- Escrito por Arantza Díaz .
31.10.2024 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- Cimacnoticias investigó la coincidencia en casos de mujeres sobrevivientes de «estafa amorosa», ellas utilizaron aplicaciones de citas como Bumble o Tinder y comparten un común denominador: el mismo agresor, un hombre quien cambia de nombre, pero aplica el mismo método, el cual culmina en fraude, violencia psicológica, económica, digital y patrimonial, no obstante sus víctimas han emergido a través de una red de acompañamiento sororo y unidas señalan públicamente a su agresor.
El rostro de estas resistencias está presentado aquí, en testimonios de mujeres sobrevivientes recopilados por Cimacnoticias.
Descargar una aplicación en el teléfono móvil ha llegado a sustituir el encuentro en cafés, cines, fiestas o reuniones para conocer pareja, por lo que agresores y estafadores misóginos se apropian de esos sitios y replican el modelo amoroso patriarcal que tanto daño ha generado a las mujeres para arremeter contra ellas.
No hay que olvidar que la estafa amorosa se surte de la necesidad de ser amadas como único camino para conceder la aceptación social, es decir, una mujer en pareja heterosexual es concebida con mayor valía, por eso pervive la necesidad de encontrarnos en pareja a toda costa.
Además, la estafa amorosa también se surte de la entrega incondicional, por parte exclusivamente de las mujeres y de hacer efectivo aquello de «el amor todo lo puede».
También se perfila un hombre necesitado de ser cuidado y protegido quien recurre a estereotipos de fantasía que alimentan con descargas intensas de adrenalina, en este caso, se presenta un italiano, con futuro promisorio, ganas entrañables de encontrar a la mujer con quien podría compartir una vida y sostener con ella, viajes alrededor del mundo.
Este detonador desbordado de adrenalina es contrario al amor adulto, porque una relación basada en el respeto lo que aporta es paz y estabilidad emocional por lo que las narrativas patriarcales en pareja para las mujeres se han contado desde las emociones extremas.
Coral Herrera, autora de obras como «Mujeres que ya no sufren por amor«, doctora en humanidades e investigadora de la articulación entre las relaciones humanas, el amor romántico y las redes afectivas, abona a esta investigación cuestionando desde dónde se sostiene la estafa amorosa y la incidencia de factores como la culpa, la vergüenza, el poder y el mito feminizado de salvar a otros bajo la bandera del amor.
Los estafadores románticos buscan a mujeres vulnerables y que más necesidad tienen de palear este miedo tremendo que tenemos las mujeres a la soledad, se aprovechan del mito de la salvadora basado en la idea de que nosotras podemos salvar a los hombres de sus problemas económicos, de sus deudas, de sus adicciones -que también les causan problemas económicos-, y de alguna forma, se nos ha hecho creer que el amor es como una inversión, es decir, si salvas a un hombre de sus problemas financieros te va a amar toda la vida (…) pensamos que no nos van a abandonar»
Es importante señalar que en esta investigación se rompe con la presentación de perfiles masculinizados hegemónicos que enganchan por su dañina romantización. Consideramos necesario mirar desde la historia de las sobrevivientes para documentar sus resistencias ante la violencia y la relación entre ciberdelitos, amor romántico y fraude.
Sin estigmatizar el terreno virtual, desde Cimacnoticias consideramos oportuno exponer cómo se está llevando a cabo este modelo de estafa amorosa donde se crean perfiles falsos para entablar supuestas relaciones sentimentales y, a partir de ello, violentar a mujeres.
Diversos estudios han determinado que la violencia digital asociada a vínculos sentimentales afecta mayormente a mujeres y lo que les sucede no es un hecho aislado, sino convergente de vulnerabilidades asociadas a los roles y estereotipos de género.
Especialistas señalan que dichos estereotipos, con los cuales convivimos día a día en nuestra vida real, se trasladan al mundo digital y convierten a la tecnología en una herramienta para ejercer violencia. Al mismo tiempo, esto acrecienta la brecha digital al orillar a las mujeres a alejarse del uso de la web.
Con esto, llegamos a la conclusión de la necesidad de continuar la revolución amorosa, propuesta por la feminista Coral Herrera, para encontrar formas de amar en relaciones éticas, libres de violencia y cuidadosas emocionalmente.
Bumble
A Baruc lo dejaron desde muy pequeño a cargo de su tío, es italiano, políglota, amante del arte y ha tenido una infancia difícil donde su tío le decía «bastardo«. Ahora, ha arribado a México trabajando para la Secretaría de Gobernación y se prepara para conquistar la capital y emprender grandes proyectos; el guion de esta historia tiene de todo, lucha, resistencia, drama y finalmente, amor.
Baruc busca a una mujer que le muestre la ciudad y con quién pueda emprender una vida juntos.
En este punto de la historia, hay que mencionar otros componentes que enriquecen el guion que ha construido: estafa, mentira, robo y manipulación emocional que ha ejercido contra una docena de mujeres en total impunidad y desde hace más de una década en la Ciudad de México.
En abril, Paulina navegaba en Bumble cuando se encontró a Baruc; dijo que le gustaban los perros y presumía de no tener «habilidades sociales».
El chispazo fue veloz y el hombre logró madurar en Paulina la confianza al mover sus piezas con sumo cuidado contando la historia de su vida, las tristezas de la infancia y el discurso vendido de resiliencia; una relación fugaz de amor correspondido que, en menos de un mes, se convertiría en una persecución movida por la rabia, la impunidad y un robo de miles de pesos mexicanos.
«Sabes que yo jamás haría algo para fallarte, ¿cierto?«, le escribió Baruc a Paulina M. en abril de este año. Ella lo escuchaba y en sólo un par de semanas, se había convertido en el sostén de Baruc quien parecía experimentar angustia y temor todo el tiempo; «te apapacho», le respondía Paulina para tranquilizarlo y él agradecía a la vida haberla encontrado.
Tras días de intercambio de mensajes y un Baruc profundamente amoroso, el encuentro se pautó. Paulina tomó las llaves de su auto por la mañana y salió con dirección a Valle de Bravo.
El inicio de esta historia es una collage de muchas otras que Baruc, uno de sus tantos nombres falsos entre los que también se encuentra Laszlo, Ezra o Luka ha dado a múltiples mujeres desde hace años.
El caso ha sido documentado con anterioridad por Cimacnoticias en “El estafador de tinder chilango” donde se constata la violencia emocional, la revictimización y el largo camino por sanar tras ser víctimas de una estafa económica escondida bajo el discurso del amor romántico; una de las herramientas emocionales más destructivas sustentadas en la colusión y la permisión de un sistema patriarcal.
Para entender esto último, Cimacnoticias conversó con Brenda Macías, Jefa del Departamento de Difusión del Centro de Investigaciones y Estudio de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como con otras víctimas de Alfonso A, quienes desearían encontrar justicia tras la estafa amorosa y económica que vivieron o al menos, saber que no están solas.
Así, desde esta resistencia, Cimacnoticias documentó diversas redes de apoyo que se están tejiendo desde varios puntos de la Ciudad de México y zonas conurbadas: “Ya no queremos vergüenza, queremos justicia”, como refiere una de las entrevistadas.
Cimacnoticias buscó a Bumble para conocer sus métodos de seguridad y su acción para no permitirle a Alfonso N continuar creando cuentas de forma esporádica, sin embargo, las representantes de la plataforma refirieron que la petición sería procesada en la ciudad de Austin y que podría tomar tiempo; hasta la publicación del artículo, Bumble no ha dado respuesta tras medio mes en espera.
Paulina
Baruc abrazó a Paulina el día que se conocieron y posteriormente, la besó. No hubo rareza en este actuar precipitado, pues había sido algo que la pareja había conversado con anterioridad.
A partir de este primer encuentro, Paulina M. compartió en entrevista para Cimacnoticias que la relación apuntaba a lo más alto.
“Todo fue muy rápido, después de 2 relaciones muy abusivas y violentas, me habló tan bonito que caí. Me hablaba de futuro, me decía todo lo que quería escuchar sobre casarme, tener hijos, todo era muy dulce y hoy, agradezco no haberme vinculado más”, dice Paulina.
Uno de los momentos más álgidos de esta relación fue cuando comenzó a torcer aún más su historia recargándose en Paulina. Presionó al referirse a su mala suerte constante, afirmaba que nada salía como él deseaba, que todo estaba mal y que su presunto autismo lo hacía sentirse aún más ansioso.
Pronto entregaría avances de su proyecto y con contundencia afirmaba se victimizaba, al decir que no iba a conseguirlo, por ello, le advirtió a Paulina que ante su inminente fracaso era momento de regresar a Italia.
Ella compartió en entrevista haberse sentido mal emocionalmente con esta noticia. Todo comenzaba a ser confuso con conversaciones con saltos precipitados.
Un día Baruc (Alfonso “N”) decía que iría a casa de la familia de ella para cocinar comida típica de su región italiana, momento que aprovecharía para conocer a la abuela de Paulina, hasta la promesa de emprender viajes románticos «cuando todo estuviera mejor», lo cual nunca fue una realidad.
Pocos días después del bombardeo amoroso, el agresor iniciaba el adictivo círculo de la violencia, porque rompía la relación con Paulina, y le reafirmaba que no podría permanecer más tiempo en México.
Esta salida precipitada del país fue un punto de inflexión, que comenzó a encauzar hacia la estafa romántica: Paulina, ¿tú me amas?, le preguntó por texto con el fin de amagar la situación.
Paulina explica en entrevista que no sentía algo tan profundo como el amor, pero sí sentía una enraizada empatía y una enorme necesidad de cuidar de él, una especie de “complejo de salvadora”, dice.
El agresor le preguntó si Paulina tenía la posibilidad de apoyarlo económicamente. Directamente le cuestionó cuánto era el monto crediticio de sus tarjetas de crédito bancarias, porque de hacerle un «préstamo», él podría solventar todos los inconvenientes que se le presentaban, él concluiría satisfactoriamente el proyecto que lo aquejaba, luego, ella recuperaría el resto de todo su dinero y por fin, tendrían esos días acomodados juntos, una boda, viajes con la familia y todo listo para iniciar un nuevo proyecto de vida.
Supuestamente, el dinero lo destinaría a la compra de aparatos electrónicos y también, a financiar el proyecto de curaduría de arte por el que se le había contratado en la capital del país.
Paulina aceptó a apoyarlo, y él instaba a que juntos serían un equipo imparable, que todo saldría bien y que sería incapaz de fallarle a la persona que amaba.
La cita para otorgarle el dinero y comprar los equipos se acordó un sábado. Paulina pasó por él a Valle de Bravo y posteriormente, él manejó el auto con dirección a Polanco pues harían las compras en Plaza Carso.
“Fuimos primero por el dinero en Bancoppel y Banorte, después me preguntó si podíamos sacar el dinero en efectivo de la tarjeta de mi mamá, pero no se pudo, no podíamos disponer de ese dinero. Entramos a una tienda e hicimos las demás compras, lo pasé a dejar y todavía me preguntó si tenía algún préstamo en mi banco (…). Días después también le di otros 500 dólares que me habían sobrado de mi último viaje”, narra Paulina.
En total, se entregaron más de 175 mil pesos (aproximadamente 9 mil dólares ) entre el 30 de abril y el 2 de mayo del 2024.
Al día siguiente él se comunicó con Paulina para informarle que su teléfono había fallado y que se verían pronto para hablar de la devolución del préstamo y le recordó que «por favor, no olvidara los 500 dólares en efectivo«, así sucedió, Paulina entregó los dólares y acordaron, de nueva cuenta, una cita como de costumbre en Valle Dorado; nunca lo volvió a ver.
Tras darle todo el botín. Paulina recibió otro mensaje:
“Recibí un mensaje de que le iban a hacer algo a él y a su amigo Alí. Yo pensaba que México era muy peligroso, que algo le había pasado. Yo no entendía nada, ¿lo secuestraron? Fueron 10 días de pura angustia, tenía miedo, bajé 10 kilos en esos 10 días, no comía nada, yo tenía mucho miedo. Hasta que le dije a mi papá.”
Paulina y su familia no tenían certeza de qué había sucedido con Baruc, pero sí existía certeza de que ese dinero debía ser devuelto hasta llegar a las últimas consecuencias.
Poco después, la coartada de su agresor se vendría abajo cuando Paulina fue alertada de que el hombre a quien había apoyado económicamente y con quien emprendió una relación amorosa, había creado un perfil nuevo en Bumble, esta vez, bajo el nombre de Ezra, un perfil que, hasta la publicación de este artículo, continúa activo a pesar de que Paulina y sus allegadas han denunciado el perfil.
Paulina y su papá acudieron al Ministerio Público, posteriormente, a las mesas de trámite en Barrientos donde se abrió una carpeta de investigación en contra de Baruc (Alfonso N) con todas las pruebas, tickets de pago, mensajes y fotografías. Actualmente, se encuentra editando su denuncia con nueva información para robustecer la carpeta de investigación.
Está estancado su expediente.
¿Alguna vez te han revictimizado en las instituciones? No, responde Paulina, porque no lo permito y siempre estoy acompañada.
“A menudo pienso en que tengo terror; tengo terror a que mi discurso después del robo fue, al menos no me mató, me robó el coche y me abandonó en periférico. Me cuesta mucho trabajo volver a confiar, pero si la vida quiere que lo agarre lo voy a cumplir. Te tildan de tonta que porqué no viste las banderas rojas, mi proceso ahorita, a como estaba antes, he evolucionado demasiado, tomé decisiones inteligentes como vender mi auto para pagar la tarjeta y las deudas que oscilan los 200 mil pesos mexicanos (9-10 mil dólares aproximadamente) entre tabletas, celulares, airpods, mis ahorros, los dólares y el préstamo. En cuanto vendí el coche empecé a pagar todo. No permitiré que siga contando la misma historia con diferentes nombres. Me quedo con haber podido prevenir a otra chica.”
La destrucción emocional fue inevitable para Paulina, pero también, abrió la puerta para reconectar con viejas amistades, volcar su vida a centrarse en su propio camino, ejercer el autocuidado y también, explica, quitarse de los hombros el peso de la culpa para reconocer: Yo no soy culpable de aquello que me pasó.
Además, ha logrado mantener contacto con otras víctimas de Alfonso “N”, lo que le ha permitido apoyarse, compartir su experiencia y continuar centrada en su acceso a la justicia. Para ella, la situación vivida no es más que un episodio que ha dejado de producir dolor, para dar paso a la digna rabia.
En entrevista refiere que, luego de que un medio masivo de información realizara un contenido sobre su caso ha recibido una gran cantidad de insultos que la señalan por su incredulidad y por haber confiado en ese hombre, asimismo, se leen comentarios que aplauden la audacia del estafador lo que esboza una problemática aún mayor que hila la normalización de la violencia y la convierte en un espectáculo de consumo.
“Todo lo que nos pasa (a las mujeres) es siempre nuestra culpa, muchas personas me han dicho que ya lo suelte, que lo deje así, pero no, no quiero, esto ya no es por mí, esto se debe acabar ya, es un agresor y no tarda en lastimar (a otras), es un delincuente capaz de hacer más cosas», zanja Paulina, quien actualmente, lleva un proceso legal en contra de Alfonso N.
Patricia
“Yo sabía que tenía qué hacer justicia con mi propia mano”
Esta es la primera vez que Patricia habla con un medio de comunicación y desea que las personas que la leen sepan su nombre: No tengo miedo, dice en llamada.
Patricia conoció a Alfonso a mediados de febrero del 2022 en Bumble y a finales de abril, terminaron su relación. No hay novedad en este caso y la historia se mantiene igual: Licitaciones, empresas en auditorías donde no tenía fondos, trabajo en el gobierno, una vida compleja de abandono y una presión de llegar a esa meta monetaria para poder obtener su residencia en México.
Patricia dice que no quiere entrar en detalles sobre la historia que le contó; no hay nada nuevo en lo narrado por Paulina o alguna de las otras 3 víctimas que ha documentado Cimacnoticias desde 2022. Pero ella sí desea hablar de un discurso violento que debe detenerse: la carga de la responsabilidad de la violencia sobre las mujeres.
Explica en entrevista que, cuando este fenómeno se ve desde afuera se ejerce mucha revictimización y culpa, “te dicen que eres una pendeja por haber soltado el dinero, pero no es algo que pesa en ese momento, sólo quieres ayudar en la forma más genuina”, explica en llamada.
Patricia realizó un primer depósito de 30 mil pesos y días después, llegaría el momento más importante de su relación con Alfonso “N”: El robo pasivo.
Un día, Alfonso “N” le escribió a Patricia agradeciéndole por los 30 mil pesos, pero también, para decirle que se había sentido muy estresado a causa de todas las presiones laborales y que deseaba ejercitar su cuerpo.
Ella le dijo que un buen ejercicio sería salir a trotar en el Boulevard de Tulpan, pues se encontraba cerca de su casa y le ayudaría a despejar la mente, sin embargo, él se negó tajantemente y le pidió una bicicleta a Patricia, pues eso sería de mayor ayuda para su estado de salud.
El trato quedó así: Patricia llevaría otros 30 mil pesos y su bicicleta.
“Llegué (a Valle Dorado), bajó la bici de mi camioneta, se trepa (al vehículo), me pide el dinero y me dice que ya se tiene que ir porque ya estaba por terminar eso, que debía conectarse a una reunión. En ese momento me subí a mi carro y mi intuición me dijo: Ya no lo vas a volver a ver, yo lo sabía, simplemente te envuelves en esa historia. Lo vi por el retrovisor llevando mi bicicleta y pensé, «grábate esta imagen, no lo verás más”
Alfonso “N” le escribió de nueva cuenta a Patricia explicándole que algo le hacía falta a la bicicleta y que él se haría cargo de esas reparaciones, tras horas de inquietud, ella volvió a mandarle mensaje pero ya era demasiado tarde.
Según comparte, no la bloqueó, pero nunca más pudo hacerle llegar ninguno de sus mensajes lo que podría apuntar a la compra de chips y posteriormente, la desactivación de los mismos. Por tanto, sus víctimas cuentan con números distintos del mismo agresor.
El siguiente momento que marcó la vida de Patricia es uno de mucha tensión y miedo, pero sobre todo, de valentía.
Ella no deseaba compartir su experiencia con ninguna de sus amigas porque sentía vergüenza de que terceros supieran que le habían robado, pero también, sabía que necesitaba justicia; no importaba si se trataba de dinero. Sólo deseaba una compensación por el engaño, el dolor y la angustia que tuvo que cargar sola.
Un domingo se levantó para decir:
«Voy a hacer justicia por mi propia mano sin importar qué, tengo que sentirme mejor conmigo misma».
Así empezó una cacería para encontrar a Alfonso “N”, comenzó a postear sus fotos en todos los grupos de Whatsapp de Valle de Bravo y por la tarde, una mujer le escribió a Patricia preguntándole si él era peligroso pues lo veía siempre en calle La Paz.
“Mi voz interior me decía que lo fuera a buscar, y por otro lado decía: «¡No, tengo miedo, nadie más lo sabe!».
Fue una lucha interna hasta que al final, supe que debía salir y buscarlo. Empecé a caminar en Valle de Bravo y a través de un zaguán de herrería vi un pedacito de mi manubrio, ni yo sé cómo lo vi, me puse contra la pared y el corazón se me salía del corazón. Me acerqué y saqué más la bici, sí, era la mía. Lo primero que pensé fue: Te encontré”.
La mente de Patricia la empezó a llevar al límite, no sabía qué más podía hacer, si su vida corría peligro estando en ese lugar, si habían más personas inmiscuidas y le harían daño; no había certeza de nada. Decidió compartir su ubicación con su hermano y se movilizó pidiendo a las casas vecinas el número de teléfono de la policía local.
Patricia explica que en ese momento, no podía soportar tanto miedo, sin embargo, era más su deseo de obtener justicia por lo que le llamó a la policía para denunciarlo, pues le había robado su bicicleta y 60 mil pesos en efectivo.
“Tocan la puerta y sale una mujer, que después sabría que era su esposa. Dije que yo ya había levantado una denuncia y que iba a proceder hasta las últimas consecuencias. Fue un shock para mí verlo porque pensé que no iba a verlo jamás, sale Alfonso muy tranquilo, agarra mi bici y la saca de su domicilio. La policía le pregunta que si me conoce y me niega, posteriormente, el agente de policía le dijo que me regresara mi dinero y le cuestionaron el por qué, habiendo otras 3 bicis ahí, Alfonso sabía cuál era la mía: era un jaque”
En ese momento, Patricia respiró y compartió en entrevista que sintió un alivio profundo al ver toda la situación; poco importaba si recuperaba de nuevo su dinero, sólo gozaba desmontar la estafa.
El acuerdo fue que entre las partes, debían arreglarse «para poder soltarlo», Alfonso N, pidió hablar con Patricia directamente, “se le acaba toda la magia y el acento italiano, yo no quería hablar con él porque estaba demasiado vulnerable y entonces me dice en voz baja: Yo no tengo dinero”. Ella le dio 3 días para devolver los 60 mil pesos.
“Mi hermano y mi papá llegaron poco después y yo les dije que quería que Alfonso supiera que yo no estaba sola”, a pesar de que la familia de Patricia intentó encontrarlo, los esfuerzos fueron en vano.
Días posteriores, la presunta esposa de Alfonso “N” realizó tres depósitos en un Oxxo y Patricia recibió los 60 mil pesos íntegros en menos de una semana. Esto la convierte en la única mujer entrevistada por Cimacnoticias que logró recuperar su dinero.
Un apunte importante es que Patricia subió un tiktok en 2022 y hasta hace apenas un mes, fue contactada por otra mujer con quien ha entablado una amistad cercana; de inicial J, esta última mujer, fue estafada por una cantidad de cien mil pesos en agosto, es decir, en la misma temporada donde robó los 175 mil pesos a Paulina.
Desde varios puntos de la capital, las mujeres víctimas de este estafador y agresor, han creado redes de lucha; comparten sus historias, el modus operandi de Alfonso A y desde la resistencia, han tejido el sustento las unas a las otras.
Hasta el momento, hay 3 denuncias formales en contra de Alfonso “N” y entre todas, se instan a movilizarse, a no guardar silencio, despojarse de la vergüenza y también, del miedo.
La autodefensa entre, al menos, 6 mujeres (red que continúa creciendo paulatinamente) se ha convertido en una bandera para resistir y acompañarse a lo largo de este proceso; no como un acto de autoindulgencia, como sostiene la teórica Audre Lorde, sino como un acto de autopreservación.
Yazz, Paulina y V
Yaz Z. conoció a Luka (Alfonso N, de ahora en más para facilidad de lectura) en 2021 a mitad de la pandemia, se presentó como un hombre que parecía sentirse agobiado la mayoría del tiempo.
“Me habló de que tenía problemas con un negocio que tenía y que si yo lo iba a apoyar. Yo le dije que sí, que si queríamos una relación pues apoyarse sería importante. Entonces, me preguntó que de qué manera lo iba a ayudar”.
Yaz compartió con Cimacnoticias que en aquel momento ella recién emprendía un negocio y que no tenía capital, algo que terminó por exponer la rabia de Alfonso “N”.
Yaz fue recriminada por no querer apoyarlo y acto seguido, el hombre se levantó y la dejó sola, horas después, le envió un mensaje de texto refiriendo que ella lo había herido por no confiar en él y que ante eso, ahora se vería en la necesidad de irse de la ciudad por su culpa. Se mudaría a Acapulco para intentar “solucionar sus problemas”; bloqueó a Yaz y nunca más la volvió a buscar.
Actualmente, Yaz se encuentra en una relación estable, refiere sentirse tranquila, haber sanado y encontrado paz.
En agosto de este año, V* (inicial de la entrevistada por petición de anonimato), conoció a Alfonso en Bumble y tras días conversando en la plataforma, ella decidió compartirle su número de teléfono para que la relación se hiciera más cercana; los mensajes eran diarios y juntos compartían sus rutinas, fotografías y notas de voz, él le explicaba que deseaba ir lento, pues tras haber experimentado una infancia turbulenta, la reciente muerte de su madre y relaciones dolorosas, sólo deseaba encontrar el amor.
V explica que él siempre se reconocía como una persona muy buena a quien las mujeres “habían tratado mal” toda su vida y por ello, agradecía haberla encontrado.
Antes de que Alfonso “N”, consolidara la siguiente etapa de su modus operandi –que Cimacnoticias ha documentado desde hace dos años- sobre los presuntos problemas financieros, V* se encontró con un post en redes que la alertó. Ella decidió confrontarlo y fue bloqueada de WhatsApp.
“Por fin le conté a mis amigas lo que me había pasado y todas estábamos muy impactadas, yo quería confrontarlo, quería estar hablando con él y decirle (…) también pensé en tenderle una trampa, pero mis amigas me dijeron que no sabían qué tanto peligro podía correr, al final, sólo le dejé ver que tengo el conocimiento, que sus fotos están ahí. Al final, sólo pensé en localizar a otras mujeres víctimas para brindarles mi ayuda”, refiere.
Con este caso, se esboza el poder de nombrar las cosas que nos atraviesan con nuestras redes de apoyo; las amigas nos sostienen y cuidan, sin olvidar que, nosotras también tenemos la facultad de sostener a otras a través de la sororidad. Así, V ha conocido a otras mujeres a través de redes sociales para acompañarlas.
“Mi trabajo implica acosar a los políticos de robo ante las Naciones Unidas evitando el lavado de dinero, las personas con las que estoy en contacto son del medio político, puedo encontrar algo para ti a cambio de nada, no es algo malo, yo no conozco a nadie aquí”, se escucha en una nota de voz que, con un presunto acento italiano, Alfonso N le explica a la tercera y última mujer que Cimacnoticias pudo contactar. Su nombre es Mariana y encontró a Alfonso hace menos de un mes en Bumble, lo que infiere que hasta la publicación de este artículo, él continúa produciendo perfiles falsos y entablando conversaciones con mujeres bajo el nombre de Ezra.
Según explica Mariana, la situación se tornó incómoda luego de que él fuera insistente en decirle que le buscaría trabajo y que le conseguiría una muy buena posición al interior del gobierno, pues él trataba con políticos y personas de mucho poder. Para Mariana esta fue una señal de alerta y en entrevista refiere que siempre evitaba el tema pues no quería recibir nada de él.
El día que acordaron verse, Mariana olvidó el compromiso y cuando estaba cerca de escribirle de nueva cuenta para disculparse se encontró en redes el rostro de Alfonso A, seguido de información que alertaba a la población por su participación sistémica en fraudes.
Mariana agradeció nunca haberse encontrado con Alfonso A, decidió bloquearlo y no saber más del tema, sin embargo, la sensación de temor aún la acompaña y explica en entrevista que con frecuencia, siente miedo de que la busque de nuevo.
Sobre el amor romántico, la violencia emocional y la colusión patriarcal
¿Sabes por qué esto nos puede pasar a cualquiera?, pregunta Brenda Macías del Centro de Investigación y Estudios de Género (CIEG), porque a todas las personas nos atraviesa un poder invisible: El patriarcado.
Ella define este sistema como una serie de normas no escritas pero sí norma culturales que han pervertido la presencia de las mujeres en el espacio público y que las ha instado a esta subjetividad feminizada de pasividad, de sumisión y obediencia que permiten la supervivencia de los machismos; un dominante sobre un dominado que permite que situaciones de violencia emocional se normalicen y repliquen.
Precisamente, sobre este apunte relacionado a cómo las mujeres son configuradas y enseñadas a amar desde la salvación, el sacrificio y la subordinación, parte el génesis de esta conversación; desde qué lugar amamos y cómo forjar relaciones desde la igualdad.
Coral Herrera, escribe en La honestidad masculina y el amor romántico, que el régimen heteropatriarcal está basado en un reparto de papeles donde es el hombre quien siempre llevará las de ganar, él es quien pacta la fidelidad, la promesa de la honestidad, del amor eterno y en cuanto pueden, cometen el engaño y la traición; Herrera explica cómo esta masculinidad es violenta, pues mientras se condiciona a la mujer a dar fe ciega al amor romántico y a la promesa de devoción, ellos tienen el poder de continuar ejerciendo extractivismo sexual, emocional e incluso, económico de una o múltiples mujeres al mismo tiempo.
“Ellos llegan armados hasta los dientes, las mujeres vamos desnudas y enamoradas (…) Los hombres aprenden pronto que pueden abusar de su poder porque el mercado del amor está lleno de mujeres deseosas de ser amadas. El engaño forma parte de las estrategias de guerra, por eso traicionar y mentir a las mujeres con las que se relacionan no les hace sentir ni traidores ni mentirosos. Es simplemente una forma de dominar su mundo (..) el objetivo es siempre someter a las mujeres para poder vivir bien” (Coral Herrera en La honestidad masculina y el amor romántico).
Para Brenda Macías, todo este fenómeno parte desde la primera infancia de las mujeres y el rol de género que es inculcado; nadie ha enseñado a las niñas a entender su valor y a no buscar el amor como causa última de vivir, por eso, el patriarcado enseña a las mujeres a siempre darse a otros, a cuidarlos, ¿y quién cuida de nosotras?, cuestiona.
Es aquí donde entre el poder de enseñar a las niñas y adolescentes el discurso de reconciliación consigo mismas, de la autodefensa, de la autonomía y hacerles saber que al mundo han venido completas, no incompletas como muchas veces se ha hecho creer en los mitos.
“Hemos crecido con muchas inseguridades, esperando a un salvador, a la media naranja, nos hacen creer que nacimos incompletas y se está reproduciendo el mito del amor por siempre, el mito de que como nosotras somos incompletas queremos esperar a alguien más y nos carcomen.“, dice Brenda Macías.
Quien secunda esta postura es la crítica feminista y escritora Brigitte Vasallo, una pieza angular para cuestionar la mitificación del salvador y “las figura principesca de Disney”, como refiere la escritora. Ella alude a que este amor romántico es uno de los brazos de la violencia más fuertes, pues tiene la facultad de robar, abusar e incluso, asesinar a las mujeres manipuladas bajo el anhelo de ser amadas, se debe acotar que esto no es un apunte de revictimización, sino una crítica a lo vertical que son las relaciones cuando están manchadas de patriarcado.
“Arrancar el amor de las garras del amor romántico no es sacarle emoción a las cosas: es salvarnos definitivamente de las violencias en nombre del amor. Es pensar a qué tipo de estructuras y comportamientos atribuimos intensidad y cuáles no. Es ver la autosugestión a la que nos sometemos constantemente y qué servidumbres tiene.” (Brigitte Vasallo en Pensamiento monógamo, terror poliamoroso)
Esto es muy simple, dice Brenda Macías, el caso de Alfonso “N” se trata de hombres que están haciendo uso de todo su poder heteropatriarcal, que pueden tener todo lo que desean, robar, satisfacerse y violentar gracias a la manipulación, haciendo alarde de su experiencia en el amor romántico y lamentablemente, explica, vivimos en un país, en una América que tiene mucho qué desaprender sobre las formas en que estamos acostumbradas a amar.
El amor romántico ha plagado todo medio masivo de comunicación y ha extendido su dominio a las plataformas de citas que se cimentan en esta misma lógica de encontrar a quien nos complete -no complemente-. Esto último, lo refiere Brenda Macías señalando que esto no significa que se deban satanizar a las aplicaciones de citas, pero es precisamente esta violencia patriarcal lo que convierta a estos espacios en un caldo de cultivo para que depredadores emocionales, sexuales y estafadores coexistan.
Consultando la Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia, se encuentra que la violencia psicológica y patrimonial se encuentra tipificada en el artículo 6.
Para la especialista, si bien esto se encuentra tipificado resulta complejo hablar de una justicia reparatoria,
“Aunque quisiéramos una justicia restaurativa es difícil, ni siquiera el punitivismo alcanza a hacer justicia para este tipo de personajes que destruyen el camino de las mujeres. Son hombres que tienen ingenio para violentar, una capacidad de hacer sentir bien a las personas y después tirarlas al vacío, desaparecer ,hacerles luz de gas donde dudas de tus propios pensamientos, son heridas que nos quedan muy al fondo”, reconoce Brenda Macías.
Ahora bien, el delito federal más frecuente fue fraude, con una tasa de 6 mil 692, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE). En 2023, de los 31.3 millones de delitos ocurridos, sólo 10.4 % se denunció. El Ministerio Público (MP) -o fiscalía estatal- abrió una carpeta de investigación en 68.0 % de estas denuncias. Lo anterior implica que, del total de delitos ocurridos, 92.9 % no se investigó (lo que se conoce como cifra oculta o cifra negra).
Si la revictimización ha sido uno de los pilares de denuncia más importantes en materia de violencia de género ejercida al interior de las fiscalías y los ministerios públicos, la especialista cuestiona hasta dónde el personal de estos órganos tiene la facultad de reconocer la violencia emocional y buscar justicia sin responsabilizar a las víctimas.
En el caso, por ejemplo, de las mujeres entrevistadas por Cimac, ninguna procedió legalmente por temor, a excepción de Paulina Montesinos quien compartió que ha enfrentado problemas para que clasifiquen el delito del que fue víctima y que la única forma en que ha evitado ser atravesar la revictimización es acudir acompañada de su padre.
“Estamos hablando de violencia psicológica, ¿cómo la denuncias?, ¿cómo te quitas la vergüenza de decir lo que te atravesó al interior de un ministerio público? Yo creo que lo vivido es un trauma y hay que buscar ayuda, pero hay que nombrarlo: Esto es violencia”, (Brenda Macías)
Y es que, existe una urgencia importante al momento de hablar del estafador que opera en el área metropolitana; no se trata de producir contenido masivo sobre las experiencias de las víctimas y que todo quede en un plano de normalización promovido por el morbo.
Hay que mirarlo con unos ojos diferentes; uno donde se cuestione los alcances de la violencia y cómo el amor romántico, como advierte Macías, puede ser la antesala de un feminicidio, de una desaparición o de otras manifestaciones de la violencia física.
Esto no es una discusión plana sobre amor y robo; lo que sucede en la capital mexicana desde hace más de 10 años con Alfonso “N” es la prueba manifiesta de la normalización de la violencia y de lo insaciable de un sistema permisible.
“Hay que seguir denunciando desde la academia, desde los medios para que esto no se quede hasta abajo del archivo, hay que nombrar la importancia del cuidado emocional».
Esto no es el estafador de Tinder, hablamos de algo que es muy grave; porque la justicia, hasta abajo, en los ministerios públicos y las fiscalías ejercen revictimización.
¿Hasta que no haya un feminicidio se actuará?, ¿por qué no poner un alto de estos primeros instantes de manipulación?, que nos digan ¿quién lo va a detener? A lo que llegan es a la desaparición de mujeres, al feminicidio y en este caso, a la violencia económica que es despojar a una persona el fruto de su trabajo por amor”(Brenda Macías).