*Covid-19 podría ser preludio de mayor inestabilidad: Gerardo Traslosheros.
/Claudia Peralta Vázquez/
Xalapa, Ver. 05 diciembre 2020.- Para el director ejecutivo del Capítulo Mexicano del Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (PECC-México), Gerardo Traslosheros, el Covid-19 podría ser el preludio de episodios posteriores de inestabilidad mundial aún mayor, por lo que debe representar una llamada de atención para tomar medidas preventivas ante posibles calamidades futuras.
Al dictar la conferencia magistral “Impactos del Covid-19 y el gran confinamiento en Asia Pacífico: una perspectiva desde México”, el viernes 27 de noviembre, en el marco del 4° Seminario Internacional de México y las Economías de la Región Asia Pacífico (APEC), el Doctor en Economía destacó que a causa de la pandemia el mundo se enfrenta a una doble crisis de salud y economía sin precedentes.
Dicha situación ha empeorado la desigualdad y la acumulación de deuda, por lo que a nivel mundial la población se enfrenta a una recesión no vista desde la gran depresión de la década de 1930.
Por lo anterior, los países en desarrollo sufrirán más porque eran los menos preparados para esta doble crisis.
Asimismo, la informalidad generalizada y el poco espacio para realizar políticas públicas los hacen vulnerables en un momento en el que el multilateralismo y la cooperación internacional deberían fortalecerse para garantizar que todos los países logren la recuperación necesaria lo antes posible y que el mundo se vuelva más resistente a las crisis.
“De acuerdo con informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de 100 millones de personas caerán en la pobreza extrema en todo el mundo”, subrayó durante la ponencia moderada por Odette Virginia Delfín Ortega, profesora e investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), y transmitida por YouTube.
Además, la pandemia ha subrayado la triste realidad de que las personas en pobreza son las que más sufrirán, lo cual aplica principalmente al mundo en desarrollo, pero también a las zonas marginadas del mundo desarrollado donde las redes de seguridad social son frágiles o inexistentes.
Gerardo Traslosheros aseveró que el capitalismo global podría estar en gran riesgo como resultado de la doble crisis, pues ha obligado a innumerables empresas a cerrar o quebrar.
También, el desempleo se ha incrementado a niveles sin precedentes. “Si esto se convierte en una crisis financiera, como muy probablemente sucederá, entonces lo peor estaría por llegar”, advirtió.
Puntualizó que la profundidad y amplitud de la crisis dependerá de qué tan rápido pueda encontrarse una cura o vacuna, así como su producción y distribución, proceso que según voces expertas podría tomar alrededor de un año.
El experto en negociaciones comerciales y relaciones internacionales reveló cifras del Fondo Monetario Internacional acerca de que la producción mundial caerá 4.4 por ciento; el mundo desarrollado, 5.8 por ciento; los mercados emergentes y el mundo en desarrollo, 3.3 por ciento; mientras que China crecerá 1.9 por ciento.
En tanto, México caerá nueve por ciento y su pobreza extrema podría aumentar en casi 11 millones de personas este año, según el Consejo Mexicano para la Evaluación de Políticas Sociales (Coneval).
Sin embargo, se espera que el próximo año el mundo repunte con fuerza a partir de un piso muy bajo, “pero todavía prevalece una gran incertidumbre”.
En el caso de los gobiernos, éstos se han visto obligados a aumentar sus déficits, a responder de manera responsable y activa para rescatar sus economías frente a la pandemia, brindando apoyo a las empresas privadas, posponiendo pagos de impuestos y proporcionando liquidez con lo necesario, expuso.
“Se libra una guerra brutal contra un enemigo microscópico que amenaza a nivel mundial con mermar a la población y con destruir el edificio económico y social.”
En este sentido, opinó que dejar que las empresas quiebren ocasionará más desempleo y pobreza, por lo cual debe preservarse el empleo formal en la medida de lo posible pues facilitará la fase de recuperación y la recaudación futura de impuestos.
Se necesitará de muchos recursos para salvar a las economías hasta que se llegue a una nueva normalidad, agregó.
En este mismo contexto, dio a conocer que la reconstrucción de la economía podría tardar años, una vez que se cuente con la cura o vacuna, mientras tanto muchas industrias se contraerán o desaparecerán y otras resurgirán o expandirán.
Lo más probable es que las industrias relacionadas con la salud, medio ambiente, las nuevas tecnologías, telecomunicaciones, automatización, robótica e inteligencia artificial se expandan.
No ocurrirá lo mismo con los sectores que requieren aglomeraciones para operar, como son: las actividades recreativas y hoteleras, el comercio tradicional y el transporte masivo, al menos en un corto plazo.
La manufactura en general o donde quiera que puedan aplicarse protocolos higiénicos de seguridad, no recaerá tanto.
Por tanto, ante la actual crisis, los gobiernos, principalmente de países en desarrollo, deben trabajar en la minimización de los contagios y pérdida de vidas, así como del costo económico y social de la pandemia.
Consideró que el encierro prolongado destruirá el edificio económico, exacerbará la pobreza y provocará inestabilidad social.
“Este es el dilema central en el que el mundo está inmerso: hoy en día no debe ser la economía por encima de la salud, pero tampoco la salud por encima de la economía E.”
Señaló que ambos objetivos deben perseguirse al mismo tiempo para preservar la economía y la estabilidad social.
Abrir la economía sin controlar la pandemia podría traer mayores costos económicos futuros, dijo. Tan sólo en México más del 50 por ciento de la población trabaja en la informalidad, “estas personas viven al día, por lo que no es realista pedirles que se queden en casa, a menos que haya un sólido programa de transferencias de ingresos que sólo existe con motivos partidistas o clientelares”.
