*Escrito por Wendy Rayón Garay .
23.02.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- En la República Democrática del Congo (RDC), 163 mujeres privadas de su libertad fueron víctimas de violencia sexual y posteriormente quemadas estando aún con vida tras la fuga masiva de más de 3 mil reos de la prisión central de Goma, liberados por el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) durante la toma de la ciudad.
Según reportó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hay una preocupación por el incremento de este delito que usa a las mujeres como botín de guerra y que también ha sido una característica común en el conflicto armado del país.
Las mujeres y las niñas en tiempos de guerra son tratadas muchas veces como “botín”. La violación es una táctica utilizada como estrategia de terror y como forma de tortura. Las consecuencias físicas y mentales de estas agresiones dejan huellas emocionales y físicas imborrables.
Esta forma de agresión también puede ser utilizada como parte de una limpieza étnica, tal y como se vio con las violaciones sistemáticas y los embarazos forzosos de la antigua Yugoslavia en los años noventa.
Las violaciones, la esclavitud sexual y otras formas de violencia sexual cometidas en el contexto de un conflicto armado son crímenes de guerra.
Mireya Cidón, Aminstía Internacional España
Chantal Chambu Mwavita, ministra congoleña de Derechos Humanos, explicó ante el comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) que en la cárcel central de Goma “había muchas personas condenadas por violencia sexual” y que, probablemente, los prisioneros fugados pertenecían al grupo rebelde M23.
Esta combinación produjo los eventos ocurridos el pasado 27 de enero junto a la proliferación de armas, saqueos en edificios legales, ataques a mujeres que defendían y protegían a mujeres víctimas de violencia y finalmente el bombardeo del hospital materno de Goma donde murieron embarazadas y mujeres que acababan de dar a luz.
Es claro que, las mujeres han sido arrastradas a este conflicto armado siendo la violencia sexual una herramienta para ejercer control. Sin embargo, la oficina del Alto Comisionado ha detectado que no solo es perpetuada por el grupo rebelde M23, sino también por elementos de las Fuerzas Armadas Congoleñas donde se tiene registro de al menos 52 mujeres víctimas de este delito.
Al mismo tiempo, el Fondo de la Población de la ONU advirtió el aumento del número de violaciones y violencia de género en la zona, así como el acceso humanitario que se encuentra limitado, lo que provoca que las niñas y mujeres “soporten la peor parte de la devastación” y se enfrenten a violencia sexual, actitudes sexistas, embarazos no deseados, y falta de buena salud.
Según la UNICEF, tan solo en la provincia de Kivu Septentrional se contabilizaron 38 mil casos de violencia sexual en el primer trimestre de 2023, representando un aumento del 37% respecto al mismo periodo de 2022.
Debido al conflicto armado, los Estados miembros del Consejo de la ONU aprobaron la realización de una investigación para indagar violaciones a los derechos humanos, haciendo un énfasis en la violencia sexual y de género, sin dejar de lado las ejecuciones, secuestros, desapariciones, ataques contra personas defensoras y periodistas, bombardeo de lugares de desplazados, hospitales y escuelas.
«Estoy horrorizado por la propagación de la violencia sexual que ha sido una característica atroz de este conflicto durante mucho tiempo. Es probable que esto empeore en las circunstancias actuales» -Volker Turk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Las Naciones Unidas han aprobado compromisos internacionales para abordar la violencia de género relacionada con los conflictos, entre ellos la resolución 1960 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ofrece un sistema de rendición de cuentas para la violencia sexual relacionada con los conflictos; estipula una recopilación de información sobre este tipo de violencia de forma coordinada y oportuna; e insta a los países a establecer compromisos específicos con fechas delimitadas.
Por otra parte, la resolución 2122 del Consejo de Seguridad establece la necesidad de contar con ayuda humanitaria que garantice el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los que atienden embarazos como consecuencia de una violación.
El M23
El M23 o el Movimiento 23 de Marzo es uno de los cinco grupos rebeldes en el país que está formado por la etnia tutsi que opera en la República Democrática del Congo (RDC), este cuenta con armas, asesoramiento, capacitaciones y asistencia en relación con actividades militares.
Ha recibido acusaciones de un posible apoyo de suministros (armas y municiones) por parte de las Fuerzas de Defensa de Ruanda (país con el que tuvo tres décadas de tensión armada).
Este grupo ha sido responsable de varias violaciones a derechos humanos, sobre todo cometidos contra infancias y mujeres como asesinatos, mutilaciones, actos de violencia sexual, secuestros y desplazamientos forzados. En 2014, a dos años de su formación, se contabilizaron al menos 46 violaciones de niñas y mujeres y denuncias de violencia sexual que con los años se ha acrecentado.
No obstante, también es conocido por realizar reclutamiento forzoso a niños. De 2012 al 2014 se registraron 146 jóvenes y niños enfilados algunos con apenas 15 años. De esta manera, las campañas de reclutamiento y la recepción de armas han llevado a la RDC a una inestabilidad y conflictos en la región violando el derecho internacional, según apuntó la ONU.
El motivo de su lucha corresponde a una pelea contra el gobierno y los militares hutus, pero con los años ha quedado claro un interés por el control económico y político de RDC, uno de los países más grande de África, el cual está en conflicto por su riqueza minera.
En 2013, el M23 fue desarmado gracias a esfuerzo de la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea después de la ocupación en Goma, un territorio fronterizo entre RDC y Ruanda, que ocasionó violaciones a derechos humanos. Sin embargo, en 2021 el grupo se volvió a activar y ahora parece haber recuperado el espacio.
M23 regresa a Goma
El pasado 27 de enero de 2025, el M23 tomó el control de la ciudad de Goma (la tercera ciudad más grande de RDC con 2 millones de habitantes) junto a la capital de la provincia de Kivu Septentrional. Aunque el gobierno no reconoce oficialmente la pérdida total de estos territorios, ya se han producido varios ataques, entre ellos en la cárcel central y el hospital materno de Goma.
Datos de la OMS muestran que los enfrentamientos entre el M23 y las Fuerzas Armadas de la RDC ya dejaron 787 muertos y alrededor de 3 mil heridos. Derivado del conflicto se han generado una serie de problemáticas llegando a haber una emergencia humanitaria y crisis de desarrollo humano que pone en peligro los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS).
De esta manera, alguna de las consecuencias del conflicto armado son la afluencia de heridos en hospitales que generan saturación de la atención médica; solicitudes urgentes de protección de civiles hacia la Oficina de Derechos Humanos; el reclutamiento y trabajo forzado; la proliferación de armas; el desplazamiento de alrededor de 700 mil personas; los pocos espacios que hay en los refugios congoleses para atender a su población; y los brotes epidémicos como la viruela del mono que, a finales de enero se contabilizaron que solo 15 de 143 casos confirmados seguían en aislamiento.