- Las parteras pueden prestar el 90% de todos los servicios esenciales de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal. Sin embargo, representan sólo el 10% del personal que presta estos servicios.
- “Me gustaría que las nuevas generaciones supieran que las parteras podemos acompañarlas desde la menstruación, hasta si eligen un embarazo o no, y podemos seguir acompañando cada proceso de la salud femenina”, declaró Silvia Ramos, partera profesional.
Ciudad de México, 6 de mayo de 2025.- Durante una crisis ocasionada por un desastre o un conflicto, entre otros, se duplican las probabilidades de que una mujer muera durante el embarazo o el parto. Esto debido a la dificultad para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad.
El despliegue de parteras en la primera línea de atención en las zonas más peligrosas o remotas es una de las maneras más eficaces para prevenir las muertes maternas y neonatales; garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar; y responder a la violencia sexual y de género, la cual también aumenta durante las crisis.
En el Día Internacional de la Partera, 5 de mayo, abogar por la inclusión de las parteras en cada etapa de la preparación y respuesta ante una crisis no solo es fundamental, sino esencial para salvar vidas, lograr soluciones más efectivas, equitativas y sostenibles.
“Ante una crisis humanitaria, las parteras tienen un papel muy importante, porque las mujeres embarazadas necesitan atención urgente y mayor seguimiento. La gran ventaja de tener una partera en la comunidad es que lleva un seguimiento muy cercano con cada mujer y garantiza la atención continua aún sucediendo estas crisis,” declaró Silvia Ramos, enfermera y partera profesional. Explicó que la atención que las parteras ofrecen es primordial y usamos material básico que está al alcance, pero vital en momentos de crisis.
La vida profesional de una partera está íntimamente relacionada con su día a día para poder brindar una atención inmediata en cualquier momento. Si bien implica una exigencia y entrega, también significa un gran honor y un regalo inmenso que no todas las profesiones permiten, reflexionó Silvia Ramos, quien durante 8 años ha acompañado partos en casa en la Ciudad de México.

En muchos rincones de México, especialmente en comunidades rurales y de difícil acceso, donde la distancia a los servicios de salud puede ser un desafío significativo, las parteras son a menudo el primer contacto y un apoyo fundamental para la salud de las mujeres y sus recién nacidos. Con dedicación, recorren caminos y superan obstáculos para asegurar servicios esenciales que salvan vidas y protegen la salud y los derechos humanos.
En estos contextos, las mujeres pueden enfrentar mayores riesgos durante el embarazo y el parto. Fortalecer el rol de las parteras en cada comunidad, integrándose plenamente al sistema de salud.
Acompañar la vida, desde la menstruación hasta la maternidad
A pesar de su relevancia, particularmente en comunidades indígenas y rurales, la partería aún carece de un sólido reconocimiento social y en el caso de la partería tradicional sigue sin ser plenamente reconocida en el sistema de salud formal.
“Cuando no hay confianza en el modelo de partería las mujeres no asisten, tienen miedo y acuden a los hospitales como si estuviesen viviendo un proceso patológico y eso disminuye la oportunidad de poder acceder a una atención respetuosa, continua e individualizada”, puntualizó Silvia Ramos.
Según el informe sobre el Estado de la Matronas en el Mundo 2021, las parteras pueden prestar el 90% de todos los servicios esenciales de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal; sin embargo, representan sólo el 10% del personal que presta estos servicios y desafortunadamente su potencial sigue sin ser reconocido. El reporte del Estado de las Matronas en el Mundo 2021 refleja una necesidad mundial de 1.1 millones de profesionales dedicados a la salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y adolescente (SSRMNA) la mayor escasez (900,000) son las parteras.
“Me gustaría que las nuevas generaciones supieran que las parteras podemos acompañarlas desde la menstruación, hasta si eligen un embarazo o no, y podemos seguir acompañando cada proceso de la salud femenina”, sostuvo Silvia Ramos.
Normas como la NOM-020-SSA-2025, buscan el reconocimiento de la partería en la atención integral materna y neonatal, la promoción de una atención respetuosa y centrada en la persona que fomente la colaboración entre servicios de salud y partería, así como la identificación de las personas que ejercen la partería profesional, lo que permitirá conocer la oferta potencial de personal de partería en el país.
Las parteras en México tienen la capacidad de proporcionar una amplia gama de servicios esenciales de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal, incluyendo la planificación familiar. También brindan un apoyo vital a las sobrevivientes de violencia de género, una problemática que requiere una atención sensible y culturalmente apropiada.
El despliegue de parteras es una de las maneras más eficaces de prevenir las muertes maternas y neonatales, garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar, y responder a la violencia sexual y de género, que aumenta durante las crisis. De acuerdo al reporte sobre el Estado de las Matronas en el Mundo 2021 se estima que a nivel global, las parteras podrían salvar 4.3 millones de vidas al año para 2035, si se continúan los esfuerzos para incorporarlas plenamente en los sistemas de salud.
“El reconocimiento de la partería profesional tiene como beneficios que las mujeres puedan acceder a cuidados individualizados, que las mujeres y sus familias reconozcan los procesos que están sucediendo en su cuerpo y que sean acompañadas de una manera respetuosa”, agregó la partera.
UNFPA fortalece la partería profesional en México
Desde 2016, el Fondo de Población de las Naciones Unidas en México (UNFPA) ha desarrollado una estrategia para fortalecer la partería profesional según los estándares internacionales, integrándola en el Sistema Nacional de Salud. Esta estrategia promueve un modelo de atención con enfoque de derechos humanos, género e interculturalidad, especialmente en el primer nivel de atención, como vía clave para reducir la mortalidad materna, la cual es la principal causa de muerte entre mujeres en edad reproductiva a nivel global.
El programa contempla la formación de parteras profesionales a través de la mejora en la educación basada en competencias, el uso de simuladores y el acceso a campos clínicos adecuados. También busca su inclusión en equipos multidisciplinarios de salud, así como la capacitación del personal para elevar la calidad de la atención.
Con una visión hacia 2030, el UNFPA busca garantizar el acceso universal a servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal de calidad, respetuosos y culturalmente pertinentes. El programa también impulsa alianzas institucionales y sociales con organizaciones nacionales e internacionales para el reconocimiento y fortalecimiento del rol de las parteras, promoviendo condiciones dignas para el ejercicio de la partería tradicional y profesional.
Texto: Tania García | Fotografías: Cortesía de Silvia Ramos | Centro de Información de las Naciones Unidas en México, Cuba y República Dominicana