*Miscelánea, Salud y Política
/ Judith Álamo López /
En el medio del caos también hay oportunidades: Tsun Tzu
Cuando en el mundo se evidenció la globalización y el PRI gobernaba como partido dominante, muchos de los jerarcas del partido y del poder hablaban de la necesidad de revisar y actualizar los principios, los creyentes en el nacionalismo revolucionario tendían a envolverse en el lábaro patrio y con la mano extendida al frente atajaban: los principios son innegociables.
Mucho se polemizó sobre si habría que actualizar los conceptos jurídicos para definir la soberanía nacional en la era de la interdependencia, la cual, según nuestra Constitución, reside en el pueblo; o había que modificar la acepción de la independencia entre Estados-nación asociados en organismos multilaterales o tratados comerciales internacionales cuyos ordenamientos jurídicos son supranacionales.
Los intelectuales expertos en estos temas seguramente se mesan los cabellos ante los retos mayúsculos que impone la realidad imperante en México y en el muy movido panorama internacional, donde se escudriña si estamos ante el fin del neoliberalismo progresista o el renacimiento del neoliberalismo desarrollista, entre otras teorías.
Hace casi 30 años el escritor Eduardo Galeano lamentó: “El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian la naturaleza: la injusticia, dicen, es la ley natural”.
Lejos estoy de querer encontrar sentido al complejo concierto de intereses que pretenden dominar el mundo, pero sí es desalentador escuchar a la líder política de nuestro país, Claudia Sheinbaum, sin claridad alguna, tratar de salir airosa frente a las presiones impuestas por su homólogo, el veleidoso coloso del norte, usando cartuchos quemados. Me explico:
Cuando la presidenta Sheinbaum refirió en la Mañanera del Pueblo esa manida frase que su antecesor y preceptor usó hasta el cansancio sobre la norma de conducta de los gobernantes de la 4T de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”, dan ganas de exigirle, cuando menos, cumplir con informar con veracidad sobre los acuerdos del gobierno mexicano frente a las amenazas que lanzó Donald Trump, el pasado 20 de enero contra México.
Acusar de “tratar de vulnerar al gobierno mexicano” al The New York Times, uno de los cuatro medios estadounidenses que informaron sobre el desplazamiento de drones en el espacio aéreo mexicano, por publicar que México mantiene una colaboración con la CIA para espiar a los grupos criminales desde el gobierno del expresidente Joe Biden –realmente desde mucho antes–, es absurdo.
Lo falso es que el gobierno que “no miente” hasta un día antes había negado la existencia de permisos para que naves espías estadounidenses volaran sobre el territorio nacional. Hasta había denunciado que eran parte de una| “campañita” contra el gobierno.
Usar fórmulas utilizadas por AMLO para esconder la realidad nos hace reflexionar en la necesidad de que la ciudadanía exija a sus autoridades electas transparencia, información veraz y oportuna, mejor sería que la presidenta Sheinbaum informe los términos de la colaboración acordada con Estados Unidos.
Si no hay nada ilegal, como asegura la mandataria, ¿por qué esconderlo? Es más, ya encarrerada aseguró en su conferencia matutina que la reforma al Artículo 71 de la Ley de Seguridad Nacional, misma que se interpretó como aval para convertir a Omar García Harfuch como el zar en el combate del crimen, “dejó en claro que se permite en el país (la intervención de) las agencias estadounidenses”.
Es evidente que la presidenta enfrenta enormes desafíos frente a las presiones que su antecesor le impone, por ello es necesario que innove cuando menos su narrativa, que deje de creer que el pueblo no amerita explicaciones realistas e inteligentes y se atreva a usar nuevos paradigmas.
No es fácil entender por qué en momentos tan sensibles el junior Andy López Beltrán reclamó los reflectores y encabezó una campaña de re-afiliación a Morena nada menos que en el Congreso, primero en la Cámara de Diputados y ahora fue al Senado. El uso de instalaciones y recursos del Poder Legislativo para promover a Morena fue denunciado por el PAN y deberá ser sancionado.
Mientras en la afiliación de Miguel Ángel Yunes Márquez se centraron los “asegunes” de la traición para sus ex correligionarios y las acusaciones de corrupción de sus nuevos cofrades, el dirigente del Sindicato Nacional de Maestros (SNTE), senador Alfonso Cepeda Salas, les hizo el caldo gordo a los morenistas al comprometerse a afiliar a cuando menos 1.5 millones de trabajadores de inmediato.
¿Será? Según Cepeda esto es sólo el principio porque luego se sumarán sus familias, con la meta de llegar a 5.5 millones, y aportar la mitad de la cifra que se había impuesto como objetivo Morena. Esto explicaría la relación conservadora de AMLO con el sector obrero, quien ya tenía previsto su plan de restauración del modelo hegemónico.
En este contexto, luego de que el presidente Donald Trump puntualizara que “especialmente ahora México está gobernado por los carteles.” ¿Cómo interpretar el mensaje que manda la foto del junior Andy López junto al más repudiado gobernador de los últimos tiempos, el sinaloense Rubén Rocha Moya, a quien se ha acusado de haber llegado a la gubernatura con el apoyo del crimen organizado?
¿Con qué finalidad hacerlo ahora? ¿Será para que se sepa que López Obrador sigue al mando? De otra forma resulta un grave error del gobierno morenista, un caro distractor para la imagen presidencial de Sheinbaum, que hoy más que nunca requiere de credibilidad, unidad y fortaleza.
–