*Hazlo simple. Más agua, más movimiento, más comida real. Menos exceso, menos prisa. La salud no está en lo perfecto, sino en lo que haces todos los días.
/Mtra. Monserrat Rodríguez León*/
Cuando escuchamos la palabra “cáncer”, es común que la relacionemos con factores genéticos. Sin embargo, lo que muchas personas aún desconocen es que alrededor del 40% de los casos de cáncer podrían prevenirse. Sí, así como lo leíste: prevenir el cáncer sí es posible. Si bien no existe una fórmula mágica ni consiste en consumir productos milagro, el secreto está en trabajar en mejorar tu estilo de vida y acatar las recomendaciones respaldadas por las organizaciones que durante muchos años han estado realizando investigaciones sobre este tema.
Diferentes organizaciones internacionales como World Cancer Research Fund han identificado algunas claves que pueden ayudarte a proteger tu salud y reducir el riesgo de cáncer. Es importante reconocer que estas estrategias deben realizarse de manera cotidiana, empezar con alguna es el primer paso para cuidar mejor tu salud.
Mantener una composición corporal adecuada. Reducir la grasa abdominal es un importante marcador de salud. El exceso de grasa corporal favorece los procesos inflamatorios y hormonales que pueden incrementar el riesgo de adquirir algunos tipos de cáncer.
Mantente activo cada día. La actividad física que se practica de forma regular ayuda a controlar las hormonas y fortalecer el sistema inmunológico, así que recuerda caminar, subir escaleras, bailar e inscribirte a tu actividad física favorita, 30 minutos al día, por 5 días a la semana es suficiente.
Come más fibra. Llena tu plato de verduras, frutas, leguminosas y cereales integrales. El aumento del consumo de fibra y antioxidantes se convierte en un factor protector importante.
Limita el consumo de alimentos ultraprocesados. El consumo de alimentos ricos en grasa, azúcares y sal aumenta el riesgo de obesidad y de varios tipos de cáncer, así que es momento de comenzar a tomar mejores decisiones.
Disminuye el consumo de carnes rojas y evita las procesadas. Prefiere pollo, pescado, frijoles o lentejas. Existe evidencia que demuestra una importante relación entre el consumo de carnes rojas y el cáncer colorrectal.
Reduce las bebidas azucaradas. Hidrátate principalmente con agua natural. Refrescos, jugos y bebidas energéticas aportan una gran cantidad de calorías que no hacen bien a tu cuerpo.
Evita el alcohol. La evidencia demuestra que esta sustancia se relaciona con al menos seis tipos de cáncer y no existe un nivel “seguro”, así que es buen momento para comenzar a reducir la cantidad semanal que bebes.
No uses suplementos para prevenir el cáncer. Muchos de ellos no han sido probados científicamente y pueden tener efectos adversos. Obtén las vitaminas y minerales directamente de los alimentos y no pongas en riesgo tu salud.
Si es posible, amamanta a tu bebé. La lactancia materna protege a la mamá de cáncer de mama y en el bebé promueve un desarrollo saludable.
Si ya tuviste cáncer, no pierdas tu estilo de vida saludable. Continuar con estas recomendaciones sigue siendo importante, cada acción cuenta para mejorar tu salud y prevenir recaídas. Comer bien, moverse y mantener una composición corporal saludable son aliados para cualquier etapa de la vida.
Puedes elegir algo sencillo para comenzar a mejorar tu salud: tomar más agua, incluir más verduras, agregar una porción de fruta a tu día o moverte 10 minutos más de lo que ya haces. No olvides realizar visitas anuales al médico para tener un mejor control de tu salud. Hazlo simple. Más agua, más movimiento, más comida real. Menos exceso, menos prisa. La salud no está en lo perfecto, sino en lo que haces todos los días. Empieza por lo que puedas, y recuerda que hoy es un buen día para comenzar.
*Directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
smonserrat.rodriguez@edu.uag.mx