Ni gobierna ni manda.

/ Por Verónica Malo Guzmán /

Después del debate —y del eclipse—volvemos a ver la realidad y vivir en la “normalidad”. Así, entre comillas, porque no es normal un país convertido en una fosa ni en una vorágine de muertes violentas. La normalidad de Guerrero, estado que, mismo antes de “Otis”, ya sufría el embate constante de la delincuencia con el cobro de “derechos” a transportistas, locatarios, productores, empresarios. Una normalidad que incluyó la toma y posterior quema del Palacio de Gobierno, luego que un estudiante de Ayotzinapa, el número 44, fuese asesinado por las fuerzas del orden…

La normalidad que se ha estacionado en Veracruz, donde se presentan los palacetes y demás bienes raíces de los que es dueña la candidata oficial a la gubernatura del estado y esta, en su “defensa”, se apropia del colectivo feminista Brujas del Mar… En el colmo de la desfachatez y de la mentira, Rocío Nahle señala que el colectivo la apoya porque ella es víctima de la “violencia por género”, cuando los medios informativos lo que han hecho únicamente es evidenciar su corrupción. Por cierto, el colectivo ya se deslindó y mostró que la candidata usurpó su nombre. ¡Una nueva corruptela!

La normalidad a nivel legislativo, donde los propios legisladores de Morena dieron a conocer que el presidente de ese partido les conminó a abandonar sus curules y hacer campaña en favor de Claudia Sheinbaum. Si se negaban, no les permitirían buscar la reelección. Por si ello no fuese suficiente, dichos legisladores morenistas presionaron a los trabajadores del Poder Legislativo a renunciar de inmediato en lugar de esperar a que se venciera su contrato a finales de agosto. ¿A dónde irá el dinero que se les hubiera pagado estos cuatro meses que restaban?

La normalidad que ya se ha instalado con el conocimiento de todos sobre la gran estafa en Segalmex, pero de la que nadie ha hecho ni hará nada. Lo mismo en el INM donde continúa despachando Francisco Garduño a un año y días de la muerte de decenas de migrantes en Ciudad Juárez, Chihuahua.

O la normalidad en Campeche, donde las policías (que apoyaron a la Cuarta Transformación), ahora son denunciadas injustamente por la gobernadora Layda Sansores.

Una normalidad muy curiosa porque legisladores, grupos y “pueblo bueno” poco a poco se le están rebelando al primer mandatario y a su movimiento.

No les falta razón ante tanto abandono. AMLO no les cumplió. Los mismos que hasta ahora lo habían apoyado en todo, se le están rebelando. ¡Y los que faltan! (Xóchitl debería acercarse a estos grupos, pero eso es otra historia)…

López Obrador sabe que “va contra reloj”: ¿qué sucederá primero: las elecciones federales o que estos y otros muchos grupos y colectivos “se le salgan del guacal”? Hace unas semanas, ante la situación que se vive en Guanajuato, concretamente en la ciudad de Celaya, López Obrador dijo del gobernador de oposición Diego Sinhue: “gobierna, pero no manda”. Pues bien, en los estertores de su sexenio, Andrés Manuel se ve en el espejo de la historia y sabe bien que él ni gobierna ni manda.

Tres en Raya
-Matan a dos policías en Chiapas tras recibir narco-amenazas. Territorio de Morena, que los mismos morenistas saben que han perdido al crimen organizado. ¿No qué no?

-Y el martes asesinaron a dos trabajadores del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en la alcaldía de Xochimilco. Pero el de Palacio Nacional dice que son unas elecciones tranquilas y en paz…