* ALMA GRANDE .
/Por Ángel Álvaro Peña*/
Pareciera que de pronto la conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional se convierte en un retroceso en el proceso evolutivo de la comunicación, porque, en días pasados asistió a la conferencia matutina de la Presidenta un periodista, mostrando, de manera evidente sus intereses, con una retórica de maestro de oratoria de secundaria pueblerina.
Lo más reprobable no es la forma sino el fondo, porque al tomar la palabra, luego de una inexplicable infiltración en la conferencia, porque su medio no cumple con los requisitos básicos para estar en ella y menos aún en primera fila, señaló que no era posible que se le otorgaran convenios a quienes habían insultado a la presidenta y a la gobernadora de Veracruz.
La libertad de expresión tiene los límites de no rebasar los lineamientos de la verdad y todo insulto, adjetivo o acusación debe ser comprobada con suficientes evidencias.
Es decir, evaluar el destino de los convenios por publicidad como se hacían en el pasado, cuando un convenio mensual o anual implicaba silenciar al medio y comprometerlo a hablar bien de quien le pagaba, o sea el gobierno, so pena de retirarlo cuando a éste no le gustara el contenido.
El periodista de un portal poco favorecido por el público, llega defendiendo tesis que hace muchos años desaparecieron porque sólo creaban complicidad entre los medios y el gobierno, costumbre que se convirtió en vicio.
Sin más pruebas que su palabra, asegura que el gobierno estatal de Veracruz otorga convenios a quienes en el pasado cuestionaron, descalificaron e insultaron las candidaturas de Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle. Cuando lo reprobable es, además del insulto, la obediencia a la mano que mece la cuna y que dictó a los medios dar seguimiento a la guerra sucia que mantuvieron contra Rocío Nahle durante toda la campaña y su medio, ni el periodista Ramírez Juárez supo, pudo o quiso desmentir.
Sin embargo, no por eso los medios podrían quedar sin convenios, la crítica es bienvenida para todo gobierno democrático, otorga legitimidad y sirve de contrapeso, independientemente de servir de guía al poder para conocer lo que está haciéndose mal, lo que es reprobable y debería castigarse, es la mentira, que prolifera en los medios convencionales a lo largo y ancho del territorio nacional.
En su bufonesca aparición en la conferencia matutina de la Presidenta, Ricardo Ramírez Juárez, critica a otros medios por insultar a la Presidenta, pero no se critica a él mismo por desmentirlos con puntualidad, cuando su simple presencia en la mañanera es un insulto, su estilo decadente, la homofobia exhibida impunemente, la misoginia exaltada, los contenidos de sus preguntas, el tiempo que ocupa en cada pregunta mostrando su insulso protagonismo, su imposición a robar el tiempo de los presentes, incluyendo el de la Presidenta, haberse colado sin merecer estar ahí, etc.
Son algunos de las agresiones que profirió este ejemplar cuyo reloj se detuvo sin darse cuenta y se olvidó de actualizarse, que dice trabajar en el portal En Privado, Veracruz, que carece del alcance suficiente en la sociedad para estar presente en esas conferencias, y que valdría la pena conocer quién le permitió la entrada, y a cambio de qué.
Para mostrar cobertura y conocimiento sobre la problemática del norte de Veracruz este personaje disfrazado de periodista habla con una retorcida demagogia acerca de la construcción de un plantel del Politécnico, en Papantla, cuya obra no sólo está aprobada sino que, afortunadamente está iniciada. Una pregunta ociosa que sólo le sirve para completar sus 15 minutos de fama.
Hay quienes aseguran que Ramírez Juárez es un mercenario de la información que es subsidiado por funcionarios públicos del estado para el golpeteo interno dentro del propio gobierno, pero todavía no se muestran las evidencias.
La costumbre de acallar a los medios, a través del verdadero periodismo crítico, es aplaudido por los regímenes democráticos, nunca debe censurarse. Pero ante la desesperación de los medios por la falta de presupuesto proveniente del gobierno confunden periodismo crítico con extorsión y prefieren imponer criterios en la información que sirven de amenaza a quienes chantajean para obtener dinero. No son pocos los que llevan a cabo esta práctica que debe desaparecer.
La mentira en el periodismo y la especulación, deben ser castigados, y situaciones como la que se suscitó al final de la mañanera del 18 de julio no deberá repetirse porque pareciera que nada ha cambiado en la relación entre gobierno y medios, cuando es precisamente producto del cambio lo que desespera a personajes como Ramírez Juárez, por no obtener convenios que asegura, sin evidencias, que le dan a otros. A pesar de que resulta demasiado fácil consultar los gastos de la administración pública estatal, la transparencia del gobierno está abierta para informar si se han otorgado convenios, a quiénes y por cuánto dinero, este sujeto, fue incapaz de informar con datos precisos, monto y beneficiarios, porque sus argumentos están más cerca de la fantasía que de la realidad.
Su intervención era llamar la atención para que él sí tenga convenios de publicidad, a nivel federal y estatal, pero su intervención apenas produjo una respuesta de ocho palabras de la Presidenta: “Estoy a favor de la libertad de expresión”, quien advirtió la servil autocensura de su interlocutor si se le otorgara un convenio en el futuro.
La encargada de seleccionar a los medios y sus trabajadores, está ausente en estos días, es por ello que a algunos que suplieron su labor, se les coló esta persona que nunca más debería entrar, ni publicar nada, porque su visión del periodismo debería ser sancionada y no aplaudida.
PEGA Y CORRE.- La cúpula de Morena pidió a la militancia, evitar las fracturas. El presidente del Consejo Nacional, Alfonso Durazo, conminó en la celebración del Consejo Nacional VIII sesión extraordinaria, a no generar conflictos y tomar en cuenta que pueden ser aprovechados, por la oposición, para generar crisis, “así sea artificial”. O sea que la autocrítica queda pendiente.
*Ángel Álvaro Peña
Decano de los periodistas veracruzanos