Nuestra propia guerra…

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/ Mónica Garza /

La violencia política en México es brutal, pero se impone un silencio particular a la perspectiva de género, que esta misma semana quedó evidenciada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la ONU, que desde Suiza reprobó a México.

Ya van ocho alcaldes asesinados desde el primero de octubre de 2024 hasta el pasado miércoles, cuando afuera de su casa y frente a su hijo, mataron a Martha Laura Mendoza Mendoza, en un ataque directo en el que también murió su esposo, Ulises Sánchez Ochoa.

Estaba en su segundo mandato como alcaldesa de Tepalcatepec, Michoacán, tras obtener poco más de 52 por ciento de los votos en los comicios del año pasado.

Sin decir mucho, mucha la diferencia

En más de una ocasión la funcionaria pidió a autoridades locales y federales reforzar la seguridad en su municipio, ante el aumento de grupos criminales, hasta que la mataron como a otros.

Antes de ella fue Lilia Gema García Soto, alcaldesa de San Mateo Piñas, Oaxaca, asesinada el 15 de junio pasado; Salvador Bastida García, alcalde de Tacámbaro, Michoacán, fue asesinado el 5 de junio y la lista sigue desde el 2024.

Isaías Rojas Ramírez, alcalde de Metlatónoc, Guerrero, murió el pasado 2 de junio, 5 días después de haber sido atacado a balazos; Mario Hernández García, alcalde de Santiago Amoltepec, Oaxaca, fue asesinado el 15 de mayo.

Alejandro Arcos Catalán, fue degollado y su cabeza colocada encima de su coche el 6 de octubre de 2024, a sólo seis días de haber asumido el cargo de alcalde de Chilpancingo de los Bravo, Guerrero.

Román Ruiz Bohórquez, alcalde de Candelaria Loxicha, Oaxaca, fue asesinado a puñaladas en su domicilio el 15 de octubre de 2024 y un par de meses después, el 15 de diciembre de 2024, Jesús Franco Lárraga, alcalde de Tancanhuitz, San Luis Potosí, fue acribillado por sicarios cuando circulaba en su automóvil.

México ya es el país más peligroso del mundo para funcionarios municipales, según el informe Violence Targeting Local Officials 2024 elaborado por ACLED (Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados).

Con más de 340 ataques registrados en 2024, entre secuestros, agresiones y asesinatos, una proporción clasificada por expertos como crímenes del narcotráfico.

La violencia política en México es brutal, pero se impone un silencio particular a la perspectiva de género, que esta misma semana quedó evidenciada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la ONU, que desde Suiza reprobó a México.

Feminicidios, embarazos forzados, discriminación, brecha salarial y una impunidad del 95% en crímenes de género, fueron algunos de los señalamientos sobre nuestro país.

Dicho Comité solicitó información sobre las acciones concretas que ha tomado México desde las instituciones, particularmente la Secretaría de las Mujeres, que pese a haber sido elevada a nivel ministerial, reporta pocos resultados.

Su titular Citlalli Hernández, respondió con evasivas, pretextando limitaciones en recursos técnicos, humanos y financieros.

Sobre temas como el aborto, aseguró que en México “no hay ni una sola mujer detenida por haber practicado un aborto”, sin mencionar que la criminalización del aborto en México ha sido abolida sólo de forma parcial.

Los artículos 329 al 334 del Código Penal Federal, establecen aun la ilegalidad de que una madre voluntariamente procure su aborto o consienta que otro la haga abortar.

Lo anterior impide que la interrupción del embarazo sea despenalizado de manera absoluta. En 8 entidades de la República Mexicana el aborto sigue siendo un delito y existen 218 carpetas de investigación abiertas a causa de ello.

La secretaria Hernández presumió en Ginebra una caída del 29% en feminicidios en México, mientras organizaciones como Cimac Noticias, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y la Red TDT, reportan al menos 34 mil 715 mujeres, niñas y adolescentes asesinadas en México de 2015 a abril de 2025, que equivalen a 10 casos al día en promedio, de los que sólo el 24.6 % se investigan como feminicidio.

Esta semana en Suiza la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer expresó su “profunda preocupación ante la incapacidad del Estado Mexicano para presentar evidencia verificable de avances reales en materia de justicia, participación económica, política y eliminación de la discriminación hacia las mujeres”.

A muchos les puede parecer irrelevante lo que la ONU opine sobre lo que sucede en México en materia de violencia, contra las mujeres y contra todos los mexicanos.

Sobre a todo a aquéllos que cargan su dosis de responsabilidad en la inacción que nos delata en número de muertes y en el clima de miedo que abraza localidades específicas, hoy sin ley y en un aterrador silencio.

Lo que no se justifica es que desde adentro en México, quienes sí deberían de opinar, callan, maquillan cifras o minimizan la realidad que vivimos puertas adentro.

Es verdad que las opiniones allá afuera no conseguirán disminuir la cantidad de ataúdes que cargamos aquí adentro, ni la cantidad de los que permanecen vacíos y abiertos, esperando al cuerpo que está perdido…

Son tiempos de guerras y ésa es la nuestra.