No es milagro presidente, es ciencia.

CON ESO de que el Presidente se cree obispo, el otro día salió con que “es un milagro” que ya exista una vacuna contra el Covid-19.

SI Carl Sagan viviera, el gran divulgador de la ciencia seguramente le diría: “No, señor Presidente, no es un milagro. Se llama ciencia. Y detrás de la vacuna no hay santos, sino científicos de todo el mundo trabajando en 200 distintos proyectos. No es cosa de rezos, sino de inversión, investigación y desarrollo.

“DETRÁS de la vacuna, Presidente, no hay estampitas milagrosas, sino secuencias del genoma. Y si la vacuna de Pfizer se elabora en Bélgica no es por sus paisajes, sino porque ese país ha atraído empresas de conocimiento. ¿Cómo? Invirtiendo. Sólo en 2019 los belgas invirtieron 5 mil 500 millones de dólares en el sector químico y farmacéutico… no en una refinería.

“PARA la vacuna, señor Presidente, hubo alianza entre gobierno y empresas, no desconfianza e incertidumbre. Se aligeró la carga burocrática, no al revés. Que en los ensayos clínicos hayan participado más de 40 mil voluntarios tampoco es un milagro: se llama sociedad civil.

“EL MILAGRO, señor Presidente, sería que México fuera protagonista y no sólo espectador. Por cierto, ¿Cuántos respiradores de ciencia antineoliberal ha entregado ya el Conacyt?”. Pero, bueno, como Carl Sagan falleció hace 24 años, ya no hay nadie que le diga todo eso al Presidente. Lo escribe Bartolomé en Templo mayor de Reforma.