Periodistas, conciencia social atropellada #7dejunio

Alex Gómez

Ser periodista hoy en día es ser un ente soñador que cree en utopías, los reporteros, hemos sido desde siempre el fiel de la balanza entre el abuso del poder y la justicia social, quién no ha querido denunciar alguna vez algo así, o un servicio mal prestado, o la prepotencia de la autoridad, o abusos de toda índole.

Aquí la lista de los principales festejos en torno a la actividad periodística en términos generales:

4 de enero. Día del Periodista México.
12 de mayo. Día del Comunicólogo.
7 de junio. Día de la Libertad de Expresión.
1 de julio. Día del Periodista en el mundo.

En Tlaxcala, la prensa ha sido lastimosamente marginada de la acción pública, de tal suerte que hasta la presea que otorga el poder legislativo denominada Miguel N. Lira, obedece más a un pago por el tributo recibido que por la trayectoria periodística que es el motivo de ser del Decreto 171 de 2002.

Este decreto a sido muchas veces burlado vulgarmente por diputados locales en funciones, quienes lo han convertido en certámenes, concursos y premios por obediencia e incluso, por afinidad política.

Este 7 de junio, podríamos decir que no hay nada qué festejar, pero me inclino por lo contrario, ya que el ejercer plenamente un derecho consagrado en el Artículo 6 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, me hace recordar que la democracia en la que vivimos y de la libertad de la que gozamos, la hemos hecho posible en alguna medida, los periodistas de este país, que a lo largo de más de 200 años, hemos dedicado nuestra vida a informar y a coadyuvar en la formación de opinión pública.

Quisiera lamentarme porque cada vez hay menos espacios de expresión, pero nuestra democracia ha permitido hasta excesos que rayan en el libertinaje, hay hasta delincuentes que extorsionan, trafican con drogas y cobran derecho de piso y se ostentan como periodistas.

Si, hay garantías para la libre expresión, pero no hay garantías de seguridad social y mucho menos físicas del reportero, hay garantía de expresión, pero no de respeto a su trabajo en la vía pública.

Hay garantías para su libre manifestación, pero no hay garantías cuando en las redes sociales salen detractores que vulgar y cínicamente, tratan de cuestionar la calidad moral de los informadores profesionales.

Hay garantías de libre expresión, pero no hay garantías contra las hordas de bots en facebook o twitter de los que ostentan el poder y buscan desprestigiar y menoscabar la calidad moral con la que los periodistas fundamentamos nuestro trabajo.

Es esa misma sociedad que exige respeto, transparencia, equidad y responsabilidad, la misma que insulta y es irrespetuosa con el periodista.

La sociedad ha perdido la brújula de los buenos modales, de la educación y delante de un teclado, ensañan sus comentarios contra los comunicadores sin darse cuenta que el daño se lo hacen ellos mismos, porque al restar valor al periodista, se le resta valor a la sociedad, porque una sociedad sin conciencia está destinada a ser gobernada vertical y unilateralmente, les llaman dictaduras.

En pos de una calificación, los periodistas de Tlaxcala, no ha sido ni son la excepción de lo que acontece en el país. Pareciera que garantizar la transparencia en la relación prensa-gobierno, debe ser curada con sangre.
Hoy todo el gobierno federal se volcó en actividades en torno a la libertad de expresión, pero desde la cumbre de #Morena se avizora el desprecio por los periodistas:

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