* Agradecido por la cálida acogida y la hospitalidad.
Alrededor de las 18.20 horas, el avión A321/TAP de Air Portugal despegó de la Base Aérea Figo Maduro, donde tuvo lugar la ceremonia de despedida y una conversación privada de unos minutos con el Presidente da Souza. En su telegrama al Jefe del Estado, el Pontífice deseó a Portugal y a su pueblo “fraternidad, alegría y paz”. Aterrizaje previsto en Roma-Fiumicino hacia las 22.15 horas.
/ Vatican News /
05.08.2023.- Tras cinco días intensos, inmerso en la marea humana de un millón y medio de jóvenes reunidos para la 37ª Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco deja Lisboa para regresar a Roma. El avión A321/TAP de Air Portugal, en el que viaja el Papa, su séquito y periodistas de medios internacionales, despegó hacia las 18.20 horas (19.20 hora de Roma) de la Base Aérea Figo Maduro, donde se celebró la ceremonia de despedida. El Pontífice había llegado allí hacia las 17.50 (18.50 hora italiana) tras reunirse con unos 25.000 voluntarios, a los que expresó su agradecimiento por haber hecho posible el evento en Portugal.
La ceremonia de despedida
En la Base Aérea, el Papa mantuvo una conversación privada de unos minutos en la Sala VIP con el Presidente portugués Marcelo Rebelo da Souza, que ha estado presente en todos los actos del Papa desde el 2 de agosto hasta hoy domingo 6. Tras saludar a las delegaciones y a la Guardia de Honor, Francisco subió al avión. Concluye así el 42º viaje apostólico internacional que ha visto al Papa Francisco vivir numerosos acontecimientos: desde los institucionales de los primeros días con las autoridades políticas y luego con el clero local, a las citas características de cada Jornada Mundial de la Juventud, hasta la parada en Fátima de ayer sábado 5 de agosto, con la oración a la Virgen junto a enfermos y presos.
Está previsto que el avión papal aterrice hacia las 22.15 (hora italiana) en el aeropuerto de Roma-Fiumicino.
Telegrama al Presidente da Souza
Inmediatamente después de su partida, el Papa, como es habitual, envió un telegrama al Jefe del Estado: “De regreso a Roma, al término de mi viaje apostólico, deseo expresar una vez más mi profunda gratitud a Su Excelencia y al pueblo portugués por la calurosa acogida y hospitalidad que he recibido durante mi visita. Con la renovada certeza de mis oraciones por todos ustedes, invoco cordialmente sobre la nación las bendiciones de Dios Todopoderoso de fraternidad, alegría y paz”.
