Norma Piña Hernández .

*Alguien como tú .

/Gladys de L. Pérez Maldonado /

En 200 años únicamente catorce mujeres han sido ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En 1961, la doctora María Cristina Salmorán de Tamayo fue la primera mujer en ser nombrada Ministra del Alto Tribunal, cargo que desempeñó por 24 años y 9 meses.

Así también, integraron el Pleno de la SCJN las ministras Livier Ayala Manzo, Gloria León Orantes, Fausta Moreno Flores, Martha Chávez Padrón, Victoria Adato Green, Irma Cué Sarquís y Clementina Gil Guillén.
Posterior a la Reforma Constitucional, que entró en vigor en 1995 y que desintegró la anterior Suprema Corte, ese mismo año fue nombrada como ministra Olga María Sánchez Cordero y en 2004 fue designada como ministra a Margarita Beatriz Luna Ramos.

Actualmente el Pleno de la Corte está integrado por once ministros de los cuales son cuatro las mujeres que ejercen como juezas constitucionales: las ministras Norma Lucía Piña Hernández, Yasmín Esquivel Mossa, Margarita Ríos-Farjat y Loretta Ortíz Ahlf.

El pasado 2 de enero, las y los mexicanos presenciamos un hecho histórico en la vida pública de las mujeres, el Pleno de este Alto Tribunal constitucional, eligió en una votación cerrada, por primera vez en dos centurias a una mujer como presidenta por un periodo de cuatro años.

La ministra Norma Lucía Piña Hernández es la primera mujer en ostentar el cargo de Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Ella, es egresada de la Licenciatura en Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó la maestría en Argumentación Jurídica por la Universidad de Alicante, España y es Doctorante en la División de Estudios de Posgrado por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha realizado diversos Diplomados y Especialidades en las materias del Derecho, Amparo, Psicología Social y Comunicación. Académica en diversas universidades de prestigio nacional y del Instituto de la Judicatura Federal.

Ostenta 34 años de carrera judicial dentro de la Judicatura Federal en la que se ha desempeñado como Secretaria de Estudio y Cuenta en la Primera Sala de la SCJN, Jueza de Distrito, Magistrada de Circuito y actualmente Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La ministra Piña Hernández en su primer discurso como Presidenta señaló“…al ser la primera mujer que preside este máximo tribunal represento también a las mujeres, a nuestro nombre les agradezco la congruencia a mis compañeras y compañeros, reconozco la importantísima participación de la mayoría de este Tribunal Pleno de romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal, me siento acompañada, respaldada, acuerpada por todas ellas, todas nosotras, me siento muy fuerte, que sé que estamos todas aquí, nos colocamos por primera vez al centro de la herradura de este Tribunal Pleno demostrando y demostrándonos que si podemos, agradezco a las que siempre han creído, a las que no se han cansado de generar cambios que poco a poco arrinconan nuestra cultura patriarcal, honro en este momento a las que ya no están, trabajaremos y nos esforzaremos todos los días por una sociedad más justa, más igualitaria, sin violencia contra las mujeres ese es un anhelo, que no les quepa duda…”

A lo largo de esta semana, hemos escuchado y leído diversos comentarios relacionados con la llegada de una mujer a la Presidencia de la SCJN, nos quedamos sorprendidas que lo dicho, no todo ha sido magnificando este gran sucedo, de que por primera vez en 200 años las féminas nos vemos representadas por una congénere en el más alto escaño de la Judicatura federal mexicana.

No tiene mucho que en este mismo espacio comentábamos que aún faltaba un tiempo para que lográramos la paridad en representación en el Pleno de la SCJN, pues únicamente cuatro mujeres de once en total lo integran y en ningún momento vislumbrábamos el hecho inaudito de llegar a presidir la Corte, por ese famoso “techo de cristal” que mencionó la Ministra Presidenta en su discurso.

Contrario a lo que muchos dicen, la designación de la Ministra Norma Lucía Piña Hernández como Presidenta del más Alto Tribunal de nuestro país, es un paso importantísimo para alcanzar la igualdad sustantiva tan anhelada por muchas de nosotras y por lo que luchamos día a día desde nuestras trincheras, es resultado de la presencia femenina en la vida pública y de nuestra convicción de ocupar espacios que por muchos años solo eran exclusivos para los hombres.

Ha llegado a la presidencia de la Corte una mujer sorora, empática, solidaria y conocedora de la realidad de muchas, con un discurso claro que demuestra modestia al agradecer a nombre de todas las mujeres su designación, aunque sabemos que su extraordinaria calidad humana, preparación académica y profesional de manera primordial la llevaron al triunfo ante su adversario en la votación.

Norma Piña es una mujer feminista pero incluyente, así lo estableció en su columna de opinión Extramuros// “Inaccesible techo de cristal” (2023-01-08) Excélsior, pag. 7, “…Traigo a mis líneas las frase de la activista, feminista, antropóloga y escritora Rita Segato, que refleja el escenario que me guía: ‘Ser pluralista antes de ser feminista; tener un mundo radicalmente plural como meta histórica’.”.

Ministra Presidenta Norma Lucía Piña Hernández, tenga la certeza que en Alguien como tú la acompañamos, respaldamos y la acuerpamos, e incansablemente con su ejemplo seguiremos generando cambios que poco a poco arrinconen nuestra cultura patriarcal…