Para sobrevivir, echemos del poder a la 4T.

ÍNDICE POLÍTICO

FRANCISCO RODRÍGUEZ

 El pensamiento supuestamente izquierdista de la llamada Cuarta Transformación, que imita las políticas cubanas, venezolanas y de otras naciones arrastradas al Socialismo del Siglo XXI, está poseído de un criterio falso de supuesta certeza histórica. Un puñado de cuatroteros quiere imponer su hegemonía.

Es la punta de una pirámide invertida que en la base superior tiene a ciento treinta millones de mexicanos que quieren un país más fuerte, más productivo, más equitativo. El México que todos hemos deseado siempre. El que nos cobija con su identidad nacional incomparable. El deseo de prevalecer del grupo de favoritos se encuentra con ese valladar.

Así ha pasado en todos los ciclos históricos. No hay forma de evitarlo. Piensan que es imposible remontar los siglos de sometimiento y decidirse a definir las bases y objetivos del destino que queremos y se arrellanan en el conformismo y en el retroceso, imposible de sostener. Se oponen a todo lo que signifique progreso o siquiera simple avance. Lo satanizan calificándolo de “neoliberal”.

Durante el sexenio anterior, con prácticamente nulo crecimiento y programas del Bienestar que supuestamente dejaban satisfechos a sus clientes políticos, llevaron a los cuatroteros a pensar que el suyo es el mejor estilo de gobernar, la máxima condición de vida a la que se puede aspirar y les parece suficiente para que ellos y los demás del entorno sigan atados a un cabús que ha producido la profunda desigualdad social.

A cambio de su estilo de existencia, el puñado de privilegiados está dispuesto a aceptar que se entregue todo a Donald Trump –aunque en sus discursos digan lo contrario– para conservar ese abismo de desigualdades. A entregar todo, recursos, conciencias, patrimonio colectivo para ser explotados por los de afuera, quienquiera que éstos sean. Piensan que ellos definen los términos del bienestar. En realidad, son la vanguardia de su propio conformismo.

Desprecian a los migrantes. Sólo los usan

Ese espíritu de observar la vida es el que consiste en justificar lo que sea con tal de no enfrentarse al espejo. Con tal de no entrar al fondo y desentrañar los conceptos estructurales de un país abatido por la escasez de medicamentos, la mediocre enseñanza “antineoliberal”, la informalidad laboral, la falta de competitividad, productividad y empleo. A cualquier gancho lo llaman ropero, mientras la ley se haga en los bueyes de sus coterráneos.

Las clases medias y de altos ingresos que aspiran a esa condición, cada vez menos presentes, viven bajo el bombardeo mediático de esa fantasía que es la Cuarta Transformación, de esa ilusión que no deja aspirar y luchar a brazo partido por la verdadera independencia con desarrollo equitativo.

Los políticos y mandarines de la 4T viven montados en el espasmo y en la abulia. No hay conciencia nacional ni de clase para enfrentar los desafíos del mundo actual, replanteado apenas por el trumpismo.

La discriminación y la intolerancia quieren apoderarse del rumbo. La indiferencia por los demás puede avanzar, hasta que se tropieza con una realidad que no admite contemplaciones.

Irradian ignorancia hacia todos lados. Se enganchan en el desprecio y en lo bajito aplauden los tratos inhumanos a los migrantes, sin ponderar que buena parte de la población nacional, unos veinte millones de seres, sufren esos mismos desplantes y vejaciones cuando tratan de ganarse la vida como trabajadores, desplazados al extranjero por la inseguridad, la desigualdad y la incapacidad rampantes.

El puñadito de cuatroteros encumbrados en el poder toma posiciones insensatas contra quienes son nuestros aliados naturales en la región norteamericana, influidos por el torpedeo mediático de sus líderes de opinión, generalmente pagados por los actuales dueños del mecate. Se ponen en contra del dólar, sin entender que nuestra moneda sirve de respaldo y reserva a esos billetes.

Junto con los trumpistas, desprecian a los “mojados” y chicanos –sólo les sirven para que voten por Morena–, aunque a ambos se les demuestre que esa población nuestra en el extranjero ha salvado a los Estados Unidos de las hambrunas y ha levantado sus sistemas de producción agrícola, amén de sus industrias básicas toda la vida, tanto en los sectores básicos y de la construcción como en las factorías de tecnología de punta. Repatriados, les dan menos de 100 dólares y sanseacabó.

Relegan cualquier posición política de avanzada que aliente a los mexicanos en su afán de ser un país competitivo y fuerte. Se resisten a aprobar las luchas populares‎ por aquello de la pigmentocracia, el clasismo y la intolerancia, aunque en sus mañaneras califiquen de ello a quienes no piensan como AMLO y Claudia Sheinbaum.

Secaron la economía. Enriquecieron a los suyos

Los cuatroteros son excluyentes y profundamente retrógradas, aunque en ello les vaya la vida. Son más conservadores que los mismos nacionalistas gabachos, que protegen sus industrias de la competencia externa. Son sumamente peligrosos, son los nuevos polkos.

‎En su ADN, ese uno por ciento de la población, los privilegiados de la 4T empollan el huevo de la traición. Las constantes inalterables que los agrupan y los emparentan con los vendepatrias del pasado, son el entreguismo, la corrupción sin freno. La ausencia absoluta del concepto de identidad nacional.

Su identificación, rayana en las mentes colonizadas y ajenas a nuestra manera de ser, con lo peor del sector financiero local e internacional es históricamente un sinónimo de molicie e inconsciencia.‎ Todos ellos han saqueado y traicionado a la Nación, y han llenado su breve épocas en el poder de infamia y de vergüenza.

Los ha guiado el pueril argumento de abogar por la conducción positiva del gobierno, el desarrollo tecnológico e industrial del país. Ninguno lo ha logrado, pero todos se han hecho fabulosamente ricos a la sombra de ese retintín.

Destrozan sin piedad, entregan sin condiciones ni negociación, arrasan sin medir los rebotes, son genéticamente ‎indolentes y depredadores al costo de cualquier derecho colectivo, a la orden de poderosos nexos de subordinación y vasallaje. Para los opositores, plata o plomo.

Cancelan toda posibilidad de crítica. Mejoran siempre a sus antecesores en cuanto a la sevicia y estulticia. Secan la economía y adulan a un grupúsculo de favoritos, el cebo del engaño.

Y así llegan dónde están ellos y sus poderes e instituciones formales: con menos de dos dígitos de aprobación en materia de seguridad, de salud, de enseñanza pública, de empleos…

Debemos revisar y parar en seco al pensamiento cuatrotero y a sus representantes retrógradas Porque no es ya un enfrentamiento de clases, sino de visiones e ideas del país.

Ya forma parte de la lucha por la sobrevivencia.

Indicios

La ingenuidad ya es residente permanente en Palacio Nacional. Y es que, pese a todas las señales en contrario, la presidente Sheinbaum insiste en señalar que la revisión del T-MEC no se adelantará. Los cercanos a Donald Trump han filtrado que sí será antes del 2026. No sólo eso, que además lo dará por terminado para firmar acuerdos bilaterales con México, primero, y con Canadá, después. * * * Por hoy es todo. Reciba usted mi reconocimiento por haber leído este Índice Político. Y, como siempre, mis deseos de que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

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