*DE FRENTE Y DE PERFIL.
/RAMÓN ZURITA SAHAGÚN/
El tema del nepotismo siempre es atractivo, ya que los gobernantes mexicanos han dejado una larga historia y aunque la mayoría de ellos se deslinda de las atrocidades cometidas por su entorno familiar, van dejando huella.
Durante una conversación con el periodista Juan Pablo Pérez Díaz, conductor de noticiarios de Radio Fórmula, hacíamos una pequeña revisión del tema.
Y es que la supuesta participación de los hermanos López Beltrán en una serie de negocios y concesiones y su intermediación en el otorgamiento de contratos para sus amigos, mantiene el tema en la discusión pública.
La historia del nepotismo en México va siempre de la mano con los principales gobernantes, especialmente los Presidentes de la República, ya que sus familiares, con permiso o sin él, abusan de la relación familiar para sacar ventaja en los contactos, los negocios y la apropiación de extensas tierras.
Pero no son solamente los familiares los que aprovechan las ventajas de ser familiares de los presidentes.
Hay cuando menos tres Presidentes de México que acumularon grandes fortunas durante el ejercicio público, aunque no deviniera precisamente de desvíos del erario: Miguel Alemán, Luis Echeverría y Carlos Salinas.
Otros más se convirtieron en propietarios de grandes extensiones de tierras: Manuel Ávila Camacho, en toda la zona donde se construyeron instalaciones del Ejército y el rancho La Herradura que fue fraccionado. Miguel Alemán con propiedades en Acapulco y la zona de Satélite del Estado de México y Luis Echeverría detonador de Cancún y Los Cabos.
De los demás expresidentes de México poco se sabe en ese aspecto, aunque pobres no salieron del gobierno, con todo y que alguno (Vicente Fox) se quejara porque le quitaron su pensión.
Pero los Presidentes de México siempre han tenido una amplia familia, la que, en muchas ocasiones los sitúan en el ojo del huracán.
Hay hermanos que son considerados incómodos, hijos orgullo del nepotismo, esposas abusivas, hijastros negociantes y hasta primos concentradores de poder.
Una de las historias que adornan a la familia revolucionaria, la que terminó con los 30 años de dominio de Porfirio Díaz, es la de los Ávila Camacho. Uno, el de en medio, Manuel, fue Presidente de la República y el mayor Maximino lo quiso relevar, aunque murió en el intento. Fue secretario de Obras Públicas con su hermano y anteriormente señor de horca y cuchillo como gobernador de Puebla.
El Presidente Luis Echeverría tuvo debilidad por uno de sus hermanos, Rodolfo, al que le creó el Banco Cinematográfico y lo dejó que operará todo el ramo de la industria del cine.
Margarita López Portillo fue cobijada por su hermano José quien la puso al frente del Canal 13, propiedad del gobierno y le creó la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía, desde donde se controlaba la televisión pública, el cine y diversos medios de comunicación pública.
El arribo de Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia de la República convirtió en un hombre poderoso políticamente a su hermano Raúl quien al término del gobierno de su fraterno fue considerado como el hermano incómodo, detenido y acusado de varios delitos.
En menor dimensión, ya que no recibieron cargos públicos, los hermanos de Andrés Manuel López Obrador, Pío y Martín fueron exhibidos recibiendo dinero, lo que se intentó magnificar, aunque no se consiguió.
Mañana tendremos la segunda parte del nepotismo.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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