TIERRA DE BABEL
Jorge Arturo Rodríguez
“Es el fin del mundo todos los días, para alguien.” (Margaret Atwood).
En entrevista, Fidel Castro, sarcástico y ocurrente, expresó que sabía que se iba a morir, pero lo que no sabía era la fecha, lo cual, desde luego, es una obviedad que resalto ahora porque sabemos que vamos a morir, pero seguimos viviendo o sobreviviendo como si nada, ahí la llevamos. Y hete aquí que percibimos, presentimos que algo anda mal. Nos da miedo y nos inmovilizamos; ni siquiera, para empezar, nos esforzamos por hacer conciencia. Al carajo, algún día vamos a morir, por la causa que sea, ¿o no? No importa que nos lleguen las noticias, aterradoras, como de ficción, como de película… El agua aún no nos llega al cuello. ¿Será?
Leo algunas notas, y cito a propósito, para que no digan que uno es el pesimista y apocalíptico: “El grupo de biólogos de la Universidad de Hawái y el Museo Nacional de Historia Natural de París, advierte que estamos en los primeros momentos de otro evento de aniquilación, similar al que marcó el fin de los dinosaurios hace 65 millones de años. Sin embargo, precisaron que la extinción actual no es un fenómeno nuevo ya que ha estado ocurriendo desde el año 1500.
“Según un informe del Muséum National d’Histoire Naturelle (París), la Sexta Extinción Masiva (+75% de las especies extinguidas) está en marcha, esta vez causada completamente por actividad humana.” (sinembargo.mx, 21/02/22). Claro, esto nos lleva a la extinción de la humanidad.
Otra noticia: “Los datos son desgarradores: en apenas siete décadas, el ser humano ha contaminado los ecosistemas acuáticos con más de 140 millones de toneladas de plástico. En estos momentos, alrededor de 109 millones de toneladas de estos desechos se acumulan en los ríos y lagos del mundo; otros 30 millones contaminan los océanos; y unos 1,4 millones están en tránsito desde los ríos a los mares. Este es el balance de daños que recoge un informe monográfico sobre esta polución de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). El estudio, que se publica este martes, pone el foco en un problema que se está tratando en la asamblea de la ONU sobre el medio ambiente, que se celebra en Nairobi, Kenia, durante esta semana y la siguiente. Los representantes de 193 países están negociando en esta cita la forma de impulsar el primer tratado global para luchar contra la contaminación por plástico.” (elpais.com, 22/02/22).
Otra más: “Un informe de la ONU reveló que la contaminación resulta ser más devastadora que la Covid-19, al causar nueve millones de muertes al año, lo que supone el doble de fallecimientos que el SARS-CoV-2 y advierte que la toxificación de la Tierra se intensifica y concluye que “el envenenamiento continúa”.
“Así lo aseguró el relator especial sobre la cuestión de las obligaciones de Derechos Humanos relacionadas con el disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible, David Boyd, quien alertó que la contaminación atmosférica es el mayor contribuyente ambiental a las muertes prematuras, al causar unos siete millones de ellas cada año.
“Además, señaló que una de cada seis muertes en el mundo está relacionada con enfermedades causadas por la contaminación, una cifra que triplica la suma de las muertes por sida, malaria y tuberculosis y multiplica por 15 las muertes ocasionadas por las guerras, los asesinatos y otras formas de violencia.” (aristeguinoticias.com, 17/02/22).
Da terror. Nada del otro mundo, ¿verdad? De pilón, ahí está la guerra amenazante, y nosotros peleándonos aquí en México. ¿Pero qué necesidad? La necesidad de aniquilarnos. Isaac Asimov dijo que sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano: la guerra contra su extinción. ¿A poco?
Ahí se las dejo de tarea.
Los días y los temas
Dicen que la unión hace la fuerza, pero también: divide y vencerás. En todo caso, la actriz Nailea Norvind, una de las protagonistas de la película Manto de gemas, expresó: “Me parece que existe una necesidad de unión humanitaria que estamos pidiendo a gritos porque parece que cada día nos separamos más”. Ahí está el detalle, chato.
Lo dijo La Fontaine: “Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil”. ¿Les recuerda algo? Y Abraham Lincoln señaló que el lazo más fuerte de simpatía humana debería ser unir a las personas de todas las naciones y todas las lenguas. ¡Qué tristeza! Somos testarudos. Me quedo con Oscar Wilde: “Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.”
Ahí se ven.