*DE FRENTE Y DE PERFIL.
/ RAMÓN ZURITA SAHAGÚN /
Siguiendo con el tema del nepotismo, uno de los deportes favoritos de los políticos mexicanos, donde padres, hijos, abuelos y parientes cercanos se intercambian cargos públicos y de elección popular.
Hace poco tiempo se hizo una relación de los personajes que se encontraban en el Poder Judicial, relacionados con ministros, magistrados y jueces, resultando más de 200 personas vinculadas familiarmente.
Y es que es como en todos lados, los actores o actrices siguen los pasos de sus padres, los cantantes hacen lo propio, artistas plásticos, médicos, arquitectos, también siguen los pasos de sus ancestros, por lo que los abogados no tenían por qué ser diferentes.
En México no se ha dado el caso de que padres e hijos hayan ostentado la Presidencia de la República, aunque intentos ha habido, sin suerte en las urnas.
En Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala y muchos más países del continente americano si se ha dado esa circunstancia.
Ejemplos hay muchos John Adams y su hijo John Quincy Adams y los George Bush, padre e hijo en Estados Unidos y el caso de William Henry Harrison y su nieto Benjamín Harrison. Los Arévalo de Guatemala, Juan José y Bernardo, padre e hijo. José y José María Figueres, padre e hijo en Costa Rica, así como los Calderón, Rafael padre e hijo. En Argentina los Kirchner, esposos, Néstor y Cristina, además de los que heredaron el poder casi monárquico como Anastasio Somoza en Nicaragua.
En México lo intentó tres veces como candidato Cuauhtémoc Cárdenas, sin éxito y otros como Miguel Alemán y Enrique de la Madrid pretendieron ser abanderados de un partido, lo que no cuajó.
Pero en algunos casos la relación de los Presidentes no estuvo vinculada al nepotismo, lo que sí se da en la política mexicana con los cargos que se le asignan a sus hijos, hermanos, nueras, yernos y familiares cercanos.
Los saltimbanquis son un grueso número en el legislativo y los padres e hijos que han gobernado el mismo estado forman una larga fila, pero también los primos, sobrinos y demás parentela.
Eso sí, son escasos los que se pasan el poder de manera directa, aunque algunos recurren a triquiñuelas.
En lo que respecta a los orgullos del nepotismo de padres gobernantes hacia hijos, se encuentra el que dio origen a la frase “orgullo de mi nepotismo” que fue implementada por José López Portillo cuando designó a su hijo, Josdé Ramón, subsecretario de Programación. O los casos de los hijos de Guillermo Cosío Vidaurri, motejados como los “papayos” por pedir todo tipo de canonjías, de forma particular diciendo “papá yo”. Los Yunes Márquez llevados de la mano del padre a la acción política.
Hasta 1976 los hijos de los Presidentes de la República habían navegado con bajo perfil, poco se sabía de ellos, si acaso algunas banalidades, hasta la aparición de los hijastros de Vicente Fox, los hermanos Bribiesca Sahagún, que no eran hijos directos del Ejecutivo federal, pero fueron señalados por una serie de contratos con Pemex, Oceanografía y otras empresas públicas y privadas.
La historia se puede comparar con la que adjudican a los López Beltrán, las que hasta ahora no tienen carpetas abiertas por parte de la fiscalía de la República.
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El martes se suscitó una pequeña discusión que da cuenta del cariz que están tomando las cosas. El senador Adán Augusto López respondió con un concreto eres un mentiroso a un periodista que lo cuestionaba, a lo que el periodista no se quedó callado y le respondió, el mentiroso es usted.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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