* Colectivos acusan que siempre buscó disfrazar de civiles al ejército.
08.11.2023 Ciudad de México.-El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que antes de que concluya su sexenio, realizará un último intento para que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Aun cuando esta decisión no ha estado exenta de controversias y críticas, el mandatario insistió en la importancia de esta medida en su programa del miércoles 8 de noviembre desde Palacio Nacional.
López Obrador enfatizó que si no se logra la transferencia de la Guardia Nacional a la Sedena, sugiere que no permanezca bajo la jurisdicción de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ni de la Secretaría de Gobernación, con el fin de evitar posibles problemas de corrupción en la institución.
“No me vengan con el cuento de la militarización, porque ya han engañado mucho y manipulado mucho con eso”. Para respaldar su punto de vista, destacó la distinción entre el Ejército mexicano y otros ejércitos, subrayando su origen en el movimiento revolucionario.
Hizo un llamado a la sociedad para acercarse, conversar con los soldados y comprender que son parte de la misma comunidad, provenientes de diversos orígenes y estratos sociales.
Esta declaración de López Obrador ha generado un debate en México, ya que en su campaña presidencial había prometido no recurrir a la militarización para abordar los problemas sociales y de seguridad en el país.
Colectivas feministas y el colectivo Seguridad Sin Guerra, entre otros, han criticado esta decisión, argumentando que no incluye mecanismos adecuados de fiscalización o rendición de cuentas y no subordina adecuadamente a las Fuerzas Armadas al poder civil.
La organizaciones de la sociedad Civil pro derechos de las mujeres destacan que la militarización de un país tiene consecuencias devastadoras para las mujeres. Aumenta el riesgo de violencia de género, abusos sexuales y discriminación, al tiempo que socava su participación en la toma de decisiones, su acceso a servicios de salud y educación, y su capacidad para vivir vidas libres de temor y violencia., tal como lo exige la Constitución y sobre todo destacan
Sus adeptos y la oposición le recuerdan al ahora presidente que en un mensaje del 22 de marzo de 2017, Andrés Manuel López Obrador declaró lo contrario a la militarización lo que le generó votos y ahora les traiciona.
“No vamos a utilizar la fuerza para enfrentar los problemas sociales, no vamos a reprimir al pueblo con el Ejército, no es para eso. Vamos a atender el problema de la inseguridad y la violencia atendiendo las causas, esa es la forma más humana y eficaz, no como lo han venido haciendo, que además no ha dado resultado”, dijo en campaña.
La ahora decisión del presidente de México refleja un cambio significativo en su posición anterior, ya que la Guardia Nacional se creó bajo su administración y fue diseñada con el propósito de separar las tareas de seguridad pública de las fuerzas militares. El objetivo principal era abordar la creciente ola de violencia y delincuencia organizada en el país, sin embargo se traicionó ese propósito.
López Obrador ha argumentado que la Guardia Nacional todavía no cuenta con la madurez y la capacidad necesaria para cumplir con su misión de garantizar la seguridad pública en todo el país. Por lo tanto, busca considerar nuevas alternativas para su estructura y funcionamiento, incluso si esto significa revisar su adscripción.
El debate sobre la militarización de la seguridad pública en México es un tema de gran relevancia y polarización en la sociedad, que abarca desde cuestiones de derechos humanos y control civil sobre las fuerzas armadas hasta la efectividad de las estrategias de seguridad.
Esta controversia continuará siendo objeto de discusión en el país y requerirá un análisis detenido y un diálogo constructivo para encontrar una solución que satisfaga las necesidades de seguridad y protección de los ciudadanos mexicanos.
Las críticas y cuestionamiento han sido reiteradas y se acrecentaron cuando mediante un decreto publicado en mayo 2020 ordenó que las Fuerzas Armadas quedarían al mando de las tareas de seguridad pública, lo que no corresponde a las expectativas que el presidente sembró durante años entre sus simpatizantes.
“Renuncia a acabar con la militarización del país, y entrega al Ejército facultades inéditas, entre otras, las que fue el sueño de las peores dictaduras latinoamericanas: la de detener ciudadanos”, acusaron colectivos por desmilitarizar al País.
Una de las argumentaciones es que si bien López Obrador se ha dedicado durante todo su sexenio a cuestionar las decisiones de Felipe Calderón en materia de seguridad pública, el actual presidente mantendrá a las Fuerzas Armadas en el mismo lugar, “traicionando a sus votantes”, se advirtió .
Con esta decisión se volvió a revivir el temor de la militarizacion del pais para establecer su régimen y defender a la delincuencia organizada con su estrategia de abrazos y no balazos mientra atacan a la población civil.