ALHAJERO
/ Martha Anaya /
Por si faltara algo para seguir escandalizándonos con Alejandro Gertz Manero y sus haceres, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) desechó la denuncia que interpusieron Guillermo Sheridan y más de 200 investigadores en contra del fiscal general de la República, por presunto plagio en los libros de su autoría.
Lo indignante del caso no es la absolución per se, sino la razón que se dio para desechar la queja por “faltas a la integridad científica, en la modalidad de plagio”, que Gertz presentó en los libros de su autoría para postular al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Según el oficio enviado por Andrés Triana Moreno, encargado de despacho de la dirección adjunta de Desarrollo Científico del SNI, “ninguno de los quejosos es autor o demuestra contar con la propiedad de las obras presuntamente plagiadas, por lo que no hay interés directo en la verificación o rectificación de las obras señaladas”.
Es decir, para la Junta de Honor del SNI, ninguno de los 250 investigadores firmantes tenía interés directo en denunciar los plagios, porque no son autores, o detentan los derechos, de las obras que habrían sido plagiadas.
Al conocer la resolución, Sheridan, investigador en el Centro de Estudios Literarios de la UNAM, escribió burlonamente en su cuenta en Twitter: “El ‘Conacyt de la 4T’ desechó la denuncia por plagio contra Gertz porque no la hicieron los plagiados, que están muertos, sino 250 pares académicos de Gertz. Para todo efecto, el Conacyt acaba de transformar el plagio de obras de muertos en mérito académico para los vivos”.
Una fotografía del fiscal riendo se convirtió en imagen representativa de la resolución del Consejo General del SNI. Los académicos firmantes de la investigación contra Gertz por posible plagio, reaccionaron a su vez con enojo e indignación.
En un comunicado conjunto, advirtieron que esta resolución generará “problemas aún mayores para la ciencia en México que la mala conducta exhibida por el Dr. Gertz”. Desde su punto de vista, desechar este caso sin entrar al fondo del asunto “abre la puerta a la práctica indiscriminada del plagio académico, al sentar precedentes de que solamente la persona víctima del plagio, puede comenzar un proceso ante la Junta”. En todo caso, el respeto a la ética quedó hecho trizas. Y el Dr. Gertz, ríe y ríe y ríe.
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GEMAS: Obsequio de Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, de cuando les entregaron Los Pinos: “Nos lo dejaron vacío: no había nada, ni un vaso para tomar agua, ni un comal para calentar una tortilla. Preguntábamos: ‘¿Una vajilla para poder montar una mesa de Estado como se recibía en esta residencia oficial, que el pueblo de México conozca?’. La respuesta que recibimos en ese momento fue: si quieren una vajilla todavía alcanzan el Buen Fin”.