Parques en peligro de extinción

Por Yamiri Rodríguez Madrid

En aras del progreso, en las últimas décadas se han perdido pulmones de las ciudades para dar paso a costosos fraccionamientos. Los gobiernos ya no invierten en la compra de reservas territoriales, ya no inauguran parques; si bien nos va, solo le dan una manita de gato a los pocos que ya existen.

Es innegable el crecimiento de la capital veracruzana. Lo que antaño fue una ciudad verde, hoy se parece más a una plancha de cemento. Las escasas “campañas” de reforestación que se han puesto en marcha en Xalapa son una burla: 10 o 20 árboles que solo viven para la foto, pues nadie les da seguimiento y terminan secándose.

Sin embargo, dicen que la unión hace la fuerza y cuando los xalapeños se organizan logran preservar lo que es suyo, tal y como ha pasado con el predio denominado La Joyita, en la avenida Rébsamen, en el que sus dueños no han podido seguir adelante con el fraccionamiento gracias a las acciones de ambientalistas.

Ahora, la gente se está organizando para hacer lo propio y defender el parque La Loma, o también conocido como El Papalote sobre el Circuito Presidentes esquina Ángel Núñez Beltrán, en la colonia Zapata. El pasado fin de semana, varias familias se reunieron ahí para volar sus papalotes en señal de protesta por la intención de construir un cuartel de la Guardia Nacional.

Por lo anterior, a través de las redes sociales, y los fines de semana en el propio parque, los vecinos han iniciado la colecta de firmas para impedir su desaparición, pues ni la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), mucho menos el Ayuntamiento, tuvieron la delicadeza de avisarles lo que se pretende construir ahí. Tanto el ayuntamiento morenista de Xalapa como el gobierno del estado han hecho mutis ante esta situación, dado que es una instrucción de arriba que tienen, sí o sí, que ejecutar.

De ahí se entiende el por qué el presidente municipal xalapeño, Hipólito Rodríguez Herrero, tiene desde hace meses en el abandono a este parque, sin chapearlo, pintarlo o limpiarlo; tal vez para esgrimir que los xalapeños ni lo ocupan y que gustosos se lo ceden a la Guardia Nacional.

Hace cuatro años, siendo alcalde el priista Américo Zúñiga Martínez, los vecinos iniciaron una petición de firmas a través de Change.org en contra de que lo convirtiera en un bici-parque, pues argumentaban que era el único espacio en la ciudad en el que las mascotas podían estar sin correa. Ojalá que otra vez la presión social rinda frutos. Necesitamos más espacios de sano esparcimiento, de convivencia familiar. Desaparecer los parques, las canchas deportivas, es dar espacio a la ociosidad, la madre de todos los vicios.

@YamiriRodriguez