- Sin tacto
/ Por Sergio González Levet /
No hay que pensarle mucho para entender que la gobernadora Rocío Nahle García enfrenta una campaña tan feroz como falaz en contra de su Gobierno y de su persona, que está presente en algunos medios y omnipresente en las redes sociales. Es una maniobra de (des)información que prevalece en Internet y que ha llegado a extremos inaceptables.
Se ha tratado de magnificar en contra cualquier declaración suya que no ha sido afortunada; de tratar de insuflar sobre un clima de violencia preocupante una visión apocalíptica sobre la situación actual del estado, y de atacar en su persona y su familia a la mandataria sobre la base de calumnias y notas falsas, de rumores malsanos, de falsas acusaciones y de insultos incluso.
La propia ingeniera Rocío Nahle se ha referido a esta campaña, la ha desvelado y se ha manifestado en contra de ella, como es su derecho y su razón.
Buscar que se generalice un clima de enervamiento de la población en contra del Gobierno del Estado y del partido que está en el poder no sirve a nadie más que a intereses oscuros e inconfesables.
Si le va bien a la Gobernadora, le va bien a Veracruz. Y por el contrario, si le va mal a la Gobernadora, le va mal a la entidad y a los veracruzanos.
La pregunta crucial en este hecho es de dónde viene la tal campaña, quién la promueve y la financia, quién la diseñó y la está aplicando paso a paso.
Hasta ahora, los embozados que están atrás de esa infamia han logrado permanecer en la sombra y desviar la acusación de sus hechos hacia otras personas.
Como siempre, los villanos favoritos de la Cuarta Transformación son los periodistas profesionales, con trayectoria, con experiencia y con muchos años de presencia en los medios. Hacia ellos se ha dirigido la andanada de invectivas, los señalamientos, las acusaciones funestas.
Pero no.
Los verdaderos artífices de la infamia no son más que fuego amigo, surgido de las entretelas de alguna tribu morena que se siente afectada en sus intereses de grupito y cuyos integrantes quisieran que todo regresara a como era para ellos en el sexenio pasado, el de Cuitláhuac, que tan bien los trató y tantas canonjías les dio para que se llenaran de poder y de dineros mal habidos del erario.
Son los enanos del tapanco, los mendaces, los falsos patriarcas de la 4T, los aprovechados del arrastre del lopezobradorismo, los neoizquierdistas que no han tenido el gusto de conocer a Marx, ni cuando menos a través del manualito de la chilena allendista Martha Harnecker.
Los buenos periodistas, los profesionales, no insultan, sino que argumentan; no acusan falsamente, sino que critican objetivamente; no mienten, sino que cuentan la realidad; No extorsionan, sino que comercializan sus espacios de difusión.
No, los malos no son los periodistas críticos.
Los malos son unos cuantos interesados de adentro, que solamente quieren aprovecharse del poder y del presupuesto público.
Hasta ahorita les ha resultado su jugada…
sglevet@gmail.com