Odalys González investigó violencia simbólica hacia mujeres afromexicanas.

  • La Alumna UV del Doctorado en Psicología, trabajó en la comunidad de Coyolillo .
  • Destacó que este tipo de violencia lo pueden ejercer los hombres, la familia y hasta el Estado .

/ David Sandoval Rodríguez / Fotos: Omar Portilla Palacios /

18/06/2025, Xalapa, Ver.- Odalys González Collazo, estudiante del Doctorado en Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), realizó como proyecto de tesis doctoral una investigación cualitativa con las mujeres afromexicanas de la comunidad de Coyolillo, que busca incitar a la reflexión y visibilización de la violencia simbólica a la que se enfrentan. 

Entrevistada posterior a su examen de grado en el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la UV, relató los principales aspectos de su trabajo titulado “Mujeres afromexicanas de Coyolillo, Veracruz: acciones para la concientización y prevención de la violencia simbólica”, dirigido por Adriana Rodríguez Barraza, investigadora de esa entidad.

Explicó que la violencia simbólica se basa en juicios, con el objetivo de establecer una dualidad entre hombres y mujeres, sobre todo desde un ejercicio de dominación que puede establecerse de aquellos a estas, o desde instituciones, como la familia o el Estado.

Destacó que durante años el propio Estado mexicano no reconoció a las comunidades afrodescendientes

Destacó que durante años el propio Estado mexicano no reconoció a las comunidades afrodescendientes

 

“Me interesaba conocer cómo la violencia simbólica en específico afecta a mujeres afrodescendientes, porque hay intersecciones particulares que hacen que esta violencia sea diferente, como es el tema de las razas, y entonces la vinculo mucho con una violencia de género racializada”, que toma como referencia elementos que parten de la historia colonial, del racismo y de la discriminación, principalmente.

“Hay ejercicios de opresión específicamente que se ejercen hacia los cuerpos de las mujeres negras o las mujeres no blancas, por eso me interesaba hacerlo en el contexto de Coyolillo, porque se identifica como comunidad afromexicana; encontré que hay diferentes aspectos de la violencia simbólica que atraviesan los mandatos de género, entendidos como los roles de género que deben cumplir ellas por ser mujeres afromexicanas, que tienen que ver con el cuidado de las demás personas, con ser amas de casa y las limitaciones que han tenido en el acceso a la educación”, detalló. 

González Collazo señaló que el propio Estado ha ejercido esta violencia al no reconocer la presencia de las personas afrodescendientes en el país; “esto llevó a que durante mucho tiempo en Coyolillo no existieran escuelas y el acceso de las mujeres a la educación se dificulta”.

González Collazo presentó su investigación doctoral en el Instituto de Investigaciones Psicológicas

González Collazo presentó su investigación doctoral en el Instituto de Investigaciones Psicológicas

 

Destacó que varias mujeres se mueven en la informalidad laboral, pero a la par pudo constatar que no se quedan pasivas ante esta violencia, sino que “hay una historia de ancestralidad, de resistencia negra, afrodescendiente, que habla de enfrentar estas opresiones o estas dinámicas que pueden afectarlas; esto fue lo que vi durante el proceso de la investigación, a través de una acción participativa donde se diagnostica el problema, pero también se hacen acciones específicas para resolverlo, cambiarlo o modificarlo”.

Durante un año y medio radicó en la comunidad, lo que le permitió realizar varios talleres donde las mujeres platicaron de todos estos elementos y crearon estrategias para hacerle frente a este fenómeno.

Adriana Rodríguez Barraza, investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas, dirigió la tesis doctoral de Odalys González

Adriana Rodríguez Barraza, investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas, dirigió la tesis doctoral de Odalys González

 

“Trabajé con mujeres que eran bordadoras y el resultado final fue un bordado colectivo donde reflejaron todo lo que se apropiaron en el proceso de los talleres, todo lo que aprendieron, todas las dinámicas que pudieron realizar y que de alguna manera las posicionaron como agentes creadoras de su propia realidad”, explicó.