Para erradicar pobreza en mujeres de 60-64 años, CONEVAL presenta diagnóstico dirigido a gobierno de Sheinbaum.

*Escrito por Arantza Díaz .

10.09.2024 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- En 2022, se informó que 3 de cada 10 mujeres de 60 a 64 años se encontraba en situación de pobreza y aunque se ha alertado sobre esta situación, es por ello que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) ha presentado un diagnóstico con recomendaciones y acciones de coordinación interinstitucional dirigido a la próxima presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo.

De las 9.1 millones de personas atravesadas por la pobreza extrema, el 52.8% son mujeres y de este universo, el 2.1 tiene entre 60 y 64 años. Es decir, existen 193 mil mujeres en este rango de edad que tienen tres o más carencias sociales según la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos, esto incluye, la seguridad social, la vivienda, alimento o rezago educativo.

Este rubro poblacional ha sido un tema prioritario para la próxima mandataria, es por eso que había propuesto y luego pospuesto, la entrega de una pensión bienestar para mujeres de 60 a 64 años.

Sheinbaum Pardo señaló que es parte de su estrategia de género por zanjar deudas que el Estado mexicano tiene con las mujeres que han cuidado durante toda su vida sin una retribución económica.

Asimismo, se debe considerar el factor de interseccionalidad, pues la pobreza extrema es 4.5 veces mayor en la población originaria de municipios afromexicanos e indígenas.

¿Por qué entidades debería arrancar Sheinbaum con este programa? Según proyecta el Coneval en conjunto con la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, este programa debería de empezar a cobijar a las siguientes entidades:

  • Veracruz
  • Oaxaca
  • Guerrero
  • Puebla
  • Chiapas
  • Tlaxcala

Estas seis entidades, a pesar de no contar con una concentración poblacional alta (a diferencia de la CDMX que alberga un grueso poblacional alto de mujeres de 60 a 64 años), sí cuentan con un rezago alto de situación de pobreza.

Estas seis entidades del centro y sur del país resultan prioritarias por su tasa de vulnerabilidad de más de 4 millones de personas de +60 años atravesadas por la precarización.

Si ponemos la lupa en municipios con una línea de pobreza recrudecida a causa de los ingresos, existen 3 que, según refiere CONEVAL, enfrentan la extrema precarización: Iztapalapa, Ciudad de México; Ecatepec de Morelos, estado de México y Nezahualcóyotl.

Fuente: Cimac Foto

6 claves para medir calidad de vida

Según refiere el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social existen seis claves para medir la calidad de vida de las mujeres de 60 a 64 años en un periodo de seis años. Quedando el panorama, de la siguiente forma:

  1. Rezago Educativo: De 2016 a 2020 disminuyó, de 38.4% a 29%
  2. Carencia por acceso a los servicios de salud: Aumentó significativamente, en 2016 alcanzaba el 9.6% y para 2022 repuntó alcanzando el 28.3% en esta necesidad.
  3. Carencia por acceso a la seguridad social: En 2016 y 2022 se ha mantenido una línea sin mayor variación; 39.5% y 37.3% respectivamente.
  4. Carencias por calidad y espacios de vivienda: Presentó una ligera tendencia a la baja, en 2016 el fenómeno alcanzó el 6.1% y para 2022 el 4.7%
  5. Carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda: Mostró una ligera mejoría entre 2016 y 2022, pues inició con un 15.7% y cerró con 14.4%
  6. Carencia por acceso a la alimentación nutritiva: En esta materia, la tendencia se mantiene pareja. Durante 2016 rozó el 19.4% y cerró 2022 con 16.9%

Así, se puede concluir que la carencia por acceso a los servicios de salud resulta en la necesidad más urgente que tienen las mujeres de 60 a 64 años, y que debe ser eje prioritario en la agenda política 2024 – 2030.

Para las mujeres de 60 a 64 años en municipios indígenas o afromexicanos, la proporción que se atiende en consultorios y hospitales privados es mayor. Asimismo, en materia de seguridad existen asimetrías importantes: Las mujeres mayores de 60 años no están jubiladas, pensionadas, ni gozan de seguridad social.

El 43% de las mujeres +60 es población no ocupada, jubilada y no tienen seguridad social, en contraparte, sólo el 10% de los hombres se encuentra en esta situación.

«Existe una brecha entre hombres y mujeres en todos los grupos de edad en cuanto al acceso a la
seguridad social directa: los hombres consistentemente tienen mayor cobertura de seguridad social directa a lo largo de la vida en comparación con sus pares mujeres» (CONEVAL)

Fuente: Cimac Foto

Además, las mujeres en este rango de edad y provenientes de comunidades indígenas y afromexicanas enfrentan problemas de salud que exigen atención oportuna, seguimiento y cuidado médico, según advierte el órgano esto es a causa de que son mujeres que toda su vida han cocinado con leña o carbón, lo que origina enfermedades respiratorias como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva (EPOC), considerado como uno de los padecimientos que acortan la expectativa de vida y propician la muerte prematura en mujeres.

¿Y luego qué sigue con toda esta información?

El Coneval refiere que «todo aquello que se puede medir, se puede mejorar», por ello en su archivo recoge todas aquellas interseccionalidades, apuntes y asimetrías que viven las mujeres de más de 60 años en nuestro país como un primer paso para reconocer que la vulnerabilidad, su trabajo de cuidados, la brecha salarial y la violencia estructural que les copta de acceder a una vivienda, a alimento, vestido y medicamentos, debe ser tomada en cuenta en la construcción de programas sociales; no sólo se requiere de una inyección financiera, sino también, de un reconocimiento colectivo de sus experiencias, de las asimetrías que les atraviesan.

La Coneval denuncia en su informe que existe un serio rezago en los programas para atender las necesidades de las personas mayores, especialmente, de las mujeres, de comunidades indígenas, con discapacidad o afromexicanas. No existe un programa integral que vele por su seguridad social, salud y la no discriminación.

En este sentido, el CONEVAL lanza una serie de recomendaciones que deben ser consideradas por el equipo de Sheinbaum en el diseño e implementación de su programa que, se proyecta, entre en vigor en próximo 1 de octubre, fecha que empata con la toma de protesta de la presidenta.

  1. Identificación de desigualdades: detectar áreas donde existen brechas significativas en materia de ingreso y en el acceso a los derechos sociales, como: educación, salud, seguridad social, vivienda y alimentación nutritiva y de calidad.
  2. Planificación y focalización: Ayudar a los responsables de la toma de decisiones a diseñar y priorizar intervenciones que aborden las necesidades más urgentes de la población.
  3. Diseño de intervenciones específicas: Con datos precisos, el gobierno puede diseñar programas específicos que atiendan las necesidades de las poblaciones más vulnerables, tomando en cuenta sus características.
  4. Distribución de recursos: Los indicadores permiten una distribución más equitativa de los recursos, asegurando que lleguen primero a las poblaciones que más los necesitan.

«Es recomendable evaluar si en el segundo año de implementación del programa se ha alcanzado la cobertura de la población prioritaria. De no ser así, se sugiere redirigir los esfuerzos hacia la atención de estos grupos prioritarios, tales como las mujeres indígenas y afromexicanas. Aunque el programa busca proporcionar un beneficio monetario a los hogares, es importante vincular este beneficio con el cumplimiento de los derechos sociales establecidos en la LGDS (Ley General de Desarrollo Social*), con el fin de mejorar las condiciones de vida de manera integral y reducir la vulnerabilidad y dependencia de las mujeres de 60 a 64 años.»