La jabalinada por Bruno Cortés.
Después del accidente que sufrieron los periodistas en la cobertura de la gira del presidente López Obrador por el estado de Sonora, se han levantado muchas voces que opinan desde la comodidad de su sillón, sin haber cubierto alguna vez una gira presidencial de cualquier presidente nacional o de otra nación.
Lo cierto es que cubrir las giras presidenciales por propios medios no es nuevo, no es algo de esta nueva administración, cuando trabajaba para El Nacional de 1992 a 1994, muchas de nuestras giras fueron con gastos pagados por el mismo periódico aunque este fuera del Estado mexicano, teníamos recursos para renta de autos, hospedajes y comidas.
Cuando nace Reforma, también realiza coberturas con sus propios recursos, más aún como novedad para ese momento, tenían prohibido tomar ni un refresco que proveyera el estado en las giras o actos realizados por presidencia u otro organismo estatal.
Cuando llega el presidente Ernesto Zedillo también pide que las coberturas de sus eventos sean costeadas por los medios de comunicación, tema que siguió con sus sucesores, pero ninguno fue omiso en responsabilizarse de los accidentes que pudieran pasar por la logística hecha por el Estado, cómo fue en esta ocasión.
La cobertura de un presidente, con el nombre que usted quiera ponerle, es importante por ser el encargado durante su mandato de las políticas del país, los medios de comunicación tienen la encomienda de presentar diariamente una información veraz, lo más completa posible, interesante, actual y de alta calidad, de manera que ayude al lector a entender la realidad y a formarse su propio criterio.
El derecho a la información, no es esencialmente del periodista es un derecho constitucional de todos los mexicanos, por ello el Estado no solo está obligado a dar acceso a los periodistas a los eventos del Estado si no a proveer las condiciones para una mejor cobertura informativa.
Este no es un reclamo nuevo, ha sido un reclamo de siempre, para los nuevos políticos como también lo hicimos con los que se fueron, con los que no nos dejaban entrar a los eventos, contra esos pseudo periodistas que llegaban a una coordinación de comunicación social para hacerla su harem particular y atender solo a sus amigo, así como darse publicidad a sus propios medios, eso no se nos olvida, y así como hoy reclamamos no se deja de lado lo que hicieron los anteriores.
Como decía en párrafos anteriores el derecho a la información es sobre todo del lector, no del periodista, si se encuentran trabas, se superan; si éstas añaden información, se cuentan; si no es así, se aguantan, el periodismo no es para que el redactor desahogue sus humores, por justificados que sean.
Por ello el Estado debería ser consciente de que podría hacer una diferencia con sus antecesores, tener mayor compromiso con la libertad de expresión y el derecho a la información del que tuvieron los gobiernos del PRI y del PAN, debería saber que la gente votó por un cambio, no para que se abriera aún más la brecha social, porque entonces los abrazos se vuelven balazos para silenciar a quienes no piensen como los corifeos de la presidencia.
El presidente actual está obligado por el voto de los mexicanos, así como por las leyes que él juro cumplir y hacer cumplir a dar acceso los eventos que realice, porque no son suyos, él al igual que muchos otros en la administración federal son servidores públicos, se les paga con los impuestos que todos pagamos, gobiernan con una democracia que construimos todos, no solo los que votaron por él, o regresamos al echeverrismo donde solo se da acceso a quienes hablen bien del presidente y donde el partido en el poder era la dictadura perfecta.
Bruno Cortés, periodista desde 1988 a la fecha, CEO de Maya Comunicación (Foto El Imparcial)
