Nosotros con Derbez. ¡Ah!, y tampoco tenemos necesidad

Por Verónica Malo Guzmán

“Cuando A molesta o hiere a B con el pretexto de salvar o mejorar X, A es un sinvergüenza”.

Ganó la envidia y el odio al éxito ajeno. Se esperaba que el presidente de la nación brindara por nuestro connacional, quien participó en la cinta ganadora del Oscar a mejor película. Eso es lo que haría un líder de Estado.

Pero mientras el sentido común y la decencia indicaban eso (esto es, que López Obrador felicitara a Derbez por ser parte de la película que ganó el Oscar a mejor largometraje), el actor solo recibió el silencio de quien siempre tiene demasiado qué decir.

Esa poca educación —y mucho de mezquindad— solo se vio superada por la grosera respuesta de la Semarnat ante las críticas al Tren Maya de diversos famosos y científicos. El comunicado de la dependencia es una diatriba que muestra sin disimulos mucho enojo y nula intención de escuchar a la contraparte.

La misiva abrió con el comentario: “¿Dónde estaban los pseudoambientalistas?”, pero incluyó luego soflamas para la 4T, al decir que está remediando el desastre socioambiental que permitieron y promovieron otras administraciones…

Sí, como siempre, los culpables vienen del pasado y en el presente se concentra en todo aquél que osa criticar las decisiones del gobierno obradorista.

La pseudo defensa del terrible ecocidio que se avecina corrió a cargo de María Luisa Albores, secretaria de Medio Ambiente, quien ni siquiera consideró lo dicho por los expertos; mucho menos se molestó en ver los videos y las fotos que le presentaron sobre lo que está sucediendo a raíz de la construcción del tren.

Muchos de los activistas que antes servían a la 4T porque creían en su propuesta de cambio, ahora que señalan la masacre que se avecina son ninguneados y calumniados por la actual administración. Y en ese sentido me alegro muchísimo de que la voz de Eugenio Derbez, luego de que la película CODA haya ganado la estatuilla del Oscar, adquiera aún más valor. De un día al otro se le encareció a López el tener que justificar la construcción del Tren Maya. ¡Bravo!

Al respecto, algunos critican que Eugenio Derbez opine ya que reside en el extranjero. Yo digo que es todo lo contrario: doblemente admirable que un connacional, teniendo su vida hecha y derecha en Estados Unidos, y llena de reconocimientos en el extranjero, no olvide su amor por México y esté consciente de la importancia de lo que sucede en su patria.

Vámonos entendiendo: el Tren Maya sí amenaza la intrincada y muy frágil red de ríos subterráneos de la región, así como el sistema de las cuevas inundadas. Este, el más grande del mundo, puede venirse abajo con las vibraciones.

El grupo de científicos, arqueólogos, empresarios y ciudadanos preocupados por la destrucción de la selva, y que señala el error del tramo 5 del tren, encontró en los artistas el apoyo y la parte más visible para hacer eco de sus palabras.

María Luisa Albores ha respondido ufanándose de la prohibición del uso de insecticidas y un acuerdo con la comunidad menonita. En este sentido, confundió Chihuahua con Chiapas, pues los menonitas están asentados en el norte del país, mientras que la preocupación de los medioambientalistas se encuentra en la península de Yucatán y en Chiapas. Así de desatinadas las apreciaciones y la gestión de esta servidora pública.

El desdén mostrado es una continuación a la farsa iniciada a principios de sexenio cuando Andrés Manuel pidió permiso a la Pachamamá. O un engaño más reciente como es la pérdida de miles de hectáreas de árboles solo para decidir que siempre no pasará el tren por esa parte ahora talada.

El tramo 5 del Tren Maya carece de estudios de impacto ambiental, aunque eso sí, ya cuenta con el apoyo de los mismos ingenieros militares que desarrollaron el AIFA. Nada contra ellos, solo que se requerirían ingenieros especialistas en aeronáutica para aeropuertos y en vías férreas (además de conocedores de ecosistemas de flora y fauna) para edificar un tren en medio de la selva.

El problema es que no importando los ingenieros o los otros datos de López Obrador, la península de Yucatán es un bloque de roca caliza que emergió del fondo del mar. Ese suelo es sumamente permeable, poroso y frágil. Si se deslava con las lluvias, ¿qué se puede esperar de la vibración constante del tren?

La fragilidad de este ecosistema, de cuevas, piso inestable, especies en peligro de extinción y el gran pulmón que es la selva para todo el país, va acompañado de reliquias geológicas, paleontológicas y prehispánicas.

¿Qué más debería de defender el presidente que se considera historiador y protector del país? Incuestionablemente todo lo que hoy está en peligro de desparecer como consecuencia de edificar un tren para el turismo.

No se puede ser indulgente ante lo que se perderá; las ruinas que existen y las que aún no se han descubierto, la selva que se ve afectada, las especies en vías en extinción que pierden su hábitat, la pulverización de las cavernas subterráneas. Una tierra que no tiene ríos superficiales, pero que perderá su agua fresca.

Derbez y los artistas que le acompañaron no tienen ninguna necesidad económica o política de protestar contra del Tren Maya. La única necesidad que tienen —y deberíamos tener todos— es la de amar a México. La de defender nuestro patrimonio, sea cultural o de la rica y frágil biodiversidad que se encuentra en riesgo ante la necedad de la 4T.

Es momento de que todos escuchemos a los expertos, a los artistas y a la selva misma. “Sálvame del tren”. #Salvamedeltren Nosotros con Derbez, y tampoco tenemos necesidad. Es deber de la 4T escucharnos.

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero

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