Ni los suyos respetan al Gobernador

Prosa aprisa.

Arturo Reyes Isidoro.

Mañana –sábado– ya estaremos a 1 de mayo, a solo poco más de un mes de las elecciones, y a casi tres años de que Morena ganó la gubernatura del Estado.

Destaco los tiempos porque es sorprendente que ya va la mitad de la actual administración y hacia adentro no se ve orden político ni quien lo imponga, lo mismo en el Congreso local, entre la bancada morenista, ni por parte de nadie del palacio de gobierno.

La petición del diputado morenista, Rubén Ríos Uribe, expresidente de la Mesa Directiva por decisión de Cuitláhuac García Jiménez, para que invaliden las planillas (candidatos a presidentes municipales, a síndicos y a regidores) que presentó su propio partido, Morena, es decir, Cuitláhuac García Jiménez, es la mejor muestra de ello.

En el gobierno cuitlahuista (los que se dicen verdaderos militantes me insisten en que lo diferencie de Morena) no hay disciplina ni quien la imponga; no hay liderazgo político, figura con autoridad a la que se respete.

Si ni siquiera los suyos respetan al gobernador, menos se puede esperar que lo hagan los políticos de la oposición, ni quienes no los quieren.

No se ve, pues, ni en el Congreso ni en el palacio al hombre fuerte de Morena en el Estado, el puño de hierro envuelto en terciopelo que imponga respeto, no miedo.

Pero, ¡ay!, ya vemos que al gobernador los suyos se les suben a las barbas; y si él no lo hace, para no exponerse, nadie sale en su defensa ni asume el papel de hombre fuerte que haga a que lo respeten, como lo asumía Miguel Ángel Yunes Linares respecto al gobernador Patricio Chirinos Calero.

Suponiendo que se respeta la división de poderes y que el Legislativo es de verdad un poder autónomo, entonces ese papel le correspondería al líder de la bancada y presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín, pero tampoco.

Un dicho muy popular en el mundo político dice que la ropa sucia se lava en casa. Ellos lo hacen, sí, pero en el patio sin barda que da a la calle donde todos los que pasan ven el mugrero en el que se revuelcan.

Porque hay que recordar que otro diputado local de Morena, Magdaleno Rosales, el famoso “Maleno” Rosales, tiró caca hacia arriba que salpicó a todos ellos, cuando el 2 de octubre pasado denunció que en toda la estructura del gobierno del Estado, del Poder Judicial y de la actual Legislatura, así como en los ayuntamientos de su partido, hijos, hermanos, esposos y esposas de políticos de Morena estaban en la nómina oficial (y se quedó corto, porque la lista completa incluye “novias”, suegros y todo nivel de parentela que pudieron incrustar). Lo que quiso decir es que en las tres estructuras de gobierno hay corrupción, pero si me quitas la parte que me corresponde, entonces me chillo y los encuero a todos. Y lo hizo.

Lo reveló ardido porque denunciaron que su hijo (lo atribuyó a fuego amigo, de adentro mismo) José Luis Rosales Huesca era aviador y cobraba sin trabajar, ante lo que reviró con un gran argumento: “Yo lo que puedo decir es que voy a dar de baja a mi hijo, él está cobrando 15 mil pesos al mes, tiene primaria y es mayor de edad”.

Cada quien, pues, hace lo que quiere, desnuda a todos, incluso impugna, de hecho, al propio gobernador, lo que en el rancho haría que se dijera que se traen un verdadero desmadre entre ellos.

La de Maleno y la de Rubén son dos de las cartas de presentación con las que los morenistas llegan al 6 de junio. Y pensar que, según ellos, son la esperanza de México.

Un histórico que llegará al Congreso local

Creo que son dos los hechos que marcan la trayectoria política de Gonzalo Morgado Huesca, quien llegará a la LXVI Legislatura local como diputado por el partido Podemos: que fue el mismísimo don Jesús Reyes Heroles quien le tomó protesta como dirigente estatal del PRI en el gobierno de Rafael Hernández Ochoa, cuando tenía apenas 24 años, y cuando fue secretario de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados cuando la presidía Porfirio Muñoz Ledo.

A Gonzalo lo recuerdo cuando prácticamente era un chamaco, pero ya dirigente estatal de la Juventud Revolucionaria del PRI, en el gobierno de Rafael Murillo Vidal, cuando incluso pedía “aventones” para poder moverse (era yo entonces reportero en el Diario de Xalapa).

Nadie se imaginó que en el gobierno siguiente, en el de Hernández Ochoa, llegaría la diputación local, que presidiría la Mesa Directiva y que le tomaría la protesta como nuevo gobernador a don Rafael, además que enseguida arribaría también a la dirigencia estatal de su partido.

Dos veces diputado local y dos, diputado federal, como presidente del CDE de su partido enfrentó dos procesos electorales locales (en uno, cuando el dirigente nacional del PRI era Porfirio Muñoz Ledo), dos federales, dos de gubernaturas y uno para la presidencia de la república, ganando todos. Luego sería también presidente municipal de Martínez de la Torre.

Con dos gobernadores me tocó volar con él muchos años: con Dante Delgado y con Patricio Chirinos, de quién fue su jefe de giras, por la sencilla razón de que conocía como la palma de su mano toda la geografía estatal y a prácticamente todos los actores políticos de Veracruz, así como a todos a quienes se denomina “factores de decisión” (muchos de ellos caciques) en las regiones del Estado.

Pasó por diversos cargos administrativos federales y fue un gran impulsor de las candidaturas de Pepe Yunes en el PRI, hasta que consideró que su ciclo en ese partido había concluido y renunció formalmente a él, pero cuando acababa de terminar un proceso electoral, esto es, no se fue porque no le hubieran dado una candidatura.

Su historia más reciente es más conocida: en noviembre de 2018 inició con Francisco “Paco” Garrido Sánchez la construcción del partido local Podemos, que tres años después han coronado con éxito, primero porque lograron su registro y ahora porque compiten en 194 municipios de los 212 del Estado con candidatos propios a presidentes municipales.

Ahora, Morgado muestra otra característica: la de ser agradecido y reconocer a quien cumple su palabra. Se lo reconoce a Garrido. Le ha cumplido lo que le ofreció. Porque lo conozco, sé que Podemos estará dignamente representado en la Cámara de Diputados y que a través de Gonzalo aportará mucha experiencia política y legislativa, pero también será un factor valioso de concertación, porque Morgado sabe muy bien el valor del diálogo, y lo practica, de la negociación, del acuerdo.

Los pluris de MC

En Movimiento Ciudadano, los candidatos a diputados plurinominales son Maribel Ramírez Topete, subcoordinadora nacional de Mujeres en Movimiento; Adrián Ávila Estrada, ampliamente conocido en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, y Ruth Callejas Roldán, de apellidos muy conocidos pero quien se ha abierto paso en el terreno político por méritos propios, con mucha experiencia y quien, de llegar al Congreso, será otro valioso elemento que enriquecerá la diputación que, aun antes de la elección, ya se está conformando. Ruth también participa como candidata uninominal por el distrito de Emiliano Zapata, donde tiene amplias posibilidades de triunfo.

 

 

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