No todo huele a podrido en Dinamarca /2

Sin tacto.

 Por Sergio González Levet.

Me quedé el vienes a media reflexión porque se me acabó el espacio destinado a estos textos.

Decía en aquel “Sin tacto” que Cuitláhuac García Jiménez es un hombre y un funcionario que ha diseñado su vida de manera tal que repite hasta la exasperación lo que hace el personaje al que le debe todo lo que es, el mismo Andrés Manuel López Obrador, quien lo hizo diputado federal y después Gobernador de Veracruz.

En ese afán de copiar, es lógico que el inexperto gobernante ha cometido una larga serie de pifias que han causado la molestia generalizada de los veracruzanos, muy celosos de su prestigio de gentes ingeniosas e inteligentes.

Pero, como escribí también el viernes, no ha podido ser perfecto en su imperfección, y resulta que hay algunas áreas de su administración en las que se está trabaja do bien.

Si alguien preguntara por un funcionario del gobierno de Cuitláhuac que haya hecho bien su trabajo, sin duda muchos voltearían a ver a José Luis Lima Franco, el discreto y cumplido Secretario de Finanzas y Planeación.

La notoria falta de oficio del mandatario y la intrusión de un pariente cercano suyo en esa área tan delicada han sido condiciones adversas para que el responsable de los dineros públicos haga su trabajo.

No obstante, el joven economista formado inicialmente en la Universidad Veracruzana ha logrado librar escollos importantes en las conflictuadas finanzas estatales, tan comprometidas por las corruptelas de años anteriores.

Hay que decir que Lima Franco ha conseguido avances, pero establecer que tampoco es un mago ni ha venido a hacer milagros.

La tesorería veracruzana es un carromato que da tumbos en un camino lleno de hoyos y de obstáculos.

Pero el Secretario ha logrado hacer que el desvencijado mueble avance, y eso ya es ganancia en las circunstancias actuales.

Una cosa que entendió José Luis Lima es que debía ser primero Secretario de Planeación, y después de Finanzas.

En diciembre de 2018 urgía poner orden y establecer un plan de gasto viable. Dos años y medio después hay resultados que se pueden medir u observar.

Un botón de muestra: Sefiplan fue pagando la deuda absurda que tenía la UV con el fisco.

Con tres o cuatro funcionarios del fuste de Lima Franco, las cuentas del gobierno actual serían mucho mejor aceptadas por una población que se siente desilusionada por los malos resultados de la Cuarta Transformación.

Ahí tiene el Gobernador un botón de muestra sobre cómo se pueden hacer las cosas bien, aún ante las peores condiciones