Netumbo Nandi-Ndaitwah, primera mujer presidenta de Namibia; promete educación universitaria para todas en 2026.

*Escrito por Arantza Díaz .

18.05.2025 / CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- En África, Namibia está quebrando el paradigma continental y alcanzando la paridad de género en prácticamente todos sus espacios de toma de decisión. En marzo, Netumbo Nandi – Ndaitwah tomó protesta como la primera mujer presidenta en los 30 años de independencia de este país, siendo esto, punta de lanza en toda su región al sacudir al país con una importante noticia: La educación universitaria sería una garantía para todas las mujeres en 2026.

Este hecho nace en un margen importante con Netumbo –popularmente conocida como NNN-. considerando que en el país sólo la educación primaria es gratuita y durante la universidad, se debe pagar una matrícula importante que coopta a las personas de continuar sus estudios, particularmente, si de mujeres se trata.

La presidenta NNN refirió en conferencia que ha escuchado las «súplicas» del pueblo y está en aras de lanzar una política pública que permitirá al Estado cubrir el gasto de esta matrícula a través de subsidios. Su promesa como presidenta quiebra con una historia de segregación educativa donde son las mujeres quienes tienden a acceder con menos incidencia a los estudios y optar por la maternidad temprana como única opción de vida.

Netumbo Ndemupelila Nandi-Ndaitwah vía X

La propuesta ha levantado especulaciones sobre su mandato; por un lado, las expectativas son grandes y se espera que NNN sea el agente de cambio más grande en la historia del país, por el otro, sus detractores sostienen que su promesa de la universidad gratis es vaga y no podrá cumplir con ninguna de las expectativas que ha puesto sobre el pueblo de Namibia.

El país con apenas 2. 9 millones de habitantes –la misma población que una entidad mexicana pequeña como Hidalgo-, ha enfrentado una larga historia de colonización, lucha y también, pelea feminista por alcanzar algunos derechos básicos como los reproductivos y la participación política. Si bien la presidenta NNN recién cumple 2 meses al poder, se evidencian las necesidades de la representación en la toma de decisión; un combate por colocar en la agenda a las mujeres y niñas

Netumbo, precisamente, apuntó a esto durante su toma de protesta cuando dedicó buena parte de su mensaje a las mujeres, refiriendo que esperaba que su presencia alentara a todas a levantar la voz y seguir incidiendo, a la par, mandó un poderoso mensaje: «Tengo la clara convicción de que no fui elegida por ser mujeres, sino por mis méritos».
La Organización de Liderazgo Africano sostiene que la presidenta Netumbo podría abonar a que otros países vecinos adopten una mayor apertura a las mujeres políticas, pues no sólo implica el avance del pueblo de Namibia, sino también, se ha convertido en punta de lanza a nivel global al tener en las posiciones más importantes a mujeres; Lucía Witbool como vicepresidenta y a Erica Shafudah como ministra de finanzas.

Namibia; Avanza en derechos políticos; estancado en la violencia de género

Netumbo ganó las elecciones cuando obtuvo una aprobación aplastante del 58%, convirtiéndose así, en la primera presidenta del país. Su mano derecha es la vicepresidenta Lucia Witbooi y la presidenta de la Asamblea General, Kuugongelwa Amadhila.

El país ha alcanzado un 60% de participación política de mujeres, especialmente, en materias de finanzas, salud, asuntos exteriores y educación.
Las mujeres ponen sobre Netumbo la expectativas de un mejor futuro, especialmente, porque el país independizado en 1990 enfrenta una crisis de violaciones a los derechos humanos de las mujeres que ningún otro mandatario manejó, ni contuvo en su debido momento.

Según la Encuesta sobre Violencia contra Niños y Jóvenes realizada en 2019, en Namibia el 15% de las niñas son presionadas a mantener relaciones sexuales a la edad de 13 años, mientras que el 45% de las adolescentes viven esta violencia entre los 14 y 15 años. Siendo la violencia más grave de este país la violación, seguida de la violencia doméstica.

Namibia no está exento de la violencia feminicida, por el contrario, esta expresión de odio ha alcanzado sus picos máximos desde la pandemia de COVID-19 y desde entonces, se ha vuelto en un fenómeno incontrolable para el Estado. Lo que apuntala a la conexión directa entre la violencia doméstica, sexual y la escalada hacia el feminicidio; sólo durante la pandemia, se registraron mil 600 violaciones y 74 feminicidios, números alarmantes, considerando la pequeña tasa poblacional del país africano.

En la violencia doméstica el 86% de las víctimas son mujeres y el 93% de los agresores hombres. El problema esencial es la dificultad para transformar la cultura, que tiene sus raíces en una sólida misoginia solapada por la comunidad; la población considera que las agresiones físicas y sexuales son normales en las relaciones y al menos el 28% de las mujeres consideran que está bien que sus esposos las golpeen, de acuerdo con un reporte de la Nota de Política e información del Condado de Namibia, 2021.

En respuesta, la cabeza de la Asamblea Nacional, Saara Kuugongelwa ha empujado algunas políticas públicas para robustecer el marco normativo; ha apostado por la creación de un registro de agresores sexuales y creado tribunales focalizados en atender la violencia de género. Además, la vicepresidenta Lucia Witbooi ha abonado a abolir la violencia cibernética, pues Namibia enfrenta picos muy altos de difusión de contenido explícito no consentido como acto de «venganza», sobre esto, se ha lanzado la Ley de Transacciones Electrónicas y Delitos Cibernéticos a fin de perseguir, prevenir y erradicar esta práctica.

Así, las mujeres en la política del país han comenzado a tomar una tajada vital para abolir las prácticas de violencia y las asimetrías laborales y/o educativas. Se vislumbra un avance en materia de derechos humanos de las mujeres y pone sobre la mesa la necesidad de la representación de mujeres con verdaderas voluntades políticas; no por cuota de género, sino por una convicción por crear una mejor calidad de vida para todas.