Sin tacto
Por Sergio González Levet
Yo entiendo que los empleados de cualquier Gobierno y del nivel que sea tienen el derecho de hablar bien de lo que hacen y de lo que logran, dentro de sus funciones en el servicio público.
Resultaría inaudito que hablaran mal de ellos o de su jefe.
Al igual que todo ciudadano, cada administración tiene el derecho constitucional de decir su verdad, de dar su versión y de expresar su percepción, siempre y cuando estén apegadas a la realidad.
Es normal que los funcionarios destaquen los logros en sus declaraciones y traten de minimizar los errores.
En la ciencia de los números, todo es exacto, pero siempre se pueden acomodar las cifras y los resultados para que no parezcan tan malos o para que se vean mejor de lo que son en realidad.
Hasta ahí, todo se maneja dentro de los límites de lo verídico. Lo que no está bien, es que algún miembro distinguido -o no- de un equipo de gobierno trate de quedar bien y para ello diga exageraciones que rozan la mentira o hasta caen definitivamente en sus engañosos brazos.
Pienso en lo que viene declarando recientemente el Secretario de Desarrollo Económico y Portuario de Veracruz, Enrique Nachón García, en el sentido de que Veracruz está entre las primeras diez economías estatales del país.
Primero, no es precisamente para presumir un lugar cercano al décimo, cuando por su tamaño, por su riqueza y por la calidad de sus habitantes debería estar nuestra entidad cuando menos en el tercero o cuarto lugar nacional.
Segundo, siento un tufillo de burla del joven Secretario de economía cuando mienta la soga en casa del ahorcado, porque en Veracruz y en esta administración las cosas han ido pésimas para los bolsillos de cientos de empresarios que padecen porque no hay obra pública suficiente, para los miles de servidores públicos que fueron corridos de sus empleos, para millones de madres y padres de familia que sienten que el dinero no les alcanza para mantener la calidad de vida que tenían antes.
Acaricia también el cinismo el muchacho Nachón cuando afirma que las cosas económicas van, ya que dice bien, sino de manera magnífica, cuando la realidad es que hay una atonía que mantiene el desarrollo estatal en números negativos.
En Veracruz no hay inversión productiva, en Veracruz no hay crecimiento, en Veracruz están mal las cosas. El Gobierno ha estado pasmado en el subejercicio del presupuesto anual, y así los recursos para obras no han llegado convenientemente, lo que ha arrastrado a la economía hacia el abismo.
¿Vamos bien, Enrique? ¿Vamos muy bien? ¿Estamos como nunca antes en la bonanza?
No ma…nche.
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