Prohíben uso de mamíferos marinos en espectáculos y su aprovechamiento con fines comerciales.

• La Cámara de Diputados aprobó la pr opuesta de Morena con 415 votos la reforma a la Ley General de Vida Silvestre

• La diputada Azucena Arreola, de Morena, destacó que esta medida responde a la reforma constitucional que reconoce la protección y el trato digno a los animales como obligación del Estado mexicano.

27.06.2025 Ciudad de México.- Con 415 votos a favor, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular la minuta con proyecto de decreto que reforma los artículos 47 Bis 4, 60 Bis, 122 y 127 de la Ley General de Vida Silvestre, en un paso significativo para erradicar el uso de mamíferos marinos en espectáculos y fortalecer la protección de especies en peligro, en congruencia con el reconocimiento constitucional de los derechos de los animales como seres sintientes.

Durante la discusión en tribuna, la diputada Azucena Arreola Trinidad, presidenta de la Comisión de Pesca e integrante del Grupo Parlamentario de Morena, presentó el posicionamiento de su bancada y destacó que esta reforma responde a una exigencia ciudadana, a criterios científicos y al compromiso del Estado mexicano con el bienestar animal. “He escuchado el posicionamiento de cada uno de los grupos parlamentarios, pero recuerdo también que la oposición legisló y tuvo una mayoría para poder haber realizado esta reforma muchos años atrás, y tuvo que llegar Morena y sus partidos aliados, el Verde y el PT, para que se aprobara esta reforma”, puntualizó.

La diputada explicó que el dictamen modifica el artículo 60 Bis de la ley para prohibir la utilización de ejemplares de mamíferos marinos en espectáculos fijos o itinerantes, y en cualquier actividad que no esté relacionada con la investigación científica o la enseñanza para su conservación y preservación. “En él se precisa que ningún ejemplar marino, cualquiera que sea la especie, podrá ser sujeto de aprovechamiento extractivo, ya sea de subsistencia o comercial”, afirmó.

Uno de los puntos clave de la reforma es la prohibición de la reproducción forzada de mamíferos marinos sin autorización expresa, considerándola como una infracción en la legislación. Asimismo, se especifica que los ejemplares de cetáceos —como ballenas, delfines y marsopas— deberán mantenerse únicamente en corrales marinos, quedando prohibido el confinamiento en instalaciones de concreto.

En materia de contingencias, emergencias zoosanitarias u otras situaciones de riesgo, el dictamen establece que los mamíferos marinos podrán ser trasladados temporalmente a otras instalaciones, pero sin contacto ni comunicación directa o indirecta con el mar, como medida de protección para su integridad.

La reforma está alineada con el contenido del artículo 4º constitucional, para establecer que el Estado mexicano tiene la obligación de proteger, conservar y garantizar el trato adecuado a los animales. “Con la adición al artículo 4º constitucional se prohíbe el maltrato a los animales y se puntualiza que el Estado mexicano debe garantizar la protección, el trato adecuado, la conservación y el cuidado de los animales, en los términos que señalen las leyes respectivas”, recordó la diputada.

Durante su intervención, Azucena Arreola expuso que existen numerosos estudios científicos que documentan condiciones de maltrato, estrés, alimentación deficiente y confinamiento en espacios que no replican el hábitat natural de las especies, lo cual genera un alto nivel de sufrimiento y daño físico y psicológico en los animales. En ese sentido, subrayó que el dictamen responde a una necesidad urgente de atender este problema de fondo.

“La Ley General de Vida Silvestre define el maltrato animal como todo hecho, acto u omisión del ser humano que puede ocasionar dolor, deterioro físico o sufrimiento que afecte el bienestar, ponga en peligro la vida del animal o afecte gravemente su salud o integridad física”, señaló.

Finalmente, citó a la defensora de los derechos de los animales, Leonora Esquivel, quien afirma que “la defensa de los animales es la revolución moral del siglo XXI”, y que esta lucha parte no solo de datos duros, sino de “un profundo contacto con nuestra sensibilidad, con virtudes como la empatía, la compasión, la justicia y la solidaridad”.

“En México estamos en un proceso de transformación profunda y la sociedad demanda cambios de grandes dimensiones, entre ellos nuevas leyes y políticas públicas que coadyuven a proteger los ecosistemas y el desarrollo sostenible, garantizando así la protección y los derechos de los animales como seres sintientes”, concluyó.