materia que hace 50 años resultaba irreconocible.
Martha Acevedo dio un golpe a la idea de la maternidad basada en el sacrificio y el trabajo doméstico; cuestionó que ser madre no era el único destino de las mujeres y que no existía algo tal como los actos de cuidado y amor, pues esto era trabajo que debía ser reconocido.
Como un apunte extra, hablar de maternidad sería uno de los puntos de inflexión de esta feminista, pues 5 años después de este suceso, escribiría su libro El 10 de mayo, un manifiesto que cuestionaba, precisamente, los mandatos de la maternidad.
Paralelamente, Acevedo se prepararía para dar otro golpe al conservadurismo de los años 70s; tras acuerparse con otras pensadoras feministas y activistas, se embarcó también en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos comprendiendo así, que el inacceso y criminalización al aborto era una violación directa a los derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes que encaraban la punibilidad del delito con extrema violencia.
Así, Martha Acevedo preparó y emprendió una fuerte protesta afuera de la Cámara de Diputados para exigir la despenalización del aborto y también, presentó una iniciativa de ley.
Este parteaguas en la vida de la investigadora le permitiría comenzar a incidir desde adentro del sistema con una perspectiva feminista. En 1976, Martha Acevedo ingresó a la Secretaría de Educación Pública donde fue pionera en nombrar las necesidades diferenciadas de las niñas, lo poderoso que sería empoderarlas y construir programas educativos sin sesgos sexistas.
La lectura como arma para las niñas
A Martha Acevedo se le atribuye la creación y dirección del, entonces, programa federal Rincones de Lectura para el Fomento de la Lectura en la Educación Básica. Este programa quedó bajo su dirección en 1986 y que constaba de otorgar un banco de lecturas para niñas y niños de primaria, sería una herramienta de libre acceso y que no estuvieran apegadas al programa de textos gratuitos.
Estos contenían, por ejemplo, obras de literatura y entre el 86 y el 2000, Martha Acevedo fue encargada de vigilar la edición de 45 millones de ejemplares que corrían bajo la editorial Libro del Rincón, órgano que también fue planteado, diseñado y creado por ella, asimismo, editó casi 500 títulos para infancias.
El objeto de este programa era instar a las y los docentes a dedicar 40 minutos diarios a la lectura; dejaban a las infancias andar en ese «rincón de lectura» tomar los libros que quisieran y leer el que más les apeteciera.
Con una mente llena de proyectos futuros a favor de las niñas y niños, la nación sucumbía a causa de malas decisiones políticas y una economía que parecía sólo ir en declive. En aquel entonces, Martha Acevedo trabajaba para el titular del poder ejecutivo: Ernesto Zedillo.
El país se hundía en una crisis financiera y no había mayores fondos para sostener muchos proyectos federales; Martha Acevedo fue despedida un 3 de enero y según compartió para el medio El Informador, ese fue «el día más triste de su vida».
«Mi mamá nos contaba cuentos todos los días por la noche, eran cosas fabulosas… tener libros en casa era como tener regalos, quizá por eso entendí de otra manera los libros en el aula. Los rincones de lectura sólo eran el principio», dijo para el medio en 1995.
El programa y la editorial que Martha Acevedo había construido se quedarían con un menor presupuesto y ella tendría que irse.
Martha Acevedo dedicó su vida al periodismo de género escribiendo por 25 años para El Debate Feminista, investigando sobre el cuidado e incidiendo a favor de los derechos de las niñas, defendiendo la maternidad deseada y defendiendo el trabajo de cuidados.
Con una lucha que data de la segunda ola del feminismo y con 60 años transformando desde su trinchera, Martha Acevedo deja un vacío profundo en el activismo feminista de México y América Latina, pero también, deja sólidas bases para seguir aportando desde el periodismo, la investigación, las calles y desde todo frente combativo contra el sistema patriarcal.