Mujeres y el violento mundo digital .

/ Por Laura Coronado Contreras* /

Jim Morrison decía que “el dolor personal, privado, solitario es más terrorífico que el que cualquiera pueda infligir”.

¿Qué sucede cuando somos víctimas de violencia digital y nos sentimos aisladas, indefensas, desprotegidas? ¿Cómo evitamos convertirnos en un caso más dentro de la estadística?

Según datos oficiales, alrededor de 20 millones de usuarios han sufrido alguna modalidad de agresión en el ciberespacio. De ellos, quienes más sufrimos ataques somos las mujeres, por ejemplo, 23 de cada 100 mexicanas reportan ser víctimas de mensajes provocativos, humillaciones, filtración de datos personales, distribución de fotos o videos de carácter personal sin consentimiento y otros tipos de violencia. El asunto no es menor, y por ello es plausible la iniciativa de un Código de Ética para la prevención de la violencia digital contra las mujeres presentada por la Profeco, la Secretaría de Economía, INMujeres y empresas como AT&T México, Telefónica Movistar, Telcel y META.

En un país en donde la Estrategia Nacional Digital no ha sido prioridad, los proyectos de ciencia y tecnología cuentan con poco o nulo financiamiento y la capacitación de autoridades no es suficiente para el cumplimiento de las llamadas Ley Olimpia y Ley Ingrid, éste es un pequeño paso para un entorno digital más amigable.

Jiddu Krishnamurti señalaba que “la violencia no es sólo matar al otro. Hay violencia cuando uno emplea una palabra agresiva, cuando hace un gesto de desprecio a una persona, cuando obedece porque tiene miedo.” Y es precisamente, lo que viven niñas y jóvenes entre los 12 y 29 años, quienes son 60% de las víctimas de ciberacoso en México. Acciones lamentables como espiar, obtener o usar indebidamente datos personales, insinuaciones, proposiciones, mensajes ofensivos o campañas de desprestigio, amenazas, discriminación y la suplantación o robo de identidad no pueden ser considerados triviales o normalizados.

La prevención y educación son claves para resolver una problemática que escala y que, por desgracia, deriva en distintos trastornos psicológicos, emocionales e incluso, suicidios. No se trata de criminalizar a las redes sociales, sino generar hábitos digitales sanos. Los gobiernos y las plataformas pueden hacer mucho para mejorar al ciberespacio, pero es una tarea de todos. Reflexionar y tomar acciones sobre el tiempo de exposición y uso de dispositivos, la configuración de nuestros perfiles, las cuentas a las que seguimos, los contenidos que compartimos y aquello que almacenamos es un primer avance significativo. Otro paso importante es bloquear, reportar, y en su caso, denunciar contenidos nocivos o delitos.

En un mundo en donde el gran tema será la Inteligencia Artificial, no podemos menospreciar que ésta replicará los mismos vicios que hasta ahora tienen las redes. ¿Se consolidará la violencia contra las mujeres en otro espacio más?

Chimamanda Ngozi Adichie menciona que “ser feminista no es sólo cosa de mujeres” porque “el propósito del feminismo es que llegue un día en que no lo necesitemos”. ¿Qué estamos haciendo para evitar la violencia de género desde nuestra propia trinchera? ¿Es suficiente?

*Investigadora de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México

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