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11.12.2025 Washington C.D. EUA.- La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, lanzó este jueves una serie de señalamientos directos contra los cárteles de la droga mexicanos durante su comparecencia ante un comité de la Cámara de Representantes en Washington.
La funcionaria afirmó que organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación representan una amenaza para los intereses y la seguridad del pueblo estadounidense, al provocar caos y agravar riesgos vinculados con el tráfico de drogas ilícitas, especialmente fentanilo, así como con otras actividades criminales transnacionales.
Durante la tensa audiencia, Noem sostuvo que los grupos criminales mexicanos forman parte de un entramado global que, a su juicio, ha incrementado su capacidad para dañar a Estados Unidos. Aseguró que estas organizaciones no solo operan en el contrabando de drogas, sino que también están vinculadas con violencia, crímenes contra civiles estadounidenses e incluso riesgos cibernéticos, lo que, según su postura, exige una respuesta más firme desde el gobierno federal.
La secretaria utilizó su intervención para defender la estrategia de seguridad de la administración estadounidense, en un contexto político marcado por tensiones internas y debates sobre el control fronterizo. Aunque su discurso buscó subrayar la necesidad de reforzar las medidas contra el crimen organizado transnacional, la comparecencia se desarrolló en medio de cuestionamientos de legisladores opositores, quienes criticaron el manejo de la seguridad interna y el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico en territorio estadounidense.
Noem insistió en que los cárteles mexicanos han causado daños directos a la población estadounidense y reiteró que su gobierno considera a estas organizaciones como una de las principales amenazas para la seguridad nacional. Sus declaraciones se suman a una narrativa que ha cobrado fuerza en los últimos años dentro del Congreso estadounidense, donde algunos sectores han impulsado iniciativas para clasificar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, lo que abriría la puerta a medidas más agresivas en materia de seguridad y política exterior.
Mientras Washington insiste en el impacto de los cárteles en su territorio, especialistas y autoridades mexicanas han señalado que la demanda interna de drogas, el tráfico de armas desde Estados Unidos y la falta de controles financieros son factores que alimentan la operación de estas organizaciones criminales.
La comparecencia de Noem deja abierta la discusión sobre los próximos pasos de la política de seguridad estadounidense y el impacto que sus declaraciones puedan tener en la relación bilateral, especialmente en un momento en que ambos países enfrentan presiones internas para ajustar sus estrategias contra el crimen organizado.












