Pobreza

Mensaje directo.

Fabiola Guarneros Saavedra

¿Qué significa 10 millones de pobres más? Que el número de mexicanos que no podrá adquirir la canasta alimentaria con sus diferentes fuentes de ingresos crecerá en 10.7 millones este año respecto a 2018.

Diez millones de pobres más, desempleo, cierre de pequeños comercios, familias endeudadas y otras miles, de luto. Estos son los efectos directos de la pandemia.

Así como la enfermedad covid-19 se ensañó con la población diabética, hipertensa o vulnerable, los estragos serán mayores en los países con sistemas de salud colapsados, con habitantes que carecen de seguridad social y que tienen poblaciones pobres, marginadas y densamente pobladas, como México.

¿Qué significa 10 millones de pobres más? Que el número de mexicanos que no podrá adquirir la canasta alimentaria con sus diferentes fuentes de ingresos crecerá en 10.7 millones este año respecto a 2018, calculó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Este escenario asume una caída generalizada del ingreso debido a la pérdida de empleo. Los hogares en condición de pobreza en zonas urbanas serían los más afectados.

Con esto, la pobreza total por ingresos pasaría de 61.1 millones de personas en 2018 a 70.9 millones en 2020, una cifra nunca antes vista. Y la población en pobreza extrema pasaría de 21 a 31.7 millones de personas entre 2018 y 2020 (Excélsior, 12/05/20).

Coneval también estima que uno de cada cuatro tendrá ingresos de hambre para 2020; es decir, ingresos por debajo de la línea de la pobreza extrema, lo que significa que no podrán adquirir una canasta alimentaria.

Estas cifras siempre tienen rostros, nombres y familias, y las confirman los cientos de personas que vemos formados en las filas de registro para obtener un subsidio gubernamental. En la semana, Excélsior publicó las imágenes de personas formadas para obtener un crédito de 25 mil pesos, el seguro de desempleo o una beca para los jóvenes.

Mi compañero reportero Ernesto Méndez publicó que el 70 por ciento de los mexicanos que se quedaron sin empleo por la pandemia del covid-19 son jóvenes de hasta 29 años, “lo que representa un riesgo no sólo para su desarrollo personal, sino para las familias, las comunidades y el país en su conjunto”.

La alianza Jóvenes con Trabajo Digno dio a conocer que la mayor parte de estos casos se concentran en el sector servicios y turismo, principalmente en los estados de Quintana Roo, Nayarit y la Ciudad de México.

Pero la radiografía de las carencias es amplia, por ejemplo del universo de jóvenes empleados: 67% carece de un ingreso suficiente para cubrir el costo de la canasta básica para una familia de dos personas, 31.61% no cuenta con seguridad social por su trabajo, 7% estaba subempleado, 25% tenía jornadas laborales excesivas por encima de 48 horas a la semana, y 43% no contaba con prestaciones.

Según datos del IMSS, durante mayo se perdieron 344 mil 526 empleos formales que, sumados con los despidos de marzo y abril, la cifra supera un millón de empleos perdidos.

La CEPAL y la FAO alertan también del incremento de la pobreza extrema en México y calculan que alcanzaría a 19.4 millones de personas en 2020, principalmente en los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Tabasco.

Además de los jóvenes, las mujeres deberán afrontar esta pandemia con mayores desventajas. La CEPAL estima que ellas representan 72.8 por ciento del total de personas ocupadas en los sistemas de salud de la región, cuyas condiciones de trabajo son precarias, extremas, aumento de horas laborales y el riesgo de contagio de covid-19, además de los costos y esfuerzo de participar en mayor proporción en las tareas de cuidado en casa y del trabajo doméstico.

Otros sectores vulnerables a los efectos de la pandemia son los trabajadores subordinados sin seguridad social, los que trabajan por cuenta propia, los del sector turismo y comercio minorista, los jornaleros agrícolas, así como las niñas y los niños, cuyo acceso a la educación se ve limitado por falta de nuevas tecnologías.

¿Hay solución? ¿Se puede hacer algo ante este panorama? Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL advirtió que es urgente establecer el llamado ingreso básico de emergencia y un bono contra el hambre en transferencias bancarias, vales o entrega de alimentos en especie para la población más vulnerable durante los próximos seis meses. Pero ojo, “con un enfoque de empoderamiento, de emancipación, y no de asistencialismo”, ni electorero (agregaría yo).

También sugiere subsidio a las pequeñas y medianas empresas para lograr su reactivación, en especial a las de servicios esenciales.

Toca ahora al gobierno federal tomar en cuenta las recomendaciones de la CEPAL, y no quedarse con la ocurrencia de que ser pobre tiene sus ventajas, pues evitas el secuestro. Y aunque la delincuencia y el crimen organizado tiene sus raíces en fenómenos más complejos de corrupción, impunidad y complicidad de autoridades, no hay que olvidar que también los pobres son el objetivo de los grupos criminales: los reclutan.

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