/ Yamiri Rodríguez Madrid
El pasado 19 de septiembre, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que se logró cancelar una subasta de 17 bienes arqueológicos mexicanos en Roma, Italia. En el catálogo del sitio de ventas Casa Bertolami Fine Arts, había varias piezas de la riqueza histórica de Veracruz.
De acuerdo con el reporte oficial, en el lote 81 se incluyeron dos figuras antropomorfas, de barro, modeladas, de la cultura totonaca, datadas entre el 400 y 900 d.C. Ahora, una vez resguardadas, las piezas han sido puestas a dictaminación en torno a su proveniencia ilícita para, en caso de confirmarse, restituirlas a México; tal y como ha sucedido en otras ocasiones, como en 2019 cuando entregaron a México 594 exvotos o, en mayo pasado, cuando restituyeron 23 piezas arqueológicas. Precisamente, en 2019, tras un litigio de una década ante los tribunales alemanes, se recuperaron dos bustos de madera, de la cultura olmeca, del sitio arqueológico El Manatí, en Hidalgotitlán, en el sur de la entidad.
Lo cierto es que son muchas las piezas arqueológicas veracruzanas que se encuentran desaparecidas y, pareciera, ya pasaron para la mayoría al olvido. Al ser un estado con una riqueza histórica como pocos, con más de mil sitios arqueológicos, es también blanco de las bandas dedicadas al saqueo, por lo que esos tesoros han sido “exportados” durante décadas.
Una de las piezas más emblemáticas es el Códice de Chiconquiaco. En 1542 pobladores nativos de Chiconquiaco elaboraron pictogramas y textos en náhuatl, en papel amate, narrando las formas de vida durante el siglo XVI: desde la manera en que se hacía el comercio hasta la llegada y trato que tenían con los españoles que recién desembarcados en nuestro continente: a estos documentos se les conoce como los Códices de San Pedro Chiconquiaco.
En 1992 las autoridades de Chiconquiaco resguardaban todavía el códice original. Preocupados porque el tiempo no hiciera estragos en los facsímiles de los Códices, los enmarcaron y encapsularon entre acrílicos para preservarlos, sin embargo, la última vez que fueron vistos los Códices de Chiconquiaco, fue en el año de 1998, durante una feria de Xalapa donde fueron exhibidos.
En febrero de 2007, los Códices, junto con un expediente de 16 fojas de mercedes de tierras, de 1882, fueron robados y hoy se desconoce si están en posesión de algún coleccionista de arte prehispánico o bien, algún ex funcionario público. ¿Cómo fue robado al ayuntamiento de Chiconquiaco?, cuando el investigador del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), Jesús Javier Bonilla Palmeros, fue invitado a dictar una conferencia sobre el contenido de los códices de su pueblo fue cuando se dieron cuenta de que el más antiguo ya no estaban ahí; el del siglo XIX estaba enrollado guardado afortunadamente en un cajón, pues fue el que permitió hacer una nueva copia de la historia veracruzana.
Podríamos seguir con el enorme listado de piezas faltantes; ojalá sea una tarea prioritaria para nuestros caros, muy caros, embajadores, rescatar todas esas piezas que están en colecciones privadas, residencias y en el mercado negro.
@YamiriRodriguez