“Nueva normalidad”: sí a la coordinación, no a la imposición

La Política Me da Risa.

Yazmin Alessandrini.

SONRISAS.- Comencemos con una buena noticia y una mala noticia. La buena: El Presidente Andrés López Obrador decidió que sean los mandatarios de las 32 entidades del país quienes decidan en qué momento adherirse al plan de reactivación propuesto por el Gobierno Federal. Ahora la mala: El Presidente Andrés López Obrador decidió que sean los mandatarios de las 32 entidades del país quienes decidan en qué momento adherirse al plan de reactivación propuesto por el Gobierno Federal. Y no, no se trata del perverso y poco conveniente (a veces) ejemplo del vaso medio vacío. Ciertamente se trata de un paso muy importante y acertado que el Primer Mandatario haya determinado que la implementación del conjunto de guías normativas que se presentaron anteayer en Palacio Nacional, con la coronación del ya comentado semáforo que comenzará a operar a partir del próximo lunes, quede en manos de los gobernadores, porque así manda un claro mensaje de que respeta la autonomía de estados y municipios, lo que sin duda ayuda a fortalecer el concepto de república.

Sin embargo, también hay que ver el otro lado de la moneda, porque está más que claro que durante toda esta cuarentena obligada por la pandemia del coronavirus no todos los estados han mostrado un manejo eficiente, atingente y asertivo para proteger a sus ciudadanos, por lo que una vez que concluya de manera oficial la “Jornada Nacional de Sana Distancia”, el próximo 1º de junio, podríamos estar viendo escenarios sumamente complicados y convulsionados gracias a la potestad concedida por el Presidente a los mandatarios estatales. Sinceramente, no quisiera imaginarme lo que podría ocurrir en entidades como, por ejemplo, Morelos, Nuevo León y Puebla, con Cuauhtémoc Blanco, Jaime Rodríguez “El Bronco” y Miguel Barbosa, respectivamente, yéndose por la libre a la hora del cómo, cuándo, dónde y por qué al momento de reactivar las actividades sociales, económicas y escolares.

Empero, al tratarse de un plan de ejecución voluntaria, con el Gobierno Federal manteniéndose al margen de lo que decidan los gobernadores, también podría darse el escenario de un manejo poco prolijo por parte de éstos, lo que definitivamente podría ser sumamente dañino y peligroso para el país, pues no podemos sustraernos al contundente hecho de que aún se siguen registrando numerosos casos de contagios por COVID19 por todo el país y eso representa un riesgo tremendo que exponencialmente podría dispararse si no hay un manejo adecuado a la hora de decir por ejemplo cuándo se pueden ir a la escuela nuestros niñas, niños y jóvenes; la movilidad en el transporte público; la reanudación de actividades en sitios de alta circulación de personas (plazas comerciales, mercados, bancos, etcétera). Esperemos que todo salga bien. Para bien de todos.

RISAS.- Tras la presentación que hizo en Palacio Nacional el Presidente Andrés López Obrador del semáforo del regreso a la “nueva normalidad”, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza señaló que se trata de un programa responsable que marca una ruta clara de cómo ir regresando a las actividades cotidianas de manera ordenada, después de la contingencia sanitaria por el COVID19, pues contempla factores como lo son la movilidad, la población, la capacidad de infraestructura hospitalaria, así como el ritmo de contagio y pacientes hospitalizados, lo que permitirá monitorear permanentemente cómo va evolucionando cada una de las regiones del país.

Además, el mandatario mexiquense explicó que con este esquema poco a poco se retornará en orden a la normalidad y puntualizó que en el caso del Edomex este plan se llevará de la mano junto a la Ciudad de México, destacando que en estos momentos que el Valle de México se encuentra en semáforo rojo y el ritmo de crecimiento de hospitalización-intubación ha crecido a una tasa menor gracias resultado de las medidas de prevención y contención que se han impulsado.

Cabe mencionar que con la apertura en las industrias automotriz, de la construcción y minera el Edomex reactivará importantes sectores, pues la primera emplea a más de 628 mil personas y aporta cerca del 7% del Producto Interno Bruto (PIB) de este sector a nivel nacional; mientras que en el sector automotriz la entidad mexiquense representa el 14% de esta industria a nivel nacional, generando más de 42 mil fuentes de trabajo, además de ser un sector de proveeduría para esta rama económica.

CARCAJADAS.- Pese a la emergencia sanitaria por la que atraviesa todo México, las finanzas en el estado de Veracruz son sólidas y esto les está permitiendo hacer frente a la crisis por el coronavirus, ya que no sólo se cuenta con recursos sino que las calificadoras internacionales prevén una una disminución en su deuda pública, esto de acuerdo a HR Ratings, que recién emitió su primer análisis del año (enero-abril) ratificando el buen manejo en este rubro en la entidad veracruzana, por lo que mantuvo su calificación de BBB- pero cambiando su perspectiva de estable a positiva, lo que podemos entender como un claro mensaje de confianza, ya que en 2019 se logró un superávit primario de 8.5% comparado con el 2.6% de los ingresos totales, logrando así la entidad mejorar significativamente su liquidez al cierre de año, lo que le permite hacer frente a sus compromisos financieros.

Asimismo, Veracruz también mejoró sus acciones de refinanciamiento, por lo que para este año HR Ratings prevé que la deuda baje a un promedio de 12.3% de los ingresos de libre disposición, menor a lo proyectado, lo que significa más recursos para atender las demandas más sentidas de la gente. La calificadora confió que de continuar así, Veracruz podría obtener niveles de calificación más altos, destacando la mejoría del manejo de deuda tanto del corto, como del largo plazo a diferencia de administraciones pasadas.

MÁS DIFICULTADES A LA VISTA.- A muchos ya se les queman las habas por la entrada en vigor del nuevo T-MEC, sin embargo ésta no augura muchas cosas positivas para México, esto porque en Estados Unidos el partido en el poder (o sea, los amigos de Donald Trump) ya cabildea la implementación de un agresivo programa de estímulos fiscales y ayuda financiera para que las empresas norteamericanas con maquiladoras, ensambladoras y líneas de producción en nuestro país, la gran mayoría proveedoras de la industria automotriz, permanezcan allá. Además, los gringos insistirán con el tema de los inspectores laborales y no están dispuestos a aceptar una negativa mexicana.

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