/ Carolina Gómez Vinales /
Según cifras de la Secretaría de Salud federal, cada año se reportan seis mil muertes por cáncer de mama en México y se presentan alrededor de 23 mil casos nuevos, es decir, 60 nuevos casos al día. Los números y estadísticas son preocupantes, particularmente porque esta enfermedad ataca a mujeres de todas las edades. El cáncer de mama se ha convertido en un problema de salud pública pese a los avances en el combate a esta enfermedad. El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que cada 30 segundos, en algún lugar del mundo, se diagnostica un cáncer de mama, además una de cada ocho mujeres tiene o va a desarrollar este cáncer durante su vida. Es una enfermedad que por la pandemia de covid-19 se ha recrudecido en nuestro país. También, la crisis sanitaria por coronavirus agravó la atención de pacientes con cáncer de mama en México por la falta de medicamentos oncológicos y la caída en el número de mastografías que se hacían habitualmente.
Los factores de riesgo en las mujeres que pudieran presentar esta enfermedad son: ser mayor de 40 años, tener una historia familiar de cáncer de mama, antecedentes de enfermedad mamaria benigna, si el primer embarazo fue después de los 30 años, no haber amamantado, con menopausia después de los 50 años, uso de terapia hormonal de reemplazo por más de cinco años, tener obesidad y sobrepeso, y sedentarismo. Hay desde luego excepciones en mujeres mucho más jóvenes que desafortunadamente han sido víctimas del cáncer de mama.
Debido a su impacto, y como iniciativa de la OMS, cada año alrededor del mundo durante el mes de octubre se realizan eventos cuya finalidad es concientizar e incentivar la autoexploración mamaria y el diagnóstico temprano, motivo por el cual se le conoce como Octubre: mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama, y el 19 de este mes se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama.
El riesgo de padecer cáncer de mama puede reducirse realizando ejercicio físico de forma regular (al menos cuatro horas a la semana), evitando el sobrepeso y la obesidad tras la menopausia y disminuyendo el consumo regular de alcohol.
La autoexploración es una técnica sencilla que debe realizarse mensualmente para detectar cambios en la forma o textura de las mamas, aureola o pezón, el engrosamiento de la piel o masas debajo de ella, hoyos, secreciones del pezón, piel escamosa o hinchada, signos ante los cuales se debe acudir al médico para descartar un posible tumor. Si bien no hay consenso médico de su efectividad, ya que hay tumores que por su ubicación no pueden detectarse por este medio, permite, sin lugar a dudas, que las mujeres estemos alertas de los cambios físicos de nuestro cuerpo.
Las estadísticas son frías. Hay mujeres que por su condición social, laboral y económica no tienen acceso a los estudios más especializados, y eso nos lleva a pensar que no son diagnosticadas a tiempo. Las estadísticas oficiales señalan que el número de mastografías es muy bajo en algunas entidades, lo que quiere decir también que nuestro país no cuenta con los suficientes recursos técnicos y humanos para practicarle a las mujeres al menos una mastografía cada dos años como señala la norma.
El cáncer de mama, al igual que otros, no debería significar una sentencia de muerte. Los desafíos para el sistema de salud es darle seguimiento a las pacientes, ofrecer acceso a las mastografías e invertir recursos suficientes en la atención médica porque los costos de los tratamientos son muy elevados.