No eran narco-juniors, eran estudiantes .

gente como uno .

/ Mónica Garza /

Era conocido como Mathews en la comunidad tiktokera. Creaba contenido sobre deportes y se identifica como uno de los pioneros en dicha comunidad en México, pues nació como personaje, recién iniciada la emergencia sanitaria de Covid-19, en 2020.

Tristemente, esa plataforma en la que tanto se divirtió es la misma que hoy se ha llenado con videos sobre su asesinato.

Su nombre era Jesús Virgilio Orozco Mateos, era estudiante de medicina, carrera que terminaría a inicios de 2024, pero lo mataron y su cuerpo fue encontrado con huella de violencia, el domingo pasado.

Estaba dentro de un vehículo en un camino de terracería conocido como El Salitre, —como mal augurio, como escena de película de narcos filmada en esa locación— ubicada al sur de Celaya.

Pero no es ficción, es la dura realidad de Guanajuato, que tampoco es nueva…

Jesús no estaba solo cuando lo encontraron. En el mismo auto estaban los cuerpos de su hermano Pablo Fabián Orozco Mateos, su primo Pedro Mateos Puente y sus amigos José Eduardo Freire Ortega y Luis Giovanni Juárez.

Al día siguiente fue hallado Bryan Jesús Amoles Gasca, otro de sus compañeros.

Todos, excepto Giovanni, eran estudiantes de la Universidad Latina, que de inmediato condenó el hecho del atroz final de la vida de sus estudiantes, que tenían entre 18 y 23 años.

El caso llegó a la mañanera de Palacio Nacional donde se mencionó con la “sensibilidad” que a veces caracteriza, “… tuvo que ver con consumo de droga…” dijo el Presidente López Obrador el miércoles pasado.

“…Fueron a una fiesta a Querétaro y luego se fueron a Villagrán. Y en algún lugar de estos pasaron, esto es todavía hipotético, todavía no se tiene toda la investigación, se está investigando. Pasaron a algún lugar, supuestamente para la adquisición de droga y ahí los asesinaron”, concluyó el jefe del Ejecutivo.

Ante la declaración el reclamo de las autoridades de Guanajuato fue obviamente inmediato: “no se vale evadir responsabilidades y meter cortinas de humo como la revictimización a los muchachos, no se vale, son jóvenes estudiantes”, dijo el alcalde Javier Mendoza Márquez.

Mientras que en las calles compañeros de los jóvenes asesinados exigían el esclarecimiento del hecho. “No eran narco-juniors, eran estudiantes”, gritaron con sus uniformes blancos puestos.

Y es que ya son varios los estudiantes que han sido blanco de la violencia que azota a México entero y particularmente a Guanajuato, que lleva varios años perdiendo a jóvenes estudiantes y varios de los casos siguen en la impunidad.

En junio del año pasado, en la comunidad Barrón, en Salamanca, 5 estudiantes del Telebachillerato fueron acribillados al salir de sus clases, y aún hoy aquel horrible episodio sigue sin justicia para las familias de las víctimas.

En abril de 2022 también, 3 estudiantes de la Universidad de Guanajuato fueron perseguidos y baleados por elementos de la Guardia Nacional. Ángel Yael, que murió ese día, tenía sólo 19 años y era alumno de la carrera de Agronomía.

Este caso hasta hoy no ha tenido una sentencia definitiva para los responsables, a pesar de estar plenamente identificados.

El 8 de marzo de 2020, Nadia Verónica Rodríguez, estudiante de la Universidad Iberoamericana, fue agredida por sujetos armados en la carretera estatal de Salamanca. La mataron con 40 balazos y hasta hoy, no hay avances en el caso.

Cómo olvidar aquel 1 de octubre de 2019, cuando cientos de estudiantes salieron a las calles para exigir justicia por Gabriel Luna Ibarra, estudiante del Tecnológico de Celaya que 3 días antes había sido apuñalado.

“Quiero estudiar sin miedo” pedían entonces los estudiantes, algo que hasta ahora no ha sido un escenario posible…

De enero a octubre de este 2023, Guanajuato ha registrado un total de 2 mil 668 asesinatos, y de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cifra lo coloca como el territorio número uno en homicidios dolosos.

Pero la violencia en esa entidad y su problema con el crimen organizado, hace mucho tiempo que rebasó la responsabilidad del mando local. El crimen organizado es un problema que, al nivel que hoy se encuentra, es un asunto de orden federal. No hay vuelta de hoja.

Los estudiantes, las mujeres y la población en general en Guanajuato, vive en un ambiente de violencia difícil de transitar, en un México donde en general la impunidad es tal, que sólo 7 de cada 100 homicidios son esclarecidos, según la última muestra presentada por Impunidad Cero.

Pero lo que resulta más desolador, es que no se puede seguir sobreviviendo a una política de seguridad federal, con una estrategia tan fallida, donde lo más fácil sea terminar haciendo responsables a los muertos de sus propios asesinatos… y que las balas sigan lloviendo en entidades “adversarias” …

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