- Agustín Basilio de la Vega
En estos días, hay quienes insisten en que lo correcto es decir ¡Felices fiestas! para no excluir u ofender a nadie. Nos preguntamos: ¿A qué fiestas se refieren? Porque al menos los mexicanos ateos o creyentes somos occidentales y nuestra cultura hunde sus raíces en la antigua Roma, Grecia clásica y el cristianismo de donde se ha extendido por el mundo la celebración de la Navidad y del Año Nuevo.
Nuestro idioma, valores, tradiciones y, en general, nuestra cultura se forjó durante los trecientos años que duró la Nueva España. Además del profundo mestizaje entre europeos e indígenas, se incorporó a la vida religiosa Novo hispánica un sincretismo muy especial que en México perdura hasta nuestros días.
La evangelización de diversos pueblos mesoamericanos por frailes y religiosos dio origen a “las posadas”, “las pastorelas”, “los villancicos”, “los pesebres o nacimientos y el día de Reyes”. Celebrar el nacimiento del “Niño Dios” se acompañó del surgimiento de una gran variedad de platillos como el pavo, los romeritos con mole, el ponche, los buñuelos, la pierna de cerdo, el bacalao, los tamales, rosca de reyes, etc.
“Las fiestas tienen nombre” pues no se hacen sin ningún motivo y además forman parte de la riqueza cultural de los mexicanos que nos distingue en el mundo entero. Un ejemplo de ello son las piñatas que inventaron los misioneros para que “le dieran de palos” a los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
En México, como en muchas partes del mundo occidental, la Navidad y el Año Nuevo, son fiestas propicias para que se reúnan las familias católicas o no. Se brinda por la vida y se da gracias. Son momentos para compartir y tiempos para renovar virtudes y proponernos hábitos que nos hacen mejores personas.
El ambiente de la Navidad es una herencia cristiana que a todos nos hace mejores personas por lo que al decir “¡Feliz Navidad!” se desea a los demás amor y paz, “¡Feliz Año Nuevo!” no necesita ninguna explicación. ¿Qué tiene de malo llamar a las fiestas por su nombre? ¿Quién se puede ofender? ¿A quién se excluye? ¿Por qué avergonzarnos de nuestra raíces históricas y culturales?
A todos mis amables lectores les deseo por todo lo anterior una muy ¡Feliz Navidad!
@basiliodelavega 22 de diciembre de 2025












