Noruega aprueba ley para frenar retoques digitales en influencers

* La obsesión por los filtros de Instagram amenaza la autoestima de los usuarios.
* En lo digital como en lo impreso.

Noruega 07 julio 2021.- Labios engrosados, ojos de gata, pestañas imposibles, nariz de miniatura, pómulos subidos, cinturas de avispa, tez sin poros… No hay nada que los filtros o Photoshop no puedan enmascarar o sublimar. Instagram y otras redes sociales como TikTok se han convertido en una feria de las vanidades donde campan a sus anchas unos cánones de belleza tan irreales como dañinos, pues reflejan un mundo irreal que mina la autoestima de los seguidores -sobre todo entre los más jóvenes-, que aspiran a lograr unas facciones imposibles y que no existen.

El llamado rostro ‘cyborgiano’, tal como lo definió en 2019 la periodista Jia Torentino en un artículo publicado en ‘The New Yorker’. O como lo definen las revistas médicas, que también han bautizado este fenómeno como ‘dismorfia de Snapchat’, en referencia a la primera red social que lanzó las populares máscaras digitales que deforman el rostro en tiempo real.

El fenómeno, pues, no es nuevo. Por eso, cada vez son más las iniciativas que tratan de poner freno a esta moda irresponsable, que a veces, incluso, va más allá del retoque digital, pues también han aumentado las intervenciones y tratamientos estéticos para imitar estos rostros generados con filtros. Además del popular bótox para abultar morros, en los últimos años se estilan las ‘foxy eyes’, para levantar las cejas a imagen y semejanza de modelos tan influyentes como Bella Hadid.

El Ministerio noruego de Infancia e Igualdad acaba de aprobar una ley para poner coto a tanta belleza irreal prohibiendo a los ‘influencers’ y a los anunciantes publicar imágenes retocadas sin avisarlo en la misma publicación. La idea es luchar contra la publicidad engañosa y los ideales de belleza irreales que se venden en las redes sociales.

“Ayudará a frenar el impacto negativo que dicha publicidad tiene, especialmente, en niños y jóvenes”, ha subrayado el ministerio. Así, tanto las marcas como las ‘it girls’ cuyas imágenes hayan sido modificadas deberán de incluir una etiqueta, diseñada por el gobierno del país, para notificar que se trata de una fotografía retocada bien con el programa de edición o con un filtro. Y esta obligación no se queda solo en las redes como Instagram o TikTok, también será de obligado cumplimiento en las revistas, periódicos y toda la cartelería publicitaria callejera. Noruega, sin embargo, exonera a los ciudadanos anónimos de esta nueva norma.

Otros ejemplos
Antes que el país nórdico, Francia ya legisló en este sentido. Desde 2017 obliga a las publicaciones de moda a indicar si las fotografías han sido retocadas. En el caso de el Reino Unido no ha habido limitaciones desde el gobierno, pero sí campañas tan populares como la que a finales de 2020 puso en marcha la maquilladora Sasha Pallari, en la que instaba a poner límites al uso de los filtros. Con el ‘hashtag’ #FilterDrop (‘fuera filtros’)

“Quiero advertir de los daños que suponen el uso constante de filtros. La piel impecable, sin poros, sin cicatrices y sin arrugas no existe y es solo por el uso excesivo de estos que creemos que existe. Las marcas no deberían estar contentas de que sus productos se anuncien de esta manera y de que se describan como ‘de aspecto natural en la piel’ mientras se aplican esos filtros. Este comportamiento, adicción y anhelo constante de SER bellos está alimentando las inseguridades de las generaciones futuras y el daño es preocupante (…). Cada vez son más los expertos que advierten de que la moda de los filtros de realidad virtual que embellecen pasa factura a los usuarios.

El 55% de los cirujanos plásticos estadounidenses reconocen un aumento del número de pacientes que acuden a su consulta porque quieren parecerse más al reflejo de sus filtros. Dentro de esta nueva tendencia, las nuevas operaciones más demandadas son corregir la asimetría facial, la caída de los párpados, la apariencia de las arrugas y el aspecto de la nariz. Pero sin aceptarse a uno mismo, el resultado nunca será perfecto”, decía la maquilladora con un vídeo real en el que mostraba su rostro.