El Baldón.
/ José Miguel Cobián /
Dice la constitución política de los estados unidos mexicanos, que el petróleo ubicado en el subsuelo del territorio nacional es propiedad de los mexicanos. Partiendo de esa base, a todos nos debe quedar claro que el petróleo no es PEMEX, sino de todos y cada uno de nosotros.
Cualquiera que lea este artículo, sea o no empresario, seguramente entenderá que si algo es de su propiedad y va a venderlo, invariablemente lo venderá al mejor postor, es decir, a quién le pague la mayor cantidad de dinero por su producto, en este caso, el petróleo DE LOS MEXICANOS.
Actualmente con los elevados precios del petróleo a nivel internacional, la utilidad neta por barril de petróleo extraído que le paga PEMEX a los mexicanos es de dos o tres dólares por barril. El 21 de marzo de 2024, día en que se escribe este artículo, el precio de la mezcla mexicana es de $76.18 dólares por barril.
Mientras Pemex nos paga dos o tres dólares por barril, los particulares que tienen campos en el golfo de México, nos pagan $53.00 dólares por barril en promedio. Dejemos claro el asunto, ¿A quién prefieres venderle tu petróleo, al que te paga $3.00 o al que te paga $53.00 dólares por barril?
¿Cuál es la diferencia entre PEMEX y privados? LA EFICIENCIA. Hace unos años, antes de la tiranía en Venezuela, ellos y PEMEX producían tres millones de barriles diarios de petróleo. Ellos lo extraían con 25,000 empleados y PEMEX con 110,000 empleados.
Las deudas, el utilizar a PEMEX como un brazo del gobierno, el saqueo, las prebendas al sindicato, etc., lo han convertido en una empresa imposible de recuperar su salud financiera. PEMEX debe más de lo que valen sus activos, es decir, tiene un capital negativo. Y aunque se le ha metido más de un billón y medio de pesos en el sexenio de AMLO, no ha mejorado un ápice su posición financiera.
El sindicato es una de las grandes rémoras de PEMEX. Gozan de prestaciones muy por encima de la del resto de los mexicanos, incluyendo sueldos enormes. Al grado de que a pesar de estar quebrada la empresa, se siguen vendiendo plazas. El poder del sindicato es tan grande, que hay pozos petroleros muy viejos, que producen uno o dos barriles diarios, y no se permite a la empresa cerrarlos, porque no hay donde colocar a los obreros que atienden esos puestos. De ahí que resulte muy fácil comprender que los obreros y empleados de PEMEX viven a costillas de explotar al resto de los mexicanos.
Cuando Felipe Calderón despidió a 60,000 empleados de luz y fuerza del centro, se elevaron muchas voces en su contra, sin embargo, esa decisión le ahorró miles de millones de pesos a los mexicanos como tú y yo, que pagamos impuestos de nuestro trabajo y en todo lo que compramos. Peña le había reducido los beneficios de jubilación (elevando la cantidad de años trabajados en cinco adicionales) a los empleados de CFE. Llegando Bartlett, les devolvió su prestación, sin recuperar el dinero que entregó Peña a los obreros a cambio de modificar su período de trabajo para jubilarse.
El dinero no es infinito. Si se destina a una empresa que se llama PEMEX que pierde miles de millones de pesos, o si se destina a CFE que comenzó con pérdidas a partir de que lo administra Bartlett, se deja de utilizar para beneficio de todos los mexicanos. Eso no lo podemos permitir. La Refinería de Deer Park que está dejando utilidades al gobierno de México, se compró en alrededor de 1,500 millones de dólares. Produce más gasolina y diésel que la que va a producir la refinería Olmeca en dos Bocas que costó 22,000 millones de dólares y todavía no se termina.
Tomar malas decisiones, destinando miles de millones de pesos de los mexicanos a proyectos caros y no rentables, en nada beneficia al país, salvo a los trasnochados que hablan de soberanía energética. Soberanía que no tenemos porque se han tomado malas decisiones.
Por ejemplo, se habla de que tenemos que perder dinero por cada barril que se refina en México, para mantener esa soberanía. Sin entender que hay más de 14 países que estarán felices de venderle a México gasolina más barata que la que le vende PEMEX de sus refinerías. Pero no se habla de que no se han construido estructuras de almacenamiento que permitan que México se mantenga funcionando sin problema si en un momento dejara de llegar gasolina más allá de los tres días que hoy tenemos.
Todos los países tienen un almacenamiento de 15 días o un mes, una reserva estratégica de gasolina que pueda defenderlos ante cualquier eventualidad. México no. Y resulta absurdo pensar que PEMEX quema alrededor de tres millones de pesos diarios de gas, sin ninguna utilidad, mientras que importamos más del 80% del gas que se utiliza en las industrias mexicanas, incluida la generación de electricidad.
México vía PEMEX no produce suficiente petróleo para ser autosuficiente en gasolinas. Y quema un gas que requieren sus industrias. No hay soberanía energética en esas condiciones. Solo hay un enorme despilfarro de recursos públicos que deberían usarse en caminos y comunicaciones, en tecnología y energías limpias, en construcción y equipamiento de hospitales, e incluso en programas sociales para los más necesitados.
Es increíble que con tantas carencias, se escuche a tantos mexicanos defendiendo los privilegios de los empleados de CFE y PEMEX, la rampante corrupción y la ineficiencia de ambas empresas, sin acabar de entender que ni CFE ni PEMEX son México. Es más, puede constituirse otra empresa que controle el gobierno y se llame Energías México, que atienda mejor a los objetivos de desarrollo del país, y olvidarse de dos empresa que ya no benefician sino dañan a los mexicanos.
Elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex
https://josecobian.blogspot.com/2024/03/blog-post_22.html